¿Es el iPhone 14 el teléfono que debes comprar? Esa es una pregunta que, a diferencia de años anteriores, tiene más condicionales de los que me gustaría. Y es que el iPhone 14 es un producto indudablemente sólido, pero a la vez bastante peculiar.
Mi propósito a lo largo de los días que he estado usando el dispositivo no ha sido otro que determinar cuán notorias son las mejoras que aporta respecto al iPhone 13 y, sobre todo, si esa evolución justifica el pago de 100 euros adicionales que Apple pide por este modelo –o más, si se compra en ciertos distribuidores–.
Tabla de contenidos
- ¿Por qué ha subido de precio en Europa?
- Los 10 cambios principales del iPhone 14
- Mi experiencia con el iPhone 14
- ¿Debes comprar el iPhone 14?
¿Por qué ha subido de precio en Europa?
Antes de entrar en el desempeño del producto en sí, permitidme explicar la cuestión del precio, pues creo que es clave para contextualizar bien este iPhone 14.
Empecemos por el principio: Apple fija los precios de sus productos en dólares, que es su moneda de referencia. Una vez hecho, transforma esa cifra al resto de divisas y suma otros factores específicos de cada región (impuestos, costes de importación, etc.).
Hagamos ahora unos cálculos bastante sencillos:
- El iPhone 13 salió a la venta en EE.UU. por 799 dólares (sin impuestos). Usando el tipo de cambio de 0,844 (el vigente a 1 de septiembre de 2021), la cifra resultante es de 674,35 euros (sin impuestos).
- El iPhone 14 salió a la venta en EE.UU. por 799 dólares (sin impuestos). Usando el tipo de cambio de 1,005 (el vigente a 1 de septiembre de 2022), la cifra resultante es de 802,99 euros (sin impuestos).
La evolución del mercado monetario –es decir, cómo ha cambiado el tipo de cambio entre el dólar y el euro en los últimos meses– ha hecho que el iPhone 14 se encarezca casi 130 euros respecto al iPhone 13 en su momento de lanzamiento. Una cifra que, insisto, no incluye elementos como el IVA, los costes e impuestos derivados de la importación a la UE, el cánon que aplica el Gobierno español a este tipo de productos, etc.
Pese a ello, Apple “solo” ha aumentado el precio del iPhone en 100 euros. Es decir: en las tiendas, el iPhone 14 se vende por 100 euros más (1009 €) que el iPhone 13 cuando salió a la venta hace un año (909 €).
Por cierto: las variaciones en los tipos de cambio no solo han afectado a Europa. También a otros países como Japón, Corea del Sur, Reino Unido… En todas esas zonas, el precio también ha subido respecto a la generación previa.
Este iPhone 14, por lo tanto, es un producto condicionado por la coyuntura económica. Los consumidores europeos que acudan a las tiendas verán que este teléfono es más caro de lo que, en otras circunstancias, debería ser. Y eso, evidentemente, influirá en la decisión de compra.
Los 10 cambios principales del iPhone 14
- Una nueva gama de colores compuesta por blanco, negro, rojo, violeta y azul.
- Hereda la cámara principal del iPhone 13 Pro, que tiene un sensor más grande y también un objetivo más luminoso.
- La cámara frontal tiene enfoque automático, además de un objetivo más luminoso.
- El procesador sigue siendo el A15 Bionic, pero ahora tiene una GPU con 5 núcleos, en lugar de los 4 que tenía el chip del iPhone 13. También se ha mejorado el interior del chasis para disipar mejor el calor.
- Es capaz de detectar accidentes de coche gracias a una serie de nuevos sensores, además de conectarse a satélites en caso de emergencia.
- Todas las cámaras se benefician del nuevo Photonic Engine.
- El modo cine ahora funciona en 4K HDR y hasta 30 FPS.
- Estrena un modo acción que permite grabar vídeo con una estabilización superior.
- Tiene Bluetooth 5.3.
- La batería es ligeramente más grande.
La lista de cambios, como decía líneas más arriba, es menor que en otras ocasiones. Uno puede atribuir esto a factores macroeconómicos. Es decir: Apple ha implementado menos novedades que otros años para rebajar el coste de producción del teléfono y compensar así la inflación o los tipos de cambio adversos en algunos mercados.
No podemos descartar esa opción, aunque me inclino a pensar que, sin esos factores económicos, el iPhone 14 que habríamos conocido sería bastante similar al que tenemos. Más barato en mercados como Europa, sí, pero no demasiado diferente desde el punto de vista técnico.
