Amazon Prime Video ofrece un robusto catálogo de opciones, que van desde sus aclamadas series originales, hasta clásicos de Hollywood y estrenos recientes de cartelera. Pero lo que realmente ha llamado la atención es su amplia selección del género de terror en su contenido. Hicimos un repaso por el material y te traemos una selección de las veinte mejores películas de terror que puedes encontrar entre las listas de selección de la plataforma. ¿Un detalle para el fan? Algunas incluyen material inédito.
2001 Maniacs, de Tim Sullivan (2005)
Este remake de la película 1964 escrita y dirigida por Herschell Gordon Lewis llega en toda su gloria depravada a Amazon Prime Video. Justo después de pasar unos cuantos años a la sombra debido al altísimo nivel de violencia y despreocupada crueldad de su argumento.
La obra de Tim Sullivan es conocida por su combinación de extraño ritmo — el guion va de un lado a otro, en paralelo y mostrando situaciones cruentas casi a la vez —, pero también por su cuidado uso de diversos recursos narrativos para brindar la sensación global de la violencia como parte de algo más grande y retorcido.
The Cabin in the Wood, de Drew Goddard (2012)
Este híbrido entre una película de terror al uso y un experimento psicológico con tintes de suspense tiene todo para cautivar la imaginación del amante del terror.
Es un recorrido por los estereotipos habituales del género —que incluyen, como no, un grupo de chicos jóvenes que intentan salvar la vida en medio de salvajes asesinatos— y una reinvención de varios códigos sobre cómo afrontamos lo terrorífico en nuestra época.
¿Algo divertido? vas a encontrar a Chris Hemsworth antes de ser el Dios del Trueno.
The Cabinet of Dr. Caligari, de Robert Wiene (1920)
https://www.youtube.com/results?search_query=The+Cabinet+of+Dr.+Caligari
Este clásico del género llega con todo su esplendor siniestro a Amazon Prime Video para demostrar el motivo por el cual continua siendo una obra referencial para buena parte del cine de terror tal y como lo conoces.
Es una revisión sobre lo terrorífico desde lo humano — este asesino sonámbulo interpretado por Conrad Veidt es el prototipo de muchos personajes actuales —, sino también por el uso del lenguaje cinematográfico para crear una versión sobre el bien y el mal, sostenida por una travesía visual hacia la locura. El expresionismo alemán en su máxima expresión.
Climax, de Gaspar Noé (2018)
No se trata del terror al que estás habituado y quizás por eso la película del realizador franco argentino te sorprenderá por su particular cualidad para incomodar y por último horrorizar: lo que comienza como una fiesta salvaje, termina por convertirse en un festival de horrores en los que el sexo, el sufrimiento físico y mental, el canibalismo y la tortura crean una atmósfera demoledora que destroza cualquier convención sobre la percepción del cuerpo como templo de la razón.
Noé trató de probar que en las condiciones adecuadas, todos somos monstruos. Y lo logra con una habilidad que resulta sorprendente por su grotesca sofisticación. No, eso último no es un oximorón.
Crawl, de Alexander Aja (2019)
La promoción de la película cometió la torpeza de insistir en que el argumento era una versión de la clásica de Tiburón pero “con Cocodrilos”, lo que terminó por reducir su impacto y convertirla en una pequeña rareza inclasificable para buena parte de los críticos.
En realidad, la película de Aja es un thriller con una brillante economía de recursos que basa su efectividad en el uso de los elementos clásicos de las historias incluyen personajes defendiéndose contra amenazas naturales, a un nuevo nivel.
La premisa evita el ridículo creando una percepción de la amenaza como nueva entidad agresiva y en el trayecto, construye una extraña mirada al instinto de supervivencia.
The Dead Zone, de David Cronenberg (1983)
¿Qué puede ser mejor que la adaptación de una de las mejores novelas de Stephen King? Que la dirija David Cronenberg y la protagonice el magnífico Christopher Walken.
Después de sufrir un gravísimo accidente automovilístico, John Smith despertará de un coma de una década con la capacidad de predecir el futuro a través del contacto de sus manos. De pronto, su vida trastocada se convertirá en una carrera contra el tiempo para salvar el futuro del mundo, en medio de una serie de situaciones de pesadilla que dejan claro que el conocimiento en ocasiones es una condena.
