En el cuarto capítulo de Los Anillos de Poder, Durin intenta mantener algo en secreto a su amigo Elrond, pero finalmente no le queda más remedio que confesar. Según le explica, su mujer, Disa, había descubierto durante una revisión rutinaria de las minas un nuevo metal. Sus características eran tan impresionantes que, a pesar de las negativas de su padre, habían decidido explotarlo en secreto. Este es, en realidad, el origen del mithril, un mineral muy presente en el universo ideado por J.R.R. Tolkien.

Además de Los Anillos de Poder, se menciona en numerosas ocasiones, tanto en El Hobbit como en El Señor de los Anillos, y no es para menos, pues sus características son maravillosas. Tanto, que ya nos gustaría tener un mithril en la vida real. ¿Pero hay realmente algún mineral que se le parezca?

Lo cierto es que sí, pero solo en parte. Como otras tantas invenciones de Tolkien, el mithril puede tener cierta relación con algunos minerales reales. Básicamente, reúne las virtudes de muchos metales en uno solo, pero ninguno de ellos por separado es tan impresionante, eso por descontado.

El mithril en ‘Los Anillos de Poder’

Los Anillos de Poder es el nuevo fenómeno del que todo el mundo está hablando y que no puedes perderte

Cuando Durin le enseña un pequeño fragmento de mithril a Elrond, le explica que es el metal más duro que han encontrado, pero a la vez muy ligero y señala que podrían fabricar con él todo tipo de herramientas o armas. Al elfo, por su parte, le llama la atención el brillo del metal, que parece salir de su interior. De hecho, su nombre es la traducción en sindarin élfico de las palabras “brillo gris”.

Como ya sabemos, Los Anillos de Poder ocurren mucho antes que El Hobbit o El Señor de los Anillos. No obstante, hay muchas referencias que enlazan unas historias con otras. El mithril, precisamente, es una de ellas. Y es que, si bien en esta nueva serie acaba de ser descubierto por los enanos, en posteriores historias es ya un metal tan conocido como codiciado.

Precisamente la destrucción posterior de las minas hace que el mithril sea muy difícil de conseguir. Aun así, se siguen fabricando algunos objetos con él. Por ejemplo, se elaboran con mithril algunas camisas protectores muy resistentes, que podrían compararse con los actuales chalecos antibalas. Bilbo Bolsón tiene una, que apareció cuando él era joven en el tesoro del dragón Smaug, y justamente se la regala a su sobrino Frodo antes de que salga de viaje hacia el Monte del Destino.

Más tarde, el joven hobbit se libra del ataque de la lanza de un troll gracias a que llevaba la camisa de mithril bajo sus ropajes. En los libros es un orco el que usa la lanza, pero en general, la historia es más o menos esa. Por lo tanto, se cumple lo que Durin vaticina. Con un metal tan duro y ligero se podrían fabricar armas, pero también artículos defensivos.

Barras de cristales de titanio. Alchemist hp (Wikimedia Commons)

El metal en la vida real

Posiblemente, el metal de la vida real que más podría asemejarse al mithril es el titanio. Y es que es conocido tanto por su color gris, como por su gran dureza y baja densidad. Además, es muy ligero, tanto por sí solo como en aleación con otros metales, como el aluminio, el vanadio o el molibdeno. 

De hecho, el aluminio también podría haber inspirado el mithril. Sin embargo, a pesar de su ligereza, no es ni tan duro ni tan plateado como el titanio. 

Finalmente, aunque no es un metal, no se puede evitar comparar el mithril con el kevlar. Este es un polímero sintético; que, como es lógico, jamás podría haberse encontrado en una mina. Sin embargo, después de que en 1965 fuese sintetizado por la química Stephanie Kwolek, se ha usado para fabricar todo tipo de objetos en los que la dureza es esencial. Es el caso de velas náuticas, neumáticos y, por supuesto, chalecos antibalas.

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Por lo tanto, si Frodo hubiese emprendido su periplo en el siglo XXI, o incluso a finales del XX, su camisa no hubiese estado hecha de mithril, como el de Los Anillos de Poder, sino de kevlar. Pero tampoco tendría que haber viajado tan lejos para encontrar un buen horno en el que fundir el anillo. Será mejor dejar la historia tal y como está. 

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