Me inclino a pensar así por tres motivos:
- Los iPhone se planifican con bastante antelación. Y, aunque el año pasado existían indicadores sobre un posible aumento de la inflación a lo largo de 2022, otros factores como la guerra entre Rusia y Ucrania –que ha agravado aún más la situación económica en todo el mundo– no eran previsibles. No creo, por lo tanto, que Apple haya modificado el producto que tenía originalmente previsto para hacerlo más barato o peor. Cuando el huracán económico se desató a lo largo de 2022, el iPhone 14 estaba ya en una fase bastante avanzada de desarrollo.
- Ciertas decisiones de producto dejan entrever que estaban tomadas antes incluso de los factores macroeconómicos actuales. Ejemplo: el A16 Bionic tiene un módulo específico –el Display Engine–para gestionar la Isla Dinámica. Por lo tanto, Apple tenía claro que dicho chip iba a ser exclusivo para los modelos Pro.
- Apple no podría haber mejorado mucho más este iPhone 14 sin sacrificar la diferenciación con los Pro. El teleobjetivo, la pantalla con 120 Hz y siempre encendida, el lateral de acero inoxidable, el sensor de 48 megapíxeles… Llevar estas funciones al modelo más económico restaría ventas al iPhone 14 Pro.
Esto no quiere decir, insisto, que no se haya podido hacer algún ajuste en las fases previas al lanzamiento para encajar la estructura de costes a la coyuntura económica. Solo los equipos internos de Apple saben cuál es la realidad. No obstante, me inclino a pensar que, en caso de haber ocurrido, han sido cambios menores. Nada significativo.
Mi experiencia con el iPhone 14
Expuesto todo este contexto económico / estratégico, entremos, ahora sí, en el producto. ¿Cómo se comporta el iPhone 14 en el día a día? ¿Es el teléfono que debes comprar?
En la mano, el iPhone 14 es un producto excelente. De esos que quieres usar constantemente sólo por cómo se sienten. Las líneas rectas, la firmeza de los botones, el tacto de los materiales… La calidad de remate es superior a lo habitual en esta gama.
También es ligero, delgado, resistente y, cómo no, atractivo. Una lista de adjetivos que no debería ser una sorpresa para quien leyera los análisis que hicimos en su día del iPhone 12 o el iPhone 13, dos productos que también eran excepcionales y con los que guarda múltiples similitudes.
Resulta llamativo, por cierto, que, dos años después de inaugurar esta pauta de diseño –arrancó con el iPhone 12–, se siga sintiendo moderna y atractiva, algo que no se puede decir de todos los teléfonos de la competencia. Una muestra de que el buen diseño también es timeless.
El A15 Bionic sigue siendo más rápido que la competencia
En lo que a rendimiento se refiere, no se puede decir nada negativo del iPhone 14. El SoC es el mismo que encontramos en el iPhone 13 Pro, cuya GPU tiene un núcleo más que la del iPhone 13 estándar. Si te pasas el día jugando a títulos exigentes, este núcleo extra debería darte algúnos FPS adicionales. En el resto de situaciones, es imperceptible.
Una mejora que Apple no ha comunicado pero viene implícita con esta variante del A15 Bionic son los 6 GB de memoria RAM. El modelo anterior tenía 4 GB de memoria RAM, una cantidad de memoria con la que iOS funciona a las mil maravillas. No obstante, esos 6 GB permiten tener más aplicaciones abiertas en segundo plano –perfecto para los power users de la multitarea–, da algo más de margen a las aplicaciones más exigentes y, también, debería hacer que el iPhone 14 envejezca un poquito mejor.
En lo que a potencia bruta se refiere, podemos hacer dos lecturas.
- Por un lado, habría sido positivo que este móvil también diera el salto al A16 Bionic, manteniendo la paridad de procesador que Apple había aplicado hasta ahora entre los modelos normales y los Pro.
- Por otro lado, el A15 Bionic sigue tan delante de la competencia que, incluso un año después, supera en rendimiento a lo mejor de Qualcomm disponible en estos momentos. Por lo tanto, aunque no obtengas el mejor procesador de Apple, sí tienes un chip superior al de la mayoría de rivales con Android.
Todo esto se traduce en una experiencia de uso maravillosa en todo tipo de situaciones, incluso al ejecutar esas aplicaciones exigentes que piden al procesador lo mejor de sí mismos. Apple, además, es referente en lo que a eficiencia se refiere, por lo que son capaces de entregar tales niveles de potencia sin sacrificar la autonomía ni sufrir caídas de rendimiento agresivas por calentamiento excesivo del chip. De hecho, en este modelo se ha mejorado la estructura interna del chasis para disipar aún mejor el calor.