¿Un dato divertido? Atención al candidato interpretado por Martin Sheen, hay quien siguiere que King predijo a cierto presidente actual.
The Devil’s Rejects, de Rob Zombie (2005)
Se le llama el mejor film de Rob Zombie hasta la fecha — lo sentimos, fanáticos de Halloween — y sin duda, tiene todas las papeleta para serlo: la combinación estrafalaria entre un grupo de violentos asesinos, una persecución policial y un ambiente clastrofóbico crean quizás una de las mejores atmósferas para una película de terror inclasificable. Que, además, se toma el atrevimiento de subvertir el género e incluir, extrañas secuencias inexplicables con aire surreal, una pequeña dosis de cine de autor que su director utiliza como licencia creativa.
Cruel, gamberra y por momentos insoportable, esta es tu elección perfecta para revisionar el cine extremo del cantante y director.
Diabolique, de Henri-Georges Clouzot (1955)
Este thriller de suspense con aires de comedia negra es quizás el precedente inmediato a todas las películas posteriores en la que mala intención, la malicia y la oscuridad de la mente humana crearon un espacio de infinitos tormentos para el espectador.
El remake norteamericano del '96 dirigido por Jeremiah Chechik y protagonizado por Isabella Adjani y Sharon Stone intentó lograr el mismo aire pendenciero, oscuro e incómodo, pero no lo logró lo que hace que la revisión de la obra original con Véra Clouzot y Simone Signoret sea tan necesaria como placentera.
Una pequeña joya en el catálogo streaming del canal.
Friday the 13th, de Sean S. Cunningham (1980)
La película original que dio origen a una de las sagas slasher con mayor número de fanáticos de la historia, llega a Amazon Prime Video, en toda su gloria extraña y llena de pequeños gazapos de cine b. Cuando un grupo de adolescentes comienzan a ser asesinados en un remoto campamento, el pasado y el presente se unen en una violenta y cruel venganza, que crea quizás una de las películas más curiosas y poderosas de toda las múltiples reinvenciones sobre el asesino del hacha que pueblan la pantalla. ¿Lo mejor? Todas las secuelas (incluso las más terribles y delirantes) están también en la plataforma.
Hellraiser, de Clive Baker (1987)
Según IMDB, este clásico de culto estaba destinado a titularse Sadomasochists From Beyond the Grave, lo cual podría ser una muy completa descripción de su terrorífico argumento y retorcido punto de vista sobre el sufrimiento, el infierno y el pecado.
Clive Baker adaptó su obra The Hellbound Heart en una película que rebasó cualquier límite del género conocido hasta entonces y que pobló la imaginaria popular con demonios aterradores y despiadados, tan cercanos al delirio y a una percepción angustiosa sobre la incertidumbre, que convirtieron al film en una obra que aun sorprende por su frescura.
Si jamás has visto el origen del fenómeno, ¿qué esperas?
Hereditary, de Ari Aster (2018)
El sorprendente debut de Aster, es una de las películas de terror más sólidas de la última década. Entre un revival de horror folk británico, un drama psicológico de alta tensión una historia de terror de profundas raíces paganas y por si eso no fuera suficiente, una de las mejores actuacions de Toni Collette.
El film es un recorrido por lo simbólico, que incluye guiños a universos más grandes y complejos como el espiritismo, el mundo de las sectas e incluso, la simbología del satanismo en Norteamérica. Todo entre modelos a escalas de escenas terroríficas. ¿Qué más podría pedirse?
High Life, de Claire Denis (2018)
Robert Pattinson es el protagonista des este extraño thiller de sci-fi/horror, en el que su personaje debe enfrentar una cárcel espacial al borde mismo de la galaxia conocida.
Claustrofóbico, violento y con un durísimo planteamiento sobre la supervivencia, este film inclasificable tiene además un elenco de lujo: Juliette Binoche, Mia Goth y Andre Benjamin acompañan al solitario astronauta en un recorrido hacia los confines de terrores sin nombre.
Hollow Man, de Paul Verhoven (2000)
Mucho antes que Leigh Whannel convirtiera al personaje del Hombre Invisible en un símbolo de los horrores de los secretos domésticos, el polémico Verhoven hizo un intento no demasiado afortunado de convertir la historia del hombre oculto entre las sombras, en una mezcla entre una elucubración moral sobre los límites del hombre común y la búsqueda de una interpretación sobre el mal.
