En varias de las escenas de la serie Entrevista con el vampiro, de AMC, Louis (Jacob Anderson) confiesa que es “un buen mentiroso”. Lo hace frente a Daniel Molloy (Eric Bogosian), al que declara que la primera conversación que compartieron “fue un sueño febril contado a un idiota”. 

Años antes de ese encuentro, lo grita al rostro de Lestat (Sam Reid). “He tenido que mentir para sobrevivir”, explica. Por último, frente a su exquisita hija vampírica, Claudia (Bailey Bass), a la que confiesa que “muy pocas veces ha podido ser sincero”.

Buena parte de la serie Entrevista con el vampiro está basada en una duplicidad inquietante y oscura, que en algunos puntos funciona. No obstante, la mayoría de las veces cae en un terreno inconsistente entre una comedia oscura y un relato perverso

El libro de Anne Rice, y su primera versión cinematográfica, apostaban a la oscuridad y a un drama denso. Pero la serie de AMC escoge lugares distintos. Uno de ellos, el de mostrar que toda la narración conocida siempre fue falsa. “Un delirio”, se burla Louis con condescendencia. “Pero ahora quiero decir la verdad”. 

Entrevista con el vampiro

¿Falla Entrevista con el Vampiro como producción? La serie tiene puntos deslumbrantes y algunos, incluso, intrigantes. No obstante, como homenaje a la historia que la precedió, es apenas una copia sin demasiados alicientes de una narración más compleja. Con un sentido del humor extravagante e innecesario, una recreación de la inmortalidad superflua y personajes sin mayor profundidad, el guion tiende al caos. Peor aún, a la perdida del sentido del conflicto retorcido que definió a la obra de Rice. Quizás, su mayor problema.

Puntuación: 3.5 de 5.

Nuevos secretos que descubrir en la serie Entrevista con el vampiro

¿Cuál es la verdad? Que, en realidad, la historia convertida en icono gótico es una sombra pálida de lo que realmente ocurrió. Louis jamás fue una doliente criatura aplastada por la moral, el amor y el horror.

En lugar de eso, fue el dueño de clubes y prostíbulos, que encontró en Nueva Orleans el sitio para ser lo que deseaba. “Al costo, incluso, de mi alma”, dice este nuevo Louis malicioso, torturado pero no precisamente infeliz. De hecho, uno de los puntos más desconcertantes del guion es convertir al personaje en una dualidad perenne. 

La serie sigue a grandes rasgos la misma historia de la novela homónima de los años 70. Un vampiro decide contar su historia a lo largo de los siglos a un periodista. Solo que, esta vez, lo hace desde Dubái, adelanta casi un siglo en el tiempo y brinda a Louis — de nuevo narrador y protagonista — una Nueva Orleans plena de brillo y decadencia. 

Por si eso no fuera suficiente, Entrevista con el vampiro también explora la mente del personaje desde un lugar por completo nuevo. Lo que construye un dilema existencial endeble sobre el bien, el mal y por qué un inmortal se preocupa por semejantes matices de la vida humana. 

Entrevista con el vampiro

Un vampiro que acaba de descubrir el sabor de la sangre

A mitad de camino entre los apetitos desesperados que intenta refrenar, Louis también tiene el deseo notorio de paladear cada uno de ellos. ¿Cómo equilibrar semejante disyuntiva? La serie lo vincula a su sentido de la existencia — “necesito la plenitud del anhelo”, dice  — y sostiene un curioso discurso sobre lo inconfesable. 

¿Qué se esconde en la oscuridad del corazón humano, siempre cerca de despertar en todo su extraño poder? Entrevista con el vampiro se plantea la pregunta en múltiples ocasiones. Pero la respuesta se desploma en una mirada simple sobre la posibilidad del monstruo que habita en el hombre corriente. De hecho, Louis ya no es un vampiro herido por la culpa. En la versión para el nuevo milenio, el personaje está dispuesto a caer en la tentación y disfrutar de ella. 

Puede parecer un detalle menor en todos los cambios considerables que sufre la historia original, pero es lo suficientemente importante como para modificar su esencia. Este vampiro recién nacido, que, además, admite su sexualidad sin tapujos, no está en busca de redención o teme a su apetito por la sangre. 

En realidad, toda la insinuación de la carga homoerótica del libro desaparece por completo. Louis sabe que un deseo inconfesable e irreprimible palpita en su interior. Más allá del casino que regenta, de las mujeres que puede disfrutar y la familia a la que debe pertenecer, hay un impulso. 

En la serie Entrevista con el vampiro, Louis desea la libertad. La encontrará en una figura extraña, seductora y peligrosa, que, según admite, “le cazaba desde las sombras”. Pero, para el vampiro, no se trató solo de ser atacado y convertido en inmortal por puro capricho de un ser inexplicable. Se trató de amor, una búsqueda incesante de satisfacción. Por supuesto, también deseo. Uno perverso y turbulento que el Lestat de Reid despertará en Louis casi de inmediato. 

Entrevista con el vampiro

Los dolorosos conflictos de la noche y sus deseos

Para la ocasión, Lestat es un seductor nato. Pero sin el contexto del misterio, la oscuridad o su naturaleza depredadora, el personaje cae en un espacio extraño. Su relación con Louis es más erótica que la de dos criaturas aisladas por una naturaleza compartida. La tensión sexual del libro — y la película de Neil Jordan — desaparece en favor de una mirada sobre la pulsión del deseo.

Entrevista con el vampiro equipara el matar con la necesidad sexual, algo que la pareja de vampiros comparten de forma recurrente y cada vez más cruel. Louis se tambalea, intenta resistirse al ansia de sangre, pero Lestat es inalcanzable y ferozmente atractivo. Al menos, es la forma en que la narración concibe el vínculo entre ambos inmortales, que va desde una relación tumultuosa a un lazo emocional desesperado. 

Sin embargo, la serie no logra narrar el sentido real del secreto — cualquiera que sea — que une a Louis y a Lestat. Podría ser anhelo o el hecho de que, finalmente, el vampiro recién nacido encuentra en su creador una forma de consuelo. “Se podía ser muchas cosas en la Nueva Orleans de mi época, menos negro y gay”, dice Louis, lo que convierte la trama en una lucha de pequeños dolores inconclusos. 

Para el argumento de la serie Entrevista con el vampiro, asesinar es un acto de entrega absoluta, la última donación y de pérdida de la humanidad. La producción lo muestra como una fragante caída en los infiernos. Una mirada asombrada y total hacia lugares desconocidos de la tentación. ¿Funciona la nueva fórmula? Lo hace en la medida en que crea un nuevo conflicto que, al final, es el punto más extraño de una historia sin verdadera personalidad.

La hija pequeña en la serie Entrevista con el vampiro

Entrevista con el vampiro

Por supuesto, la llegada de Claudia es el punto más controvertido de la narración. De la misma manera que en la historia de origen, termina por ser convertida por capricho de Lestat. Pero, a diferencia de la versión previa, no es una niña, sino una adolescente que modifica, en lo profundo, el sentido mismo de su existencia.

¿Cuál es el conflicto de Claudia, eternizada en la figura de una mujer joven? ¿Con qué deberá enfrentarse en el futuro, si en realidad nada la limita o la restringe? Por ahora, la serie se sostiene sobre el hecho básico de un amor no correspondido, la madurez femenina y lo que eso puede significar para Lestat y Louis. Pero toda la complejidad dolorosa y violenta de la historia de la que proviene desaparece en favor de un enfrentamiento desconocido con la naturaleza del vampiro.

¿Falla Entrevista con el Vampiro como producción? La serie tiene puntos deslumbrantes y algunos, incluso, intrigantes. No obstante, como homenaje a la historia que la precedió, es apenas una copia sin demasiados alicientes de una narración más compleja. Con un sentido del humor extravagante e innecesario, una recreación de la inmortalidad superflua y personajes sin mayor profundidad, el guion tiende al caos. Peor aún, a la perdida de su sentido del conflicto retorcido que definió a la obra de Rice. Quizás, su mayor problema. 

4 respuestas a “‘Entrevista con el vampiro’, crítica: un festín de sangre sin mayor profundidad ”