Toxoplasma gondii es un parásito tan temible como fascinante. Tiene la capacidad de convertir a sus víctimas en marionetas a su merced, consiguiendo que actúen del modo más beneficioso para su propio provecho. Es algo bien visible en animales, como los chimpancés o los ratones, pero mucho menos en humanos. No obstante, según una investigación reciente, a nosotros podría influirnos en algo que jamás podríamos haber llegado a imaginar: la ideología política.

Dicho estudio fue llevado a cabo por científicos de la Charles University de Praga y se ha publicado recientemente en Evolutionary Psychology. En él, sus autores analizaron la ideología política y las tendencias en el voto de 2.315 personas, con o sin infección por Toxoplasma gondii. Así, aunque había algunas diferencias entre hombres y mujeres, en general encontraron una curiosa tendencia en la que las personas infectadas tendían a sentirse más atraídas por neonacionalismos como el de Donald Trump, en Estados Unidos, o Santiago Abascal, en España.

Las causas no están claras, aunque los autores del estudio sospechan que pueden estar relacionadas con un proceso inflamatorio. Lógicamente, esto no invalida el voto de nadie. Sin embargo, es una información interesante en la que vale la pena incidir. Al menos, para añadir un factor más a la hora de estudiar la distribución del voto político en diferentes territorios.

‘Toxoplasma gondii’, el parásito titiritero

Toxoplasma gondii es un protozoo parásito, conocido por causar toxoplasmosis. Esta es una enfermedad leve, aunque puede llegar a ser mucho más grave e incluso mortal en gatos y fetos humanos. Precisamente por eso es importante que las embarazadas se hagan pruebas para comprobar si tienen el parásito en su organismo y, en caso negativo, eviten adquirirlo durante el embarazo, restringiendo el consumo de ciertos alimentos crudos que pudiesen estar contaminados.

En el caso de los felinos, resulta que son sus hospedadores favoritos. Por eso, aunque este parásito puede infectar a otras muchas especies, busca la forma de llegar hasta ellos. Y para ello controla el comportamiento de los animales a los que infecta. Por ejemplo, se ha visto que los ratones infectados con Toxoplasma gondii pierden cualquier miedo a los gatos. Es más, se sienten muy atraídos por su orina, por lo que se convierten en una presa facilísima. Lo mismo ocurre con los chimpancés afectados por el parásito, para los que el aroma de los leopardos es pura poesía.

En el caso de los humanos, no suele haber síntomas, aunque se cree que ciertos comportamientos compulsivos pueden estar relacionados con la infección. Incluso se han dado algunos casos de brotes psicóticos aparentemente impulsados por Toxoplasma gondii. Pero lo cierto es que se calcula que un tercio de la población está afectada por el parásito, por lo que la inmensa mayoría no exhiben síntomas. Ahora bien, quizás sí que los exhiben en un lugar poco esperado: en los colegios electorales. 

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Toxoplasma gondii. Crédito: Ke Hu and John M. Murray (Wikimedia Commons)

La ideología política de una infección

Los autores del estudio que se publicó el pasado mes de julio entrevistaron sobre su ideología política a 2.315 personas, de las cuales 477 estaban infectadas por Toxoplasma gondii. 

Tras controlar factores como el sexo, la edad o la zona en la que vivían, vieron que sí que había una curiosa tendencia. Para empezar, las personas con el parásito tenían puntajes más altos en tribalismo y más bajos en liberalismo cultural y antiautoritarismo que sus pares no infectados. 

En política se utiliza el término “tribalismo” como sinónimo de neonacionalismo, que es un movimiento de carácter reaccionario surgido desde los años 80 como respuesta a los cambios políticos, económicos y socioculturales que acompañaron a la segunda ola de globalización. Dentro de este movimiento se encuentran posturas como el populismo de derechas, la oposición a la inmigración, el nativismo o el euroescepticismo. Donald Trump es un buen ejemplo de político mundialmente conocido cuyas políticas pueden clasificarse dentro del tribalismo. En España, en cambio, VOX sería el partido mejor representado por esta ideología.

Cabe destacar que en el estudio se encontraron algunas diferencias entre géneros. Por ejemplo, se vio que algunos de los hombres infectados con Toxoplasma mostraron una ligera asociación negativa con el tribalismo, así como una mayor preferencia por la equidad económica y una sociedad menos competitiva. Esto contradecía los resultados que habían obtenido de media, aunque no dejaba de ser una pequeña proporción. En cambio, la práctica totalidad de mujeres infectadas obtuvieron puntajes más altos en tribalismo y más bajos en liberalismo cultural. 

Por otro lado, cabe destacar que en estudios anteriores se ha visto que las personas con toxoplasmosis, independientemente del género, obtienen una puntuación más baja en cuanto a conciencia y generosidad.

Ahora bien: ¿significa esto que todos los votantes de VOX en España tienen un parásito manipulando su cerebro? Lo cierto es que no. En la ideología política y la decisión de voto juegan un papel importantísimo un gran número de factores. Este sería solo uno más de ellos, pero parece que vale la pena tenerlo en cuenta, aunque solo sea por curiosidad.

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