Sin mejoras significativas en la autonomía o la carga
La batería del iPhone 14 es levemente más grande que la del iPhone 13. La diferencia es minúscula, pero suficiente como para lograr alguna hora extra en las cifras que Apple publicita en su web. En la práctica, la autonomía es similar a la del iPhone 13, el cual sí trajo consigo una mejora más perceptible en este sentido respecto al iPhone 12.
Esto quiere decir que puedes afrontar cualquier jornada de uso sin sufrir por encontrar un cargador a mitad de la tarde. Solo si haces un uso exigente del iPhone 14 (jugar a Geshin Impact durante varias horas o usar el móvil como GPS durante un viaje largo en coche) tendrás que recurrir al cargador antes de terminar el día.
En lo que respecta a la carga, no ha cambiado nada. Seguimos con un sistema que, con el adaptador correspondiente, recupera el 50% de la batería en 30 minutos. No es el más veloz del mercado, ni mucho menos. Marcas como Xiaomi u Oppo superan habitualmente los 60 e incluso los 100 vatios en muchos de sus teléfonos.
Por lo general, que el iPhone 14 no tenga un sistema de carga más veloz no supone un problema, pues el teléfono aguanta consistentemente una jornada de uso convencional. Es cierto, no obstante, que en escenarios concretos –como cuando estás de viaje– sí resulta útil tener esa opción a tu disposición.
La cara negativa de los sistemas de carga rápida que tienen otras marcas, eso sí, es que degradan la batería más de lo habitual. Es mera física. Cuanto mayor es el estrés al que se somete la batería, más se reduce su capacidad con el paso del tiempo. Otra cosa es que la degradación tras un periodo de tiempo determinado se mantenga dentro de unos márgenes aceptables, que es lo que muchas marcas recalcan cuando presentan sistemas de carga muy veloces. Pero que una batería nutrida diariamente con un adaptador de 5 W va a durar más tiempo que una recargada a 60 W es un hecho irrefutable.
Una posible solución intermedia es que Apple implemente un sistema de carga rápida superior pero, eso sí, deba activarse manualmente cada vez que se conecta el cargador. Es decir: que la carga por defecto sea más lenta –para preservar la batería–, pero, en esas situaciones concretas en las que necesitamos marchar rápido, se pueda ir más allá.
El iPhone 14, como los modelos anteriores, se puede recargar inalámbricamente gracias al estandar Qi y, además, es compatible con MagSafe. Es decir: puedes acoplar accesorios como carteras, trípodes o baterías gracias a una serie de imanes situados en la parte trasera del teléfono. Una idea sencilla pero útil que, honestamente, aprovecho cada día.
Una pantalla fantástica que necesita ir más allá de 60 Hz
La pantalla del iPhone 14 no ha sufrido cambios respecto al modelo previo. Tiene el notch de tamaño reducido, mide 6,1 pulgadas, representa el color de la misma manera, alcanza los mismos niveles de brillo… Es, sinceramente, una pantalla fantástica. Otras marcas logran cifras parecidas sobre el papel, pero donde Apple saca pecho es en áreas como la calibración de color, la reproducción de contenidos HDR, la visibilidad en lugares luminosos, la adaptación del color al entorno (True Tone), etc. Las pantallas de Apple siempre están entre las mejores de la industria y la del iPhone 14 no es una excepción.
El único pecado de la pantalla del iPhone 14 es la tasa de refresco, que permanece en 60 Hz. Y sí, reconozco que tengo una sensibilidad especial respecto a ello. Pero, incluso dejándo esa inclinación personal al margen, la realidad es que en 2022 empieza a ser difícil de justificar que un producto con este precio no tenga un panel con una tasa de refresco superior. Es una característica que mejoraría tanto la experiencia de uso –hace que todo se sienta más fluido– como la autonomía –permite bajar la tasa de refresco cuando es posible para ahorrar energía–.
¿Cómo es la cámara del iPhone 14?
En el campo fotográfico, el iPhone 14 toma prestados ciertos elementos del iPhone 13 Pro. El sensor principal, por ejemplo, es el mismo. Comparado con el del iPhone 13 estándar, que es su predecesor, este es más grande, tiene un objetivo con una apertura mayor y, por consiguiente, capta más luz e información en todo tipo de situaciones.
