La viuda negra (género Latrodectus) hace honor a su nombre, pues cumple lo que promete: se aparea con el macho y, acto seguido, se lo come. No obstante, también tiene una fama de asesina sin compasión muy inmerecida. Generalmente, son arañas tranquilas, que solo muerden cuando se les molesta. Por eso, resulta curioso que solo en la década de los 50 del siglo pasado matara a 63 personas en Estados Unidos, de las cuales el 80% eran hombres. Y de los cuales la mayoría fueron mordidos en el pene. ¿Acaso esta viuda negra se solidariza con sus compañeras humanas atacando a los varones justo en ese órgano concreto?

Resulta bastante curioso, pero lo cierto es que, según los datos recogidos en un artículo de IFLScience, es mucho menos sibilino de lo que parece. Simplemente, aquellos hombres pusieron su pene en el lugar equivocado, en el momento equivocado.

Vamos, que fueron a hacer sus necesidades en letrinas al aire libre en las que alguna viuda negra había tejido su telaraña. Y claro, cuando lo que para ella debía ser una especie de serpiente o gusano gigante cayó sobre su red, no le quedó otra que defenderse e inocular su veneno. No iba buscando el pene, pero no le quedó más remedio.

La ponzoñosa viuda negra

Se conoce como viuda negra a varias especies del género Latrodectus. Concretamente, se le da dicho nombre a las que cometen canibalismo sexual. Es decir, después de terminar el apareamiento, se comen al macho. A veces este consigue escapar y puede volver a aparearse, pero normalmente queda atrapado en la red y sirve de alimento a la araña, fortaleciendo además sus huevos. Se sacrifica por su descendencia, por así decirlo.

Tanto el macho como la hembra tienen unas glándulas secretoras de veneno. Sin embargo, el del macho es mucho menos potente, por lo que no le sirve de autodefensa. En cambio, el de la hembra contienen una serie de neurotoxinas, conocidas como latrotoxinas, que actúan muy rápidamente sobre el sistema nervioso de sus víctimas, causándoles la muerte. Es muy peligroso para los humanos. Sin embargo, hoy en día los hospitales disponen de los antídotos adecuados, por lo que, si se acude a tiempo, no se suele producir la muerte. Esto, como es lógico, ha llevado a que la mortalidad por picaduras de viuda negra haya caído mucho en los últimos años. Sin embargo, en la década de los 50, la situación era muy diferente.

Mordeduras mortales en el pene

Las picaduras en el pene son especialmente peligrosas. Y es que, como bien explicó la analista ambiental Kelsey Padgett en un episodio de This American Life, la piel en esta zona es menos gruesa. Además, hay muchos nervios, por lo que las neurotoxinas se extienden por todo el cuerpo con mucha más facilidad.

Ahora bien, si un hombre va caminando por el campo, el pene no es una zona especialmente expuesta. ¿Cómo puede ser que tengan tal fijación con esta zona del cuerpo? La clave, como ya hemos visto, está en las letrinas.

En el pasado, muchas viviendas tenían las letrinas ubicadas fuera del edificio. Esto hacía fácil el acceso a insectos o arácnidos, como la viuda negra. Además, se sabe que a esta araña la gusta tejer sus redes en lugares oscuros y profundos, que lleguen hasta el suelo. Necesita además dos paredes, para hilar de un lado a otro. Por lo tanto, las antiguas letrinas eran el lugar perfecto. Ellas no tienden a picar si no se les molesta. Si una mujer se sentaba en la letrina, probablemente no sería consciente de la presencia de la araña y esta última tampoco repararía en ella. Pero si un hombre se sienta y deja caer su pene, al final la viuda negra se defiende. Eso es lo que pasaba en los años 50 y por ese motivo hubo tantas mordeduras mortales.

En cuanto los baños comenzaron a construirse dentro de las casas, estos incidentes se hicieron menos frecuentes. Además, si a eso le sumamos que ya se dispone de mejores tratamientos en los hospitales, podemos considerar la mordedura de este arácnido algo menos preocupante. Aun así, seguirá conservando esa fama de viuda negra que, con base en los hechos, parece odiar a los machos, sean de la especie que sean. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: