Que las ahora afamadas startups y el emprendimiento son un motor de empleo –de todos los tipos– es una cuestión innegable. Nunca antes, y no solo en España, los perfiles técnicos habían gozado de tanta demanda. La llamada crisis del talento ya no solo es una cosa que solemos leer en los mundos de Silicon Valley. Es una realidad en todo el planeta. También aquí, por una vez. Las tecnológicas, y concretamente las startups, tienen mucho que decir en este punto. Son, a diferencia de sus pares tradicionales, un motor para crear economía y superar de forma más airosa, las recesiones y crisis. Al menos, así lo ha determinado el Informe Mapping Spain's Tech Sector. Creado por Endeavor Insight y presentado en el Campus Google hoy.

De informe varias evidencias y muchos consejos para el futuro del emprendimiento en España. Se refuta, en primer lugar, que emprender es complicado. Del grupo de tecnológicas analizadas, solo lograron hacer crecer su empresa un 33 %. De convertirlas en esas ansiadas scaleups, una de las mayores cuentas pendientes en el emprendimiento patrio. Principalmente por ser unas de las mayores creadoras de empleo tecnológico.

De aquellas que trascendieron los niveles de pequeña o mediana empresa, una constante. Las 10 compañías más influentes ahora mismo fueron creadas en los años tocantes a la crisis de 2008. Antes, durante y después. El primer puesto lo ocupa Tuenti, ahora desaparecida tras la compra y posterior cierre de Telefónica. Y tiene ese puesto no solo por su capacidad de crecer y crear un negocio que compitiese con Facebook en sus primeros años. Fue la cuna de gran parte de los fundadores de las grandes startups actuales. La conocida como Tuentimafia. Algo parecido a Glovo, con sus 30 heredadas o Cabify ganando con 50 empresas nacidas bajo su ala. Tras ella, nombres muy sonados, ya sea por grandes exits, rondas o impacto: OnTruck, Cabify, Consentio, Akamon, La Nevera Roja, Glovo o Idealista.

El Informe Mapping Spain's Tech Sector también hace una lectura del futuro del emprendimiento: el año que viene, en 2023, se duplicarán los unicornios en España. Ahora ocupados por Cabify, eDreams, Glovo, Wallbox, Idealista, Devo, Jobandtalent, Typeform, Travelperk, Wallapop y Fever, el incremento de la inversión en el sector apunta a un 2023 interesante. Al menos para los grandes tickets.

Un gran ecosistema de emprendimiento con los mismos problemas de siempre

Da igual qué informe se mire o se haga, los problemas siguen siendo los mismos. Y las soluciones también, pero no se llevan a cabo.

El talento, su búsqueda y retención es lo que más preocupa al universo tecnológico español. Es una paradoja, sin duda alguna. El planeta está viviendo una crisis que apunta a ser comparable a la de 2008, en este caso por motivos muy diferentes a los de aquel momento. Como consecuencia, los despidos en el mundo tech se han disparado –al menos en Estados Unidos–; el covid, y el cambio de paradigma en las relaciones laborales también ha puesto su grano de arena. Pero ni con esas, aparece el talento para el ecosistema del emprendimiento. Al menos para el 70 % de los emprendedores, que afirman tener problemas para encontrarlo por su poca oferta. La cuestión del trabajo remoto, más atractivo en España para atraer capital y para ofrecerlo al mundo son puntos en los que coinciden todas las partes.

Sin embargo, la regulación tampoco está de su lado. Junto a la financiación, las normativas que afectan a la actividad de cada una de las compañías participantes en el estudio supone un quebradero de cabeza. Siendo Glovo y Cabify dos de las tecnológicas de más peso en el país, y también dos que llevan arrastrando una pelea normativa desde que nacieron, la regulación no podía tener un lugar predominante. Para el resto, la cuenta pendiente de la Ley de Startups sigue siendo una losa que pesa. En términos fiscales y de compensación a empleados –y de nuevo atracción del talento– bajo la forma de stock options.

Por el lado de la financiación, más de lo mismo. La coyuntura económica internacional no pasa por su mejor momento. Y si bien es cierto que, hasta el momento, la inversión en tecnológicas españolas sigue estable, los meses venideros apuntan a un ciclo en el que mirar las reservas de caja será esencial. No son pocas las valoraciones millonarias que han ido desplomándose desde hace meses. Todo a causa de unos antecedentes demasiado optimistas en un ecosistema excesivamente regado con capital privado.

Como siempre, nada nuevo en un mercado que ha crecido durante una década, pero que se aqueja de unos problemas endémicos. Unos que, muy seguramente, tengan una complicada solución.