La película Blonde, de Netflix, se ha convertido en el centro de una dura controversia. En concreto, por la forma en que analiza la vida de la fallecida actriz Marilyn Monroe. El argumento, basado en la obra homónima de Joyce Carol Oates, es un repaso en clave de ficción sobre la vida de la intérprete. Pero, además, muestra, con tintes de horror, los estragos de la fama. 

Ya sea porque la producción se confunde con una biografía cinematográfica o por su dureza explícita, el resultado de Blonde fue polémico. Las críticas se dividen entre los que la consideran una “pieza de arte” y quienes la catalogan como la película “más sexista y manipuladora jamás filmada”. No obstante, el punto central del debate es que buena parte de lo narrado en la historia no parece creíble. En cualquier caso, no forma parte de investigaciones más profundas y detalladas acerca de los sucesos que rodearon a Monroe. 

La controversia de Blonde se ha vuelto tan complicada como para cuestionar de origen que una película utilice a una figura célebre para explorar ideas más amplias. Manohla Dargis, crítica del New York Times, insistió en que el largometraje era “el más reciente vehículo, casi rozando lo necrofílico, para explotar (a la actriz)”. Una opinión que parece compartir una considerable parte del público. 

Pero, ¿es Blonde tan violenta como se insiste? ¿Se trata de una reinvención irrespetuosa de la figura de la actriz? Más allá de eso, ¿es otro tipo de maltrato que se infringe al legado de la actriz? Tal vez, para comprender mejor lo ocurrido sea necesario analizar, por separado, sus puntos más controvertidos.

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Del papel a la pantalla, el libro Blonde de Joyce Carol Oates

En el momento de su publicación en el año 2000, la novela Blonde, de Joyce Carol Oates, ya levantó polémica. En especial porque la escritora, que admitió haberse documentado de manera “profusa y minuciosa” sobre la actriz, se tomó evidentes libertades sobre su vida. ¿El motivo? Que, para Oates, Monroe “era el emblema” del siglo XX y no una mujer. De esa forma lo plasmó en su libro y, de hecho, toda la curiosa narración está basada en la versión emblemática de la codicia pública sobre el deseo. 

Buena parte del libro Blonde consiste en una recreación ficcional de rumores, comentarios no contrastados y, también, una siniestra versión sobre el mundo de las celebridades. Todo analizado a través del cristal de Monroe.

La actriz se muestra en la ficción como una víctima incapaz de escapar de un monstruoso aparato que la convirtió en un producto. A la vez, como el ejemplo más evidente de la destrucción moral a la que la sociedad somete a las mujeres. 

La frontera entre realidad y ficción

De hecho, la novela es una alegoría. Oates comentó, en una entrevista al Newyoker, que imaginó la transformación de una chica normal de secundaria en una celebridad mundial. “¿Qué puede hacer eso a la estabilidad de cualquiera? ¿Cómo se afronta el reconocimiento como un arma oscura y violenta?”. Se trata de preguntas de extrema dureza que el libro plantea al explorar sucesos terribles desde la óptica de una figura desamparada y rota. 

¿Se trata entonces de una biografía? En el 2015, Oates comentó al periodista Nikolas Charles, de la revista Time, sus intenciones con el relato. La escritora dedicó años a la investigación y documentación, hasta encontrar los hechos que pudiera reescribir y reinventar. Para entonces, su novela había pasado de ser un experimento a una obra mucho más complicada. También, debido a la figura de Marilyn Monroe, que de ser actriz pasó a convertirse en un símbolo de los tránsitos intelectuales y morales de la sociedad norteamericana.

Según Oates, “Blonde es un verdadero estallido mítico en el que Marilyn es todo y nada. Una gran ballena blanca de importancia, que no se destaca por el ciego poder de la naturaleza, sino por el poder del artificio”.

¿Hay algo de cierto en la película Blonde?