No obstante, la combinación entre una batería de efectos especiales y un Kevin Bacon poco inspirado, dio al traste con las buenas intenciones, aunque todavía tiene un par de escenas rescatables.
Te la recomendamos si no tienes nada mejor que hacer.
The House of the Devil, de Ti West (2009)
Retorcida, ultraviolenta y por momentos directamente insoportable, la película redimensiona el viejo argumento de la secta, la casa aislada como centro de horrores inconfesables y la violencia sin límite, en una puesta en escena claustrofóbica, extraña y sin duda, con una rarísima concepción sobre lo sobrenatural y lo temible.
Por supuesto, su argumento envejeció con excesiva rapidez y quizás lo que más se sostenga es la hórrida sensación del miedo convertido en un personaje invisible en mitad de todas las escenas. ¿No te convierte nada de lo anterior? Quizás lo haga el hecho que la ahora reconocida directora Greta Gerwig tiene un pequeño papel.
Ju-On: The Grudge, de Takashi Shimizu (2002)
Hace poco Netflix estrenó una secuela en forma de serie de la franquicia de Takashi Shimizu, pero en realidad la vuelta de tuerca nunca llega a superar del todo al origen de esta saga de terror que sigue manteniendo intacto su poder para aterrorizar.
Con su aire viciado, temible y grotesco, la película del 2002 sigue siendo todo un homenaje a la cultura japonesa pero en especial a la búsqueda de una forma de comprender el poder de lo sobrenatural como parte de la oscuridad de la mente humana. Todo un regalo para fanáticos de hueso rojo de la historia.
Midsommar, de Ari Aster (2019)
Se le llama el reverso radiante de Hereditary y con razón: el argumento recorre los horrores de las sectas, pero también, ese ámbito siniestro de la ritualización del miedo en algo más poderoso y retorcido.
Con evidentes referencias en The Wicker Man, de Robin Hardy, Aster logra el prodigio de crear una película terrorífico a plena luz del día y sin sombras en lo cual ocultar lo monstruoso. Quizás porque la película no lo necesita en absoluto.
The Neon Demon, de Nicolas Winding Refn (2016)
Esta sátira de la ambición moderna con toques de terror resume el tránsito de la fama, el reconocimiento y la codicia en el mundo de la moda en una serie de deslumbrantes escenas que incluyen actos de canibalismo y necrofilia.
Sí, leíste bien: mundo de la moda, canibalismo y necrofilia. Si no tienes idea de cómo todo eso puede funcionar aumentamos la apuesta: Ellen Fanning pasea su belleza etérea como catalizador de la maldad y el miedo.
¿Listo para un espectáculo semejante?
Nosferatu, de F.W. Murnau (1922)
¿Sabías que por mucho tiempo corrió el rumor que el actor Max Schreck era en realidad un vampiro al que Murnau había convencido de actuar en su película a cambio de la sangre de sus ayudantes de cámara?
Por supuesto, con un rumor así corriendo a lo largo y ancho de Europa esta versión libre del Drácula de Bram Stoker se convirtió en un éxito, que además dejó una huella perecedera sobre la identidad del vampiro cinematográfico.
Si nunca has visto el resultado de horas de edición, una pelea muy pública entre los herederos de Stoker y al final los delirios de Murnau, esta es tu oportunidad.
A Quiet Place, de John Krasinski (2018)
La película basa su efectividad en la premisa de la supervivencia bajo una condición imposible. Cuando una familia escapa de un peligro invisible, su vida dependerá de la habilidad de todos para guardar silencio. ¿Parece sencillo? ¿Lo lograrán?
Llena de algunos errores de continuidad y, sobre todo, de cierta lógica interna, es también un prodigio en la economía de recursos y en el uso de pequeños trucos argumentales para crear tensión. Si nada de eso te convence, podría hacerlo la actuación de la siempre formidable Emily Blunt.
Suspiria, de Luca Guadagnin (2018)
El remake del clásico de Dario Argento toma algunas decisiones originales que la convierten en una heredera digna de la original y un extraño recorrido por los puntos más misteriosos de una historia con un doble discurso inquietante y bien construido.
Con un elenco espléndido encabezado por Dakota Johnson, Tilda Swinton y Mia Goth es quizás una pequeña obra de arte que pasó desapercibida en su momento y de la que puedes disfrutar ahora.