La segunda cámara (ultra gran angular), en cambio, no es la misma que la del iPhone 13 Pro. Por ejemplo: no tenemos fotografía en modo macro y el objetivo no es tan luminoso como el del 13 Pro.
La cámara frontal, por último, sí que ha cambiado. Un sensor mejor, un objetivo más luminoso y, además, capacidad de autoenfoque. Exactamente igual que los iPhone 14 Pro.
Todo esto, cómo no, se ve aderezado por software. El iPhone 14 adopta el Photonic Engine, el cual, según Apple, aplica la tecnología Deep Fusion en una fase más temprana y sobre los datos en bruto. Un cambio que, según Apple, contribuye a mejores resultados.
Lo que permanece estático es el sistema Smart HDR 4, el modo nocturno, los estilos fotográficos, etc. Tecnologías que Apple ha ido implementando en sus teléfonos con el paso de los años y que, en este modelo, vuelven a estar presentes.
En el campo del vídeo, Apple ha mejorado el rendimiento del modo cine (ahora graba, como máximo, en 4K, 30 FPS y HDR) y también ha introducido un modo acción que ciertamente ofrece un extra de estabilidad en situaciones con mucho movimiento. Este modo, eso sí, solo permite grabar a 2,8K, pues utiliza el resto de píxeles para recortar mediante IA y producir un metraje más estable.
Esta es la teoría. Lo que Apple ha anunciado. Pero, ¿cómo rinde la cámara del iPhone 14 en la práctica? Y, sobre todo, ¿cuán notorio es cada uno de los cambios que Apple ha implementado? Para averiguarlo, he hecho pruebas tanto con el iPhone 13 –modelo al que sucede– como con el iPhone 13 Pro –del que hereda algunos elementos–. Estas son mis conclusiones:
iPhone 14 vs. iPhone 13 Pro
Queda claro desde el primer momento que las cámaras principales de estos dos teléfonos encaran las escenas de la misma manera. Mirando los datos EXIF, tanto la ISO como los valores de exposición son exactamente iguales. Lógico considerando que hablamos del mismo sensor, del mismo objetivo y, también, del mismo ISP. Las imágenes, a simple vista, también tienen un aspecto bastante parecido. Lógico, nuevamente, teniendo en cuenta que algoritmos como Smart HDR no han sufrido cambios.
No obstante, la cosa cambia al hacer zoom. Las imágenes del iPhone 14 sí presentan más detalle que las del iPhone 13 Pro. Y, por descarte, esa diferencia la marca el Photonic Engine. En situaciones oscuras, se agradece bastante ese detalle adicional.
iPhone 14 vs. iPhone 13
Haciendo la misma comparación con el iPhone 13 estándar, que es el producto al que sucede, la diferencia es más notoria. El iPhone 13, debido a su sensor más pequeño, desencadena un efecto dominó: tiende a disparar con una ISO más alta para captar más luz > las imágenes tienen un poco más de ruido > los algoritmos intervienen más a menudo para eliminar ese ruido > en el proceso se pierde detalle en las imágenes.
Si a eso le sumas que el iPhone 14 también cuenta con el Photonic Engine, la diferencia en detalle se incrementa aún más. En lo que respecta a color e interpretación general de la escena, eso sí, ambas cámaras son muy similares.
¿Cuándo entra Deep Fusion en acción?
Cuando se presentó originalmente Deep Fusion, Apple explicó que este sistema solo entraba en funcionamiento en situaciones de media o baja luminosidad. Con la llegada de Photonic Engine, la compañía dió a entender que ese seguía siendo el comportamiento. Lo nuevo, simplemente, es que Deep Fusion ahora se aplicaría en una fase más temprana del pipeline sobre datos brutos, logrando retener más detalle.
Sin embargo, revisando las fotografías que hice con el iPhone 14, me di cuenta de que el nuevo teléfono también capta algo más de nitidez en situaciones bien iluminadas, como una mañana soleada en el Retiro. La diferencia es perceptible tanto al comparar con el iPhone 13 Pro como con el iPhone 13.
Esto me hizo pensar: ¿por qué ocurre esto? Si el hardware fotográfico del iPhone 14 es el mismo que el del iPhone 13 Pro y algoritmos como Smart HDR 4 no han sufrido cambios, ¿de dónde viene esta diferencia en el tratamiento del detalle? En ese momento empecé a sospechar que, quizá, el Photonic Engine esté activando Deep Fusion en un abanico de situaciones más amplio que antes, a pesar de que Apple no lo haya dicho explícitamente.
