Andor, con ocho capítulos estrenados en Disney+, se encamina hacia el final de su primera temporada. Sin embargo, a pesar de las expectativas al momento de su estreno, la serie es una auténtica decepción en audiencia

¿El motivo? Todavía no está muy claro qué provoca que Andor, considerada una producción sofisticada enfocada en una nueva audiencia para Star Wars, no logre conquistar a los fans. Incluso, que se considere un fracaso entre los ambiciosos planes de la franquicia para el futuro. 

¿Demuestra Andor que los relatos relacionados con el universo de Lucas tienen límites definidos? ¿Que el mundo profundizado en los libros, juegos y películas tiene una identidad tan concreta como para restringir las libertades que se tomen sobre sus historias? 

El incómodo fracaso de Andor y su diálogo con otras historias de Star Wars

Hasta ahora, la serie de Tony Gilroy mostró su cualidad como una producción atípica de Star Wars. En especial, porque no profundiza en temas tradicionales de la franquicia. La visión de las múltiples razas alienígenas, sables de luz, incluso la mera manifestación de la Fuerza, no forman parte de la historia. Tampoco hay ninguna conexión con varias de las grandes narraciones de la saga. 

Lo que podría explicar, de alguna forma, el escaso éxito de la serie entre buena parte de los fans de la saga intergaláctica. A pesar de sus indudables cualidades narrativas, Andor se aleja de forma considerable de la identidad del mundo imaginado por George Lucas. 

Tanto como para que su trama, que profundiza en los primeros años de la Rebelión, parezca desvirtuar la forma en que Star Wars concibe sus historias. Cassian Andor, personaje principal en la aclamada Rogue One, es, en la serie que lleva su nombre, un testigo excepcional de un suceso mayor. La premisa le lleva a recorrer los estratos entre lo político y las complicadas ramificaciones del Imperio como estructura burocrática. 

Pero, ¿es una exploración semejante suficiente para Star Wars? Buena parte de la saga se basó en su combinación eficaz de fantasía y un argumento emocional bien construido. Desde el dilema de la familia Skywalker hasta las diversas dimensiones de la lealtad, el amor y la esperanza. La franquicia creció en su capacidad de ser tan divertida, sentida y conmovedora como para vincular su argumento con los fans a un nivel emocional. Pero, a la vez, incluir batallas a través del espacio profundo, armas, criaturas inexplicables, la exploración a diversas culturas y creencias alienígenas. 

Andor, cuyos episodios transcurren entre tensas conversaciones y escenas de dignas de un thriller de suspense a toda regla, carece de esa dualidad. Tanto como para que se haya comentado que es la producción Star Wars que se aleja por completo de su fórmula habitual. Lo que podría ser el obstáculo principal para que se convierta en un éxito como el que se suponía que podría ser. 

Los vínculos entre Andor y Rogue One

Gilroy, guionista de Rogue One, llevó el planteamiento de la película a la serie. Una historia trágica con un final atípico en el que el elemento humano se profundiza de manera adulta y con poca relación con la fantasía. Tanto que ambas producciones se complementan entre sí. Al menos, es la intención del guionista, que antes del estreno comentó que Andor es una “visión nueva” sobre la trama original.

Pero la película es una celebración de un suceso de considerable importancia en el universo Star Wars. De hecho, su guion está basado en una célebre línea de Star Wars: El retorno del Jedi. La destrucción de la estrella de la muerte marcó un antes y un después en la percepción sobre la Rebelión. Además de demostrar hasta qué punto los esforzados hombres y mujeres que la sostenían estaban dispuestos a llegar. Cassian Andor formó parte de la misión suicida que, al final, logró obtener la información que permitió al grupo subversivo lograr su más emblemático triunfo.

Pero Andor se concentra en el tránsito interno de su personaje titular. Lo muestra desde su niñez y, después, como un mercenario casi involuntario. A su alrededor, se suceden situaciones cada vez más complicadas, que implican relatar cómo el Imperio intentó contrarrestar la recién nacida amenaza rebelde. 

Sin embargo, en lugar de escenas de enfrentamientos espaciales, planetas coloridos o, incluso, la insinuación de poderes inexplicables, la serie se concentra en conflictos intelectuales. Poco a poco, el análisis sobre batallas morales, éticas y espirituales se convierten en un paisaje complicado cada vez más singular. Algo que la aleja por completo de la emocional versión de Space Opera de la franquicia original y brinda a Andor su singular identidad. 

Andor, Diego Luna

¿Un fracaso que anuncia un paso atrás en nuevos proyectos?

Según comentó en una entrevista a Vanity Fair, Gilroy escribió la serie para “personas que no eran obsesivas de Star Wars de por vida”. Lo que deja claro su marcado aire independiente y la renuencia del argumento a vincularse con narraciones más emblemáticas. Andor, cronológicamente situada antes de que Luke Skywalker aparezca en escena, desaparece por completo del escenario de la simbólica familia de Star Wars. Mucho más, decide recorrer espacios por completo nuevos sobre la forma en que la franquicia puede comprenderse

“En la galaxia, hay miles y miles de millones de seres”, explicó Gilroy a Vanity Fair. “Hay electricistas y limpiadores de alfombras. Toda esta gente está ahí. No todos saben sobre la Fuerza, los Jedis o la familia real. El Imperio les está afectando de la misma manera (que al resto de los personajes). Mi enfoque es, ¿qué pasa con ellos? ¿Qué pasa con lo que está pasando en la cocina? Supongo que siempre estoy mirando a la vuelta de la esquina. ¿Qué están haciendo estas otras personas?”.

Se trata de un experimento interesante que, en los primeros tres capítulos de Andor, sorprendió por su sensibilidad. Pero que a medida que avanzó la serie la separó de manera radical del resto de la saga. Tanto como para que sea definida, incluso por su propio creador, como “una película de espías ambientada en Star Wars”. 

Eso obligó a Gilroy a sacrificar el entretenimiento en estado puro que siempre fue parte de la fórmula habitual de Star Wars. Sin humor, errores, guiños o frases homenaje al universo de Lucas, Andor parece distante del acostumbrado tono del conjunto de narraciones. Lo que parece reflejarse en la forma en que los espectadores se relacionan con su historia.

Andor y el dilema de una nueva generación de fans

A cuatro capítulos de su final, Andor es una rareza. Tanto en su forma de comprender un mundo vasto y generacional, como su mensaje levemente pesimista. La historia de un héroe destinado a morir puede parecer sorprendente en medio de otras tantas con grandes figuras que intentan sobrevivir. 

¿Es la disonancia entre mensajes el motivo del posible fracaso de Andor como premisa? Solo queda analizar los últimos giros argumentales para comprender por completo el fenómeno que la rodea. 

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