Todos hemos escuchado alguna vez eso de que el dinero no compra la felicidad. Pero, a ver, siempre será mejor buscar la realización personal con la hipoteca y las facturas pagadas. Este es un debate bastante antiguo, pues hay personas que realmente piensan que no se puede conseguir la felicidad a golpe de talonario, mientras que otras sí que opinan que ayuda en gran medida. Generalmente, los primeros suelen ser quienes viven con cierta holgura económica, no es necesario que ningún científico venga a decirnos eso.

Aun así, un equipo de científicos de la Universidad de Princeton ha llevado a cabo un estudio en el que se demuestra que, efectivamente, el dinero sí que puede ayudar a obtener la felicidad. Al menos en parte.

Se trata de un estudio llevado a cabo por psicólogos, aunque en él también participaron dos millonarios, que donaron de forma altruista 2 millones de dólares para su uso en la investigación. Estos se repartieron entre 200 personas de siete países con ingresos económicos tan variados como Estados Unidos y Kenia. Todos tenían unos niveles de estudios similares y hablaban al menos algo de inglés. En cuanto a la cantidad, cada uno recibió 10.000 $. Además, hubo otro grupo de control al que no se dio ningún dinero. Nunca pertenecer al grupo de control había sido tan doloroso.

El dinero da la felicidad… cuando eres pobre

Medir la felicidad no es sencillo. Mucho menos compararla con otras personas. Por eso, estos científicos intentaron cuantificarla de la forma más objetiva posible a través de una lista de 5 ítems, que los participantes tuvieron que evaluar del 1 al 5. 

Todos tenían tres meses para gastar los 10.000 dólares, no podían ahorrarlos. En ese tiempo, tuvieron que completar mes a mes una encuesta sobre los 5 ítems mencionados anteriormente. Además, seis meses más tarde, la completaron de nuevo.

Curiosamente, quienes tenían unos ingresos anuales de 123.000 $, no tuvieron una ganancia significativa de felicidad con base en las encuestas. Sin embargo, los que tenían unos ingresos más modestos sí que aumentaron su bienestar emocional tras la donación. De hecho, la satisfacción total con la vida mejoró en un promedio de 0,36 puntos por persona. 

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¿Y qué pasa si eres rico?

Por otro lado, la misma encuesta se realizó a los donantes; que, a pesar de su altruismo, mostraron una reducción de la satisfacción de 0’16 puntos. Esto nos lleva a concluir que, en realidad, es más la felicidad del que gana que la tristeza del que pierde. Al menos siempre que la pérdida haya sido voluntaria y por un bien mayor. 

De cualquier modo, la conclusión es que puede que el dinero no dé la felicidad absoluta, pero sí que ayuda a mejorar mucho la satisfacción con la vida. Al menos la de aquellas personas que saben lo que es pasar por apuros económicos. Si ya eras rico previamente, un poquito más de dinero no te causará demasiada emoción. Porque 10.000 dólares, equivalentes prácticamente a 10.000 euros, pueden ser la solución a los problemas de muchos y calderilla para otros. En realidad, es ahí donde residen las diferencias a la hora de evaluar si realmente puede aportar la felicidad.