Comprobarlo es difícil. La única forma es usando la aplicación Metapho, que analiza los datos EXIF del flash para detectar si Deep Fusion ha sido o no utilizado en una foto. Y... ¡bingo! La aplicación, efectivamente, indica que el iPhone 14 activa Deep Fusion en situaciones en las que la luz abunda. La misma foto, pero hecha con el iPhone 13 Pro, sin embargo, no recurre a Deep Fusion, según esta misma aplicación.
Dicho eso: es posible que Metapho esté haciendo una lectura errónea de las fotografías tomadas con el iPhone 14 –no se ha actualizado después del lanzamiento de los nuevos modelos–. Esta app, según explica su desarrollador en su web, detecta si Deep Fusion ha sido activado o no en base a un dato relacionado con el flash. Si Apple ha hecho algún cambio en este sentido con la nueva generación, por lo tanto, es posible que el sistema de Metapho esté fallando.
En cualquier caso, tanto si Deep Fusion está entrando en funcionamiento en situaciones bien iluminadas como si no, la realidad es que Apple ha hecho algún cambio que se traduce en imágenes con más nitidez también en situaciones en las que la luz abunda.
El procesado es bueno, pero a veces va demasiado lejos
En ciertas ocasiones, he de decir que el tratamiento que Apple hace de las imágenes va un poco más allá de lo que me gustaría. No a nivel de exposición o color, donde el trabajo es sin duda consistente y bueno, sino en cómo trata el detalle.
Para darte cuenta, eso sí, tienes que mirar con lupa las imágenes del iPhone 14. Es decir: solo la gente a la que le importa de verdad la fotografía se dará cuenta de esto.
¿Qué es lo que ocurre? Simple. Los algoritmos de Apple tratan de reducir el ruido e incrementar la nitidez incluso de los elementos más pequeños de una fotografía: las hojas de un árbol que está a cierta distancia, detalles de ciertos edificios, etc. En muchos casos, el resultado es bueno. Sin embargo, en otras ocasiones, el look es un poco artificial.
Esto, en realidad, no es nuevo. En su día comenté que el iPhone 13 Pro / Pro Max caía a veces en un procesamiento algo artificial de ciertos elementos. Concretamente, esto es lo que dije:
Si analizas al milímetro las cámaras de las últimas dos generaciones de iPhone, probablemente identifiques una tendencia: los algoritmos son más agresivos reduciendo ruido –lo que a veces se traduce en texturas con menos detalles– e introducen una especie de nitidez artificial. En algunas situaciones puede resultar beneficioso este comportamiento; pero, en otras, las imágenes pecan un poco de irreales. O, como me gusta definirlo a mí: tienen una estética un poco punchy.
Personalmente, noto fácilmente este comportamiento en cualquier imagen que tenga vegetación, especialmente si esa foto ha sido tomada con el teleobjetivo. Y, aunque entiendo la lógica que puede haber tras esta decisión, me gustaría que los algoritmos fuesen un poco menos agresivos en estos dos sentidos, reteniendo algo más de detalle natural –aunque eso implique dejar más ruido en algunas superficies–, como haría una cámara profesional.
Fragmento del artículo "De viaje con los iPhone 13 Pro: nueve días, dos ciudades y muchas sensaciones"
Otros apuntes sobre la cámara del iPhone 14
- Una mejora colateral del sensor más grande y el objetivo con mayor apertura es que el iPhone 14 puede generar más bokeh natural.
- El sensor más grande también permite recurrir en menos ocasiones al modo noche o, en caso de tener que activarlo, que el tiempo de captura sea algo menor que en el iPhone 13, su predecesor.
- La cámara frontal evoluciona claramente. Sobre todo en entornos oscuros, donde el extra de luminosidad se agradece. El autoenfoque también se agradece.
- El ultra gran angular también mejora un poco, aunque no tanto como nos gustaría en entornos oscuros. No es una mala cámara, pero Apple puede dar un paso más.
- El vídeo en modo acción funciona realmente bien. Es muy útil para las situaciones en las que queramos grabar escenas especialmente movidas. Tiene, eso sí, dos limitaciones: solo puedes grabar a 2,8K y, además, despídete de usarlo en entornos donde la luz no sea óptima. El propio teléfono te lo advierte.
