El sexto capítulo de La Casa del Dragón empieza con un parto: el de Rhaenyra. A pesar de los gritos lógicos, todo transcurre sin incidentes y pronto tiene a su tercer hijo en brazos. No ocurre lo mismo con Laena, cuyo parto se complica hasta el punto de que el maestre ofrece a Daemon la misma solución que en su día ofrecieron a Viserys con la reina Aemma: una cesárea de urgencia en la que la madre muy posiblemente no sobreviviría. Laena no está dispuesta a morir en el parto, por lo que se planta ante su dragón y le ruega que acabe con ella. Al día siguiente, Daemon y sus hijas observan el círculo de cenizas en cuyo interior están todavía los huesos de Laena. Y es aquí donde surge una duda: ¿por qué los huesos no se quemaron?

Sabemos que, cuando se incinera un cuerpo, se reduce totalmente a cenizas y no queda ni rastro de los huesos. Incluso en Juego de Tronos vimos cómo los dragones de Daenerys eran capaces de pulverizar por completo un ser humano, sin dejar nada más que sus cenizas. Por lo tanto, sería esperable que Vhagar, el dragón de Laena, hiciese lo mismo con su amazona. No ocurre así, por lo que podemos hacernos una pregunta.

Por un lado, qué temperatura se necesita para desintegrar los huesos y, por otro, ¿pueden alcanzar los dragones dicha temperatura? Lógicamente, es todo hipotético, dado que estos animales no existen, pero no es algo imposible de responder. 

La Casa del Dragón es la nueva serie del universo de Juego de Tronos

El calor que pulveriza los huesos

El componente principal de los huesos es la hidroxiapatita, un mineral biológico formado por fosfato de calcio cristalino. Por lo tanto, para saber a qué temperatura se desintegran los huesos, debemos saber cuál es la temperatura a la que se descompone este material. Esta puede variar, pero en general se encuentra entre los 800 °C y los 1.200 °C.

Está claro que esta es una temperatura altísima, por lo que no sabemos si los dragones pueden alcanzarla al escupir sus llamas.

Ni en las novelas de George R. R. Martin ni en Juego de Tronos o La Casa del Dragón se hacen referencias explícitas a la temperatura que alcanza el fuego de los dragones. No obstante, si nos fijamos en los últimos capítulos de la primera serie, sí que podemos hacer algunas conclusiones.

Las observó en 2019 el usuario de Reddit MrBanana, al comprobar que, cuando Daenerys arrasa Desembarco del Rey a lomos de Drogon, este es capaz de deshacer los muros de piedra como si fuesen de papel

Esto nos puede dar una idea de la temperatura del fuego que vomita el dragón, pues normalmente los muros de los castillos estaban hechos de arenisca o piedra caliza. El punto de fusión de la primera está en torno a los 1.300 °C, aunque depende de la densidad. En cuanto al de la caliza, puede ir de los 825 °C a los 1.339 °C. Por lo tanto, el fuego de dragón debería ser de al menos 1.200 °C-1.300 °C para arrasar la ciudad del modo en que lo hizo. Esto es superior a la temperatura para descomponer la hidroxiapatita, por lo que sí podrían deshacer los huesos.

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¿Qué pasa con Laena en ‘La Casa del Dragón’?

Hemos llegado a la conclusión de que Vhagar podría haber reducido el cuerpo de Laena a las cenizas totalmente, incluyendo sus huesos. Pero no es eso lo que pasa. Esto podría ser por dos motivos principalmente.

Por un lado, dado que Drogon es un dragón muy especial, que se mantuvo durante siglos en un huevo petrificado junto a sus dos hermanos y nació entre las llamas, podría ser que su fuego fuese más potente que el resto. Incluso podría haberse alimentado de la ira de la propia Daenerys. Esto no es científico, lógicamente, pero en este momento estamos hablando de criaturas fantásticas, se permite la licencia.

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Por otro lado, en este capítulo de La Casa del Dragón vemos cómo Vhagar inicialmente se resiste a cumplir los deseos de Laena. Ella es su jinete y los dragones guardan lealtad a quienes vuelan con ellos. Sin embargo, al comprobar que esta está sufriendo, se decide a obedecer a uno de sus desesperados Dracarys y la envuelve en llamas. Esto tampoco debe ser fácil para el dragón y puede que no lance su fuego con la misma intensidad que lo haría en otra ocasión. ¿Quién sabe? A lo mejor, los dragones pueden controlar la temperatura con la que vomitan. Eso ya son solo suposiciones, pero lo que está claro es que, si nos ceñimos a lo que vemos en ambas series, los huesos podrían haberse convertido también en cenizas. 

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