Últimamente, el James Webb nos está regalando tantas imágenes bonitas que nos olvidamos de que hay otros muchos telescopios espaciales mapeando el cielo. Uno de ellos es WISE, un instrumento que se lanzó en 2009 para estudiar objetos más allá de nuestro sistema solar. Ahora, gracias a las imágenes captadas por él, y en el marco del proyecto NEOWISE, dirigido a captar objetos cercanos a la Tierra, como asteroides y cometas, la NASA ha construido un bonito timelapse de 12 años de antigüedad que retrata el cielo como no lo habíamos visto antes.
Del mismo modo que ocurre con las imágenes del James Webb, es importante remarcar que su función no es fabricar bonitos fondos de pantalla. Las imágenes del cielo de NEOWISE tienen un valor científico muy importante. No obstante, no podemos negar la evidencia de que también son preciosas.
Ahora bien, dejando la evidencia a un lado, ¿cuál es la función del proyecto NEOWISE? E igualmente importante, ¿qué podemos ver entre las fotografías tomadas por su telescopio espacial?
De WISE a NEOWISE
El Wide-Field Infrared Survey Explorer (WISE por sus siglas en inglés) es un telescopio espacial que trabaja en el rango del infrarrojo. Fue lanzado por la NASA en 2009, para posteriormente colocarse en hibernación en 2011. No obstante, volvió a ponerse en marcha en 2013, empezando así un duro trabajo que aún sigue en marcha hoy en día. De hecho, los científicos detrás de su construcción no esperaban que su vida útil en el cielo pudiese alargarse tanto.
Tras aquella reactivación, el telescopio se sumergió en un nuevo proyecto, llamado NEOWISE, dirigido a analizar el comportamiento de objetos cercanos a la Tierra (NEOs por sus siglas en inglés). Los datos de dicho proyecto se han recopilado cada seis meses y publicado anualmente. Y es precisamente un compendio de esos datos semestrales lo que ha usado ahora la NASA para construir ese timelapse del cielo tan interesante.
Mucho más que un mapa del cielo
En realidad, ese mapa del cielo que han construido con los datos de NEOWISE tiene muchas funciones. Por ejemplo, se ha determinado la ubicación de cientos de millones de objetos, así como la cantidad de luz infrarroja que emiten. Esto permite saber mucho mejor cómo se comportan. Y es especialmente útil con las enanas marrones.
Estas son objetos subestelares que no cuentan con suficiente masa para mantener las reacciones nucleares de fusión de hidrógeno que las estrellas usan como combustible. Gracias al timelapse de la NASA, se han podido identificar 260 enanas marrones. Además, se han podido estudiar en profundidad las enanas Y, que son enanas marrones más frías que aportan información muy útil “sobre la eficiencia de la generación de estrellas y su sincronización en la evolución de nuestra galaxia”.
Y por si conocer mucho mejor cómo se forman las estrellas no fuese suficiente, con este mapa del cielo también se ha podido analizar agujeros negros lejanos, ya que con las imágenes del telescopio WISE es posible identificar las ráfagas de luz infrarroja de las nubes de materia que se agitan a su alrededor de los agujeros negros. Esta es una gran ventaja, porque permite detectarlos y estudiarlos a mucha distancia.
En definitiva, este timelapse, más allá de una imagen bonita, es un mapa vivo, que puede darnos datos muy interesantes sobre el universo. Algo que los científicos de la NASA jamás habrían imaginado. De hecho, según ha explicado en un comunicado uno de ellos, Peter Eisenhardt, jamás habrían anticipado que pudiesen obtener tantos datos.
Y esto no ha hecho más que empezar, pues se esperan otros dos mapas del cielo para 2023. Los científicos de la NASA tienen mucho que aprender sobre estas imágenes. Pero, mientras tanto, nosotros podemos deleitarnos simplemente con verlas. Tampoco pasa nada.