Han pasado ya más de siete años, pero todavía me acuerdo de la cantidad de artículos de opinión que se escribieron acerca del Apple Watch de oro de 18 quilates. Los smartwatches por aquel entonces no eran más que un juguetito para frikis, otra pantallita más en la que ver notificaciones. Y, claro, cuando Apple entró en el mercado ofreciendo una versión de lujo, el cerebro de estos mismos frikis cortocircuitó. Ahora, con el Apple Watch Ultra ha vuelto a pasar.
En realidad no era tan llamativo ni descabellado. Apple era consciente de la importancia que tenía de que su reloj, además de ofrecer funciones inteligentes, fuese algo bonito que todo el mundo quisiera llevar. Los iPod se pusieron tan de moda en parte por los auriculares blancos que incluían y los MacBook por la manzanita iluminada. Son detalles que identifican el producto, y aportan cierto status. Con él, este aspecto era crucial. En el siglo XXI lo menos importante es la función del reloj, si no lo que dice sobre la persona que lo lleva, y por se enfocó desde el principio dentro de la categoría lifestyle.
Apple quería tener su propio Cartier Tank, el reloj de vestir que vestía la creme de la creme como Muhammad Ali, Warhol o Yves Saint Lauren, y que los famosos lo llevasen y estos ayudasen a que se vendieran más modelos asequibles. Los productos de lujo no suelen generar la gran parte de los ingresos de las compañías que los producen, pero ayudan a posicionar la marca y aumentar las ventas del resto de modelos. Lo que se le escapó a Apple es que, si atendemos a la historia de los relojes de pulsera, lo que de verdad encumbró a ciertos modelos fueron precisamente funciones y no solo su valor puramente ornamental. Eso viene después como aliciente. El iPod no se empezó a popularizar por los auriculares, sino por su función.
Con el propio Apple Watch sucedió esto, y no fue hasta que se fueron implementando funciones de salud cuando sus ventas despegaron y se hizo un imprescindible en la vida de millones de personas. En una sociedad como la americana, en la que más del 70 % de la población padece sobrepeso, tener un dispositivo que te anime a moverte genera un gran atractivo. Apple supo también promocionarlo como un dispositivo que salva vidas. Por lo que ya no solo atendió a sus potenciales clientes, sino también a sus seres queridos y personas mayores.
El Apple Watch es un dispositivo dentro de la categoría de salud y bienestar, no de la categoría lifestyle como pretendió en un primer momento. Las opciones de estilo llegaron por el color de la carcasa y las correas, pero las ediciones en oro pasaron sin pena ni gloria. Tras la salida del modelo Ultra, han sido descatalogadas. Apple se quedó sin su Cartier Tank, pero ahora tiene su propio Rolex Submariner, porque el verdadero smartwatch de lujo de Apple no es el Edition, un reloj de vestir, sino el Apple Watch Ultra, su smartwatch deportivo.
El origen bélico del reloj, que hoy en día sigue vigente
Tradicionalmente, los relojes se llevaban en el bolsillo, y no fue hasta finales del siglo XIX cuando se empezaron a ver modelos sujetos a cintas o cadenas. Estaban diseñados exclusivamente para que los vistiesen las damas, ya que se percibían como algo delicado y femenino al estar ligado con las joyas. Pero sacar el reloj del bolsillo para consultar la hora era elegante, pero no práctico. Y en 1904, el piloto de aviones Alberto Dumont le pidió al relojero Louis Cartier un reloj que pudiese ser visualizado a las manos mientras pilotaba un avión. Así nació el primer reloj de pulsera para caballeros sin esa connotación femenina. ¿Acaso hay algo más masculino que pilotar un avión?
El estallido de la Primera Guerra Mundial popularizó y extendió su uso. La hora fue crucial en las maniobras bélicas, y no era sencillo consultar la hora con el reloj de bolsillo mientras estabas pegando tiros. «El servicio telefónico y de alertas… ha hecho obligatorio el uso de relojes para los soldados. La única forma práctica de llevarlos es en la muñeca», decía el New York Times en 1916. Y a partir de ese momento las relojeras emplearon esa idea para venderlo al gran público. ¡Cumple incluso en las trincheras!
Tras la Segunda Guerra Mundial, el reloj seguía siendo un útil claramente masculino, y los departamentos de marketing supieron trasladar la esencia del reloj de campo para crear el deportivo, que pasarían a ser el mejor aliado de aquellos hombres en sus hercúleas y sorprendentes tareas. Su popularidad no ha parado de crecer, y su esencia se mantiene hasta nuestros días revitalizada, una vez más, por los relojes inteligentes.
Los hombres de clase alta comenzaron a vestir relojes especialmente diseñados para pilotos, escaladores o submarinistas. Eran la herramienta de grandes hombres logrando grandes hazañas. Estos modelos salvaron la industria de los relojes suizos que agonizaba tras la invención de los primeros relojes con cristal de cuarzo.
Nacieron en el campo de batalla, y su esencia se conserva. Sus funciones y los materiales de construcción con los que están fabricados cobran una especial importancia. ¿De qué sirve una correa de cuero italiano y una caja de oro mientras surcas los rápidos de un río o escalas una montaña? Los hombres aventureros necesitan titanio, cerámica o acero. Ese es el espíritu que se busca y se vende.
Apple Watch Ultra para deportistas y gente que no aburrida
Apple ha sabido adoptar a la perfección esa esencia con las funciones digitales que solo la marca puede ofrecer, y por eso su nuevo reloj no es el Watch Pro, sino el Apple Watch Ultra. Lo profesional hoy en día está asociado con un aburrido, deprimente y sedentario trabajo de oficina, no con la guerra, las carreras y la aventura. Por eso se llama Ultra: un reloj diseñado para situaciones extremas. Y así ha sido anunciado a través de vídeos grabados en las más altas montañas o buceando en las más profundas aguas.
El precio del Apple Watch Ultra mucho más bajo que el modelo de oro, por lo que se venderá mucho más y aumentará los ingresos medios por usuario. Una de las métricas más importantes para obtener más margen de beneficio. Va a ser un producto no solo más rentable y exitoso, sino que también ayudará a posicionar la marca mejor frente a la competencia de relojes deportivos especializados. Es su propio Rolex Submariner, el reloj de James Bond, el modelo deportivo más popular de la historia.
El Apple Watch Ultra es un smartwatch para los deportistas extremos, pero también para la gente corriente que sueña con vivir vidas menos monótonas que las que viven. Sirva el reloj por lo menos para aportar ese toque aventurero.