- En vídeo, el iPhone 14 es el segundo mejor teléfono del mercado. El primero, evidentemente, es el iPhone 14 Pro, cuyo módulo fotográfico es más versátil y, en algunos casos, también produce mejores resultados. No obstante, lo verdaderamente relevante es que el iPhone 14 vuelve a ser significativamente mejor en estabilización, exposición, rango dinámico y demás que cualquier otro teléfono del mercado.
- El modo cine ahora funciona hasta en 4K, HDR y 30 FPS. Un salto hacia delante que facilita su uso en entornos profesionales, donde los materiales en 1080p son cosa del pasado. El sistema sigue teniendo margen de mejora, pero, en muchos casos, los resultados son sorprendentemente buenos.
- El modo retrato ahora también desenfoca elementos en primer plano. Si, por ejemplo, tienes una mano delante de tu rostro, puedes hacer que el teléfono desenfoque tanto la mano como el fondo, pero mantenga en foco tu cara.
Una cámara excelente, a pesar de sus imperfecciones
La cámara del iPhone 14, sobre todo la principal, vuelve a ser una de las mejores que podemos encontrar en ese segmento de precio. No solo por los resultados en sí, también por la consistencia con la los genera y el ecosistema que tiene alrededor.
La evolución respecto al iPhone 13 es notoria, sobre todo, en cuanto a detalle. Colores, iluminación… Todo lo demás es bastante similar a la generación anterior. Pero, si empiezas a hacer zoom en las imágenes –sobre todo en las nocturnas–, verás como Apple sí ha dado un paso hacia delante en la nitidez de las imágenes.
En vídeo, su posición es aún mejor. Solo el iPhone 14 Pro lo hace mejor en este terreno. Apple está bastante por delante en este sentido de cualquier producto de la competencia. Y, además, las aplicaciones –Instagram, TikTok, etc.– también sacan mejor partido de ello.
Conectividad satélite, detección de accidentes y eSIM
El iPhone 14 estrena la conectivdad por satélite, aunque esta no llegará hasta más adelante. Es una idea interesante para situaciones de emergencia, al igual que la detección de accidentes de coche que ahora incorpora este teléfono. Sobre esto último, un matiz: no lo hemos podido poner a prueba por razones obvias, pero Apple asegura que no se darán falsos positivos con facilidad. El sistema ha sido correctamente entrenado.
Sobre la eliminación de la SIM física en favor de la eSIM, dos apreciaciones. En Europa, la transición no nos afecta por el momento. Tampoco en Latinoamérica. No obstante, ocurrirá inevitablemente en el futuro. Las SIM ocupan un espacio preciado en el interior del teléfono que se podría destinar a otros usos (como incrementar la batería). Es, además, tecnología del pasado. Por mi parte, all-in con esta iniciativa.
Dicho esto: Apple tiene delante un reto notable. Uno que, en realidad, no depende de ellos: las operadoras. Estas siempre son un cuello de botella en este tipo de procesos. Y, con la transición a la eSIM, no es excepción. Intenté transferir la eSIM de un iPhone 13 Pro al iPhone 14 y, efectivamente, el método que Apple ha implementado en iOS 16 no funciona. Tampoco sirve escanear el QR que me envió en su momento la operadora. La única solución es pedir una nueva eSIM. Una operación por la que… (redoble de tambores) ¡algunas operadoras cobran! Ridículo, sinceramente.
La parte positiva es que, salvo que cambies de teléfono a menudo –como mi caso–, este proceso solo tendrás que hacerlo cuando compres el teléfono por primera vez. Así que es un mal menor. Pero eso no quita que las operadoras tengan que hacer este proceso más indoloro antes de que la eSIM sea el estándar.
¿Debes comprar el iPhone 14?
Y tras todo este análisis, llegamos a la pregunta clave: ¿debes comprar este iPhone 14? Mi respuesta es que depende. Si tienes claro que vas a sacarle partido a ese extra de nitidez de la cámara, necesitas el modo acción o usar el modo cine en 4K, eres de esas personas que va a notar la diferencia entre una GPU de 4 núcleos y una de 5 núcleos o, simplemente, te gusta alguno de los nuevos colores, adelante.
Sin embargo, creo que, para el grueso de clientes que consideran la compra del iPhone 14, la mejor opción es, simplemente, optar por el iPhone 13. En la tienda oficial de Apple, la diferencia entre ambos productos es de 100 euros. Sin embargo, en distribuidores oficiales como El Corte Inglés, el iPhone 13 se vende por unos 50 euros menos de su PVP oficial. Es decir: el extra a pagar por el nuevo modelo asciende, en ese caso, hasta los 150 euros.