No se puede predecir un terremoto con seguridad. De hecho, hay muchos mitos al respecto, como que si hay muchos terremotos pequeños en un lugar se liberan tensiones que evitan que se dé otro más grande. Al contrario que con los fenómenos meteorológicos, no se puede hacer una predicción relativamente exacta que ayude a la población a ponerse a salvo. Sin embargo, en los últimos años los científicos han dado con varios factores que ayudan a calcular la probabilidad de que en un punto concreto haya grandes seísmos en los próximos años. Hay de todo, pero uno de los factores más curiosos es la presencia de animales muertos en el fondo marino.

Bueno, no de los animales en sí, sino de lo que queda de ellos. Y es que, según un estudio publicado recientemente en Lithos, la acumulación de calcita, procedente de la acumulación durante millones de años de organismos unicelulares muertos, puede influir en la forma en la que dos placas litosféricas interactúan entre sí.

Eso sí, la presencia de esta sustancia no es el único factor que influye, ya que depende mucho de su capacidad de disolución en el agua. Si se disuelve, las placas tendrán más libertad de movimiento. En cambio, si se mantiene sólida, puede hacer de tope, dificultando los pequeños roces que ayudan a liberar tensiones y facilitando que la energía se libere abruptamente en forma de gran terremoto. Por eso, estudiar el estado de disolución de la calcita en las grandes fallas es una buena forma de predecir posibles terremotos.

¿Cómo se forma un terremoto?

Antes de hablar de calcita, debemos tener claro cómo se producen los terremotos. A grandes rasgos, estos se dan en la zona de fricción entre una placa oceánica, que se hunde, y otra continental, que se eleva sobre ella. Si el contacto entre placas estuviese suficientemente lubricado, el movimiento sería suave y no habría lugar a terremotos.

Sin embargo, a veces se llegan a acumular tensiones, que se liberan abruptamente, dando lugar a seísmos. Por eso, para predecir dónde podrían darse grandes terremotos, es importante buscar fallas, que son fracturas del terreno en las que se han deslizado dos bloques, uno respecto a otro. 

El estudio que acaba de publicarse de la mano de científicos de la Universidad Victoria se centra en la falla Hikurangi. La más grande en las inmediaciones de Nueva Zelanda. Se sabe que en la zona de choque de placas hay grandes cantidades de calcita, ¿pero cómo puede influir esta en que se generen terremotos?

Calcita y temperatura del agua

Como ya hemos visto, si la calcita se disuelve, el choque de placas estará más lubricado y no se acumularán tensiones. En cambio, si esta se encuentra más sólida, sí que puede haber más probabilidad de terremotos.

Ahora bien, ¿de qué depende su solubilidad? Según estos científicos, la clave está en la temperatura del agua, ya que se disuelve mejor a temperaturas más frías. El problema, además del calentamiento que están sufriendo los océanos en todo el mundo, es que a medida que aumenta la profundidad de la Tierra la temperatura es mucho mayor. Puede llegar a aumentar hasta 10 °C por kilómetro. Y, dado que esta es una falla muy profunda, es esperable que llegue un punto en que la calcita no pueda apenas disolverse, aumentando la probabilidad de grandes terremotos. Además, como consecuencia, podrían darse tsunamis de gran intensidad. 

Pero, precisamente por su profundidad, no se pueden estudiar esas calcitas más calientes. Por eso, los autores del estudio han usado como aproximación las capas expuestas de piedra caliza, piedra de barro y limo en una costa local, al sureste de Martinborough, en la Isla Norte.

De momento no tienen los resultados, pero sí que parece clara la relación entre calcita y terremotos. Ahora falta extrapolar el comportamiento de estos materiales en Martinborough a las capas inaccesibles de Hikurangi. Es algo vital, ya que se calcula que hay un 26% de probabilidad de que se desarrolle en la falla un gran terremoto en los próximos 50 años. Conocer mejor la zona y adelantarse a los acontecimientos puede ayudar a tomar las precauciones necesarias dentro de lo posible. Y todo porque hubo algunos animales que murieron hace millones de años y se depositaron en el fondo de la falla. Las conexiones que se producen en la naturaleza son fascinantes.

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