Love Actually es, sin lugar a dudas, la película de la Navidad (que puedes ver gratis en Prime Video). Y como cada año, vuelve el furor de uno de los títulos más queridos de estas fechas. Uno del que no paran de surgir anécdotas de todo tipo. Esta vez, hace referencia a una de las estrellas del reparto de Love Actually: Hugh Grant. Concretamente a una de las escenas más populares de la cinta y que sigue siendo el símbolo de una película por la que no parecen pasar los años.

Según explicó el propio Hugh Grant, esta escena es la del momento en el que baila para celebrar que todo le va bien como Primer Ministro y también en su vida personal. Es justo después de haberse enfrentado al Presidente de los Estados Unidos en un discurso motivador ante los medios, defendiendo a los países pequeños respecto a los poderosos. Todo como una metáfora para proteger a la que era su secretaria y de la que estaba enamorado del acoso por parte del Presidente estadounidense.

En ese momento, y en la intimidad de su despacho, el personaje interpretado por Hugh Grant baila Jump, de The Pointer Sisters, que suena en ese momento en la radio. Lejos de ser un momento más de una película muy querida, la realidad es que el baile de Love Actually, junto a la icónica escena de los carteles de Keira Knightley, es todo un símbolo de optimismo.

Hugh Grant en love actually

Hugh Grant simplemente no se sentía cómodo bailando

Un símbolo que no gustó nada al popular actor británico. Que en varias ocasiones manifestó su negativa y disgusto con dicha escena de Love Actually:

“Lo vi en el guion y pensé, 'Bueno, odiaré hacer eso. No me apetecía nada hacer el baile y mucho menos ensayarlo… Y a día de hoy, hay mucha gente, y estoy de acuerdo con ellos, que piensa que es la escena más insoportable jamás llevada al celuloide. Pero luego a algunas personas les gusta.

Hugh Grant

No fue fácil grabar esa escena, de hecho. El propio Hugh Grant ese negó en varias ocasiones a grabarla. Incluso en el momento del rodaje de Love Actually, el inicio de la escena era completamente erróneo. El personaje del Primer Ministro no iba acompasado con la música, cosa que, de hecho, le añade más sensación de realidad a la escena y terminó siendo la escena final que pasaría a posproducción. Solo logró terminarla cuando el guion añadió que la secretaria terminaría pillando al Primer Ministro de Hugh Grant bailando.

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La ironía llegó después y Hugh Grant, conocido por su humor profundamente británico, se tuvo que enfrentar a que la escena fuese una de las más queridas. Y no le debió ir tan mal, porque justo antes del éxito de Love Actually llegaron otros títulos en los que el actor británico triunfó bajo el formato de comedia romántica: Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill.