¿Es mejor la nueva versión de Hellraiser que la original? Puede parecer un planteamiento singular, pues la película de 1987 es uno de los grandes clásicos del terror contemporáneo. Pero su reboot, dirigido por David Bruckner y que podrás ver en Hulu, es una brillante mezcla entre el gore y un elemento filosófico que sorprende por su solidez. Como si eso no fuera suficiente, utiliza el texto de origen, aunque no solamente como el centro del relato cinematográfico.
También lo convierte en un recorrido entre los puntos principales de la obra del escritor Clive Barker. El resultado es un tributo a la obra original, unido a la historia imaginada por su autor y un replanteamiento de su esencia.
¿Qué es lo terrorífico, sino otra forma retorcida de placer?
Hellraiser
Para la ocasión, David Bruckner, experto en profundizar en la idea de objetos malditos y el poder detrás de lo sobrenatural, transforma la historia de Hallraiser en una búsqueda. Lo que brinda al argumento una profundidad inesperada. Una construcción real acerca de lo sobrenatural como frontera entre dos mundos. No solo basada en el miedo, sino también en la agudeza del deseo, el sufrimiento y el placer que puede unir a ambas cosas. Un terreno que termina por equiparar la posibilidad del infierno a un suplicio placentero a niveles profanos.
Los Cenobitas vuelven en todo su oscuro esplendor
La idea ya la abordó el mismo Barker cuando dirigió una versión singular de su propia historia, The Hellbound Heart, publicada en 1986. La película sorprendió por apartarse de fórmulas habituales de los argumentos del terror y construir una idea por completo novedosa. La versión sobre los Cenobitas, a medio camino entre semidioses y demonios, desconcertó y deslumbró.
Se trató de una sorpresa tanto de crítica como de taquilla. La mirada al mundo del dolor, el horror y el placer que planteaba el director era mucho más que una provocación. Incluso que un largometraje de terror al uso. En realidad, se trataba de un universo amplio, detallado y escalofriante, en el que las reglas humanas no tenían cabida.
Barker indagó, y hasta qué punto, que las concepciones colectivas sobre el mal y el bien podían integrarse a la codicia como centro medular de un relato. De modo que, rebasó las ideas básicas sobre la bondad y la búsqueda de redención. Al hacerlo, también deconstruyó la visión de lo infernal para crear una amalgama inquietante entre la perversión y la agonía de impío placer.
Hellraiser: un largo recorrido cinematográfico
Hellraiser abrió la puerta a una franquicia entera con diez películas, comics y también, toda una imaginería que sostenía su premisa más poderosa. Pero, poco a poco, los argumentos de la saga se hicieron más disparatados, extravagantes y absurdos. En especial, a medida que la elaborada reflexión acerca de lo maligno se desvirtuó en favor del efectismo. Al final, la obra de Barker terminó por decaer. Para el estreno de Hellraiser: Judgment en el 2018, la saga había perdido fuerza y, en especial, atractivo de taquilla.
De modo que, el reboot permite atravesar lo conocido de la historia de Barker y brindar un necesario segundo aire a la saga. La película de Bruckner, que ignora al resto de los largometrajes y comienza en un punto nuevo, contiene varios de los elementos que hicieron famosa a la original. Pero ¿los analiza de manera apropiada? ¿Está la esencia de Barker en Hellraiser de la manera oscura y retorcida que hizo famosa a la franquicia original? La respuesta es más compleja de lo que podría suponerse.
¿Una adaptación o un reinicio?
Como es obvio, la versión de 1987 está mucho más cercana que el Hellraiser de 2022 al texto original de Barker. Lo cual, por supuesto, tiene relación con el hecho de que el propio escritor pudo plasmar en pantalla grande su versión de manera meticulosa.
La película de Bruckner aventaja a todas las de la franquicia que siguieron al clásico de origen, pero jamás a la de 1987. No obstante, hace un adecuado uso de sus elementos principales. Y, más allá de eso, los lleva a otro nivel de experiencia sensorial casi inmersiva. Lo logra al añadir tanto guiños del icónico relato como de la película de la década de los ochenta.
Desde la cuidadosa atmósfera claustrofóbica, hasta la recreación del punto de vista del guion sobre el horror. La historia ambientada en el universo de Barker para el nuevo milenio tiene toda la solidez de la adaptación más conocida.
Incluso, al plasmar tanto a los Cenobitas como a la Configuración del Lamento desde un nuevo punto de vista, añade interés a su narración central. Ya no se trata solo de criaturas diabólicas y temibles, sino de encarnaciones de un tipo de maldad que resulta abrumador en toda su extensión e implicaciones.
Monstruos transformados en símbolos
En la película de los ochenta, Barker tomó a sus personajes y los recreó a partir de una estética evidente. Trajeados de látex negro y con una apariencia helada y perniciosa, eran la encarnación de los espeluznantes placeres que prometían. La versión de Hellraiser de Bruckner también lo hace. Pero, además, aprovecha la oportunidad de otorgar un sentido alegórico al conjunto de elementos que transforma a los monstruos en símbolos.
Por supuesto, la interpretación de Doug Bradley como Pinhead es icónica. El reboot no lo ignora, pero sostiene su especulación sobre la existencia de una criatura semejante desde la contemplación de la maldad. Los Cenobitas de la reinvención de los mitos de Barker están emparentados con la raíz del horror que representan. Pero, al contrario de la película original, no se trata únicamente de la estética al servicio de un apartado visual de pesadilla.
El origen del mal en Hellraiser
Poco a poco, la película construye a su grupo de terribles entidades desde una belleza tétrica y depurada. El guion de Hellraiser se asegura de explorar lo que vincula a las criaturas con el género humano. No se trata solo de abrir la Configuración de los Lamentos, sino de enlazar un misterioso sentido de la predestinación con algo más abyecto.
Lo logra en la medida que se establece que el deseo, la lujuria y el placer pueden ser versiones de un tipo de implacable castigo oscuro. Bruckner otorga al personaje interpretado por la actriz Jamie Clayton, de una frialdad distante, una mirada lóbrega que procede de milenios de conocimiento y perversión. También, de un conocimiento profundo de la naturaleza humana.
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Al final, la nueva versión de Hellraiser obtiene sus mejores momentos cuando se aleja de la original y encuentra su propia personalidad. Lo que hace que se convierta en un complemento apropiado para el clásico de horror de los años ochenta. Una mirada novedosa a una percepción de lo escalofriante que sorprende por su poder y capacidad para recrear lo mejor de la saga de la cual procede.