El largometraje de Dominik recupera casi al completo el espíritu del libro. Por medio de recreaciones cuidadosas de escenarios, fotografías y metraje, crea una atmósfera incómoda y cruel. Pero, en especial, muestra a Marilyn Monroe (Ana de Armas) como una criatura afligida y destruida por el peso de la industria del cine. Una versión muy cercana a la reflexión sobre la violencia de Oates que, además, recrea de manera puntillosa el Hollywood de la época de la actriz.

No obstante, varios de los hechos más polémicos son exagerados o directamente falsos. De la misma forma que sucede en el libro, el interés de la película no es la veracidad. En realidad, es construir un relato crudo sobre los horrores de la violencia en el mundo del espectáculo. Para ello, convierte la visión de Oates en una percepción de pesadilla sobre Marilyn Monroe y las circunstancias que la rodearon. A la vez, hace de los traumas de la actriz escenarios que analizan todo tipo de situaciones dolorosas relacionadas con el abuso, el maltrato y la violencia. 

Por supuesto, se trata de un riesgo argumental considerable. Al menos tres de los grandes sucesos que narra la película están basados en la interpretación de Oates y, después, de Dominik. Lo que supone que la línea entre la ficción y lo verídico es tan confusa como problemática. Uno de los grandes debates que atravesó la película en su fin de semana de estreno y, en especial, al momento de analizar su repercusión. 

Blonde, Ana de Armas como Marilyn Monroe

Blonde y el dolor como escenario

Desde mostrar a Monroe como una víctima de sus parientes, hasta el debate sobre la violencia sexual que sufrió. Blonde atraviesa terrenos duros que quedan suspendidos entre la especulación, la ficción y los datos verificables. Varios de los más controvertidos terminaron por convertir la discusión alrededor de la película en un enfrentamiento entre puntos de vista. 

¿Marilyn estuvo a punto de ser asesinada por su madre? No hay registro sobre un hecho semejante. Sin embargo, Arthur Miller le dijo a la BBC en 1968 que su exesposa solía hablar sobre el maltrato doméstico que sufrió desde la niñez. “Su madre trató de matarla tres veces”, explicó el escritor. “A lo largo de la mayor parte de su vida, Marilyn a menudo comentaba que aún podía recordar vívidamente estos horribles encuentros”.

Otro punto incómodo de Blonde es el supuesto trío amoroso que la actriz sostuvo con los hijos de Charlie Chaplin y Edward G. Robinson. Un hecho que busca retratar la manipulación y el maltrato que atravesó la actriz, pero que jamás ocurrió. Tampoco hay evidencia sobre abortos forzados, aunque las escenas se utilizan para profundizar en la historia de Hollywood.

Blonde, Ana de Armas como Marilyn Monroe

Con frecuencia, productores y ejecutivos presionaban a sus actrices a procedimientos semejantes. En particular, había una severa presión sobre la capacidad reproductiva femenina en el Hollywood de la época de Monroe. Desde la pérdida de beneficios por el nacimiento de un bebé — como en el caso de Ava Gadner —, hasta abortos, como ocurrió con Judy Garland. La industria del cine fue especialmente cruel con sus actrices más conocidas. ¿Fue el caso específico de Monroe? No hay pruebas al respecto, pero tanto Oates como Dominik usan su figura para profundizar sobre el tema. 

Más allá de la ficción, una Marilyn Monroe más poderosa

Al final, Blonde es una reinvención sobre la violencia de Hollywood a través de un símbolo norteamericano de éxito. ¿Es válida su visión? Desde el punto de vista de la ficción, la película cumple con el objetivo de debatir y confrontar puntos incómodos. 

¿Olvida la parte más luminosa de la actriz? Se trata de un dilema que atraviesa los límites de la narración cinematográfica. Uno de los elementos más complicados de un largometraje que, para bien o para mal, se enfrenta directamente a elementos oscuros de la historia del cine.