Las redes sociales avanzan a un ritmo vertiginoso. Algunas, como el Messenger o el Fotolog, nos suenan ya casi a prehistoria. Después llegaron Tuenti y Facebook, una ya desaparecida, la otra cambiando bastante el que se considera su público. Otras como Twitter e Instagram viven un momento álgido, pero sin perder de vista a TikTok, cuyos vídeos llegaron pisando fuerte entre las generaciones más jóvenes. En esa vorágine de cambio de formato irrumpió hace apenas dos años BeReal, una aplicación de origen francés que ofrece lo que promete: fotos sin filtros, que muestran la realidad de la persona que hay detrás de la red social.
Por este motivo, BeReal se promociona como una red social que podría combatir esos problemas derivados de la superficialidad de otras redes sociales. Las vidas idílicas y las fotos cargadas de filtros se convierten en una fuente inmensa de problemas de autoestima, especialmente entre los usuarios más jóvenes. Todos esos problemas desaparecen cuando estamos ante una red social en la que es imposible programar las imágenes.
Sin embargo, podrían surgir otros. El hecho de que sea la red social la que decide cuándo se fotografían los usuarios podría generar cierta ansiedad o provocar que algunos jóvenes (o no tan jóvenes) intenten estar siempre perfectos para salir al otro lado de la cámara. Es un asunto complejo, aunque es innegable que BeReal supone una gran evolución dentro de las redes sociales.
Así funciona BeReal
BeReal se diferencia de otras redes sociales en que no se pueden programar las imágenes que se suben. No podemos buscar el outfit perfecto, el atardecer idóneo o el desayuno mejor emplatado. BeReal muestra la vida real de sus usuarios, con sus días buenos y sus días malos. Para ello, se envía una notificación a las personas con un perfil creado en diferentes momentos del día. Solo entonces se puede tomar la fotografía, para la cual se activan tanto la cámara delantera como la trasera. De este modo, no solo se ve la fotografía del usuario, sino que también se muestra qué está haciendo o dónde se encuentra.
No hay tiempo de programar una buena foto. De hecho, los seguidores de esa persona pueden saber si tardó mucha en hacer la foto o si la borró. Después, permanece 24 horas visible y vuelta a empezar. Por supuesto, no hay opciones de filtros ni de ningún otro tipo de mejora. Pura realidad.
El problema de las redes sociales
Las redes sociales son una buena herramienta para estar en contacto con personas de todo el mundo, para informarse sobre actualidad o temas curiosos o incluso para encontrar trabajo. Cada una tiene su función. Pero también tienen una parte mucho más oscura.
Muchos estudios apuntan a que pueden provocar una gran variedad de perjuicios a sus usuarios, desde insomnio hasta ansiedad, pasando por depresión o problemas de autoestima. Esto es aplicable a cualquier persona, pero sobre todo a adolescentes y adultos jóvenes. Y puede ocurrir con casi cualquier red social, aunque algunas como Instagram son las más propensas a desencadenar este tipo de problemas. De hecho, precisamente esta red social se considera como un factor de riesgo de desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria en personas vulnerables.
Aun así, también hay estudios que señalan que las redes sociales son una herramienta perfecta para concienciar a los más jóvenes sobre los problemas de salud mental. Por lo tanto, son un arma de doble filo y, como tal, se pueden encauzar hacia un lado más positivo. En parte, es lo que intenta BeReal, aunque hay que tener ciertas consideraciones en cuenta.
Tiranía aliñada con complejos
Los pros y contras de BeReal dependen mucho del enfoque y el uso que se le dé, así como de la predisposición de sus usuarios. Hipertextual ha hablado sobre este doble sentido con Eli Soler, psicóloga especializada en adolescencia. “La idea inicial de la app es coger a los usuarios de improviso, y hacer fotografías que capten momentos reales, no preparados como pasa en otras apps”, recuerda la experta. “A priori parece una buena idea, pero que sea la app la que reclame o exija cómo y cuando hacer la foto puede crear una relación de tiranía”. En este sentido, señala que tampoco ayuda que la app penalice si no se sube la fotografía a tiempo.
En cuanto a la ausencia de filtros, la psicóloga lo ve como algo positivo. El problema es que, si los usuarios de BeReal son jóvenes que ya previamente tenían ciertos complejos sobre su físico, esto “les lleve a querer estar siempre listos por si tienen que hacer una foto, a querer estar siempre arreglados, maquillados, y bien vestidos”. Pero el problema aquí es que “la era de los filtros nos ha creado aún más inseguridad ante las mal llamadas imperfecciones”.
BeReal aporta más beneficios que perjuicios
A pesar de todo, Eli Soler considera que BeReal supone más beneficios que riesgos. “Creo que, si tiene éxito e impacto de verdad, es un buen modo de promocionar de una vez la belleza diversa y real, terminar de fingir las vidas perfectas y dejar atrás el ego que promocionan otras apps”. Además, dado que es una red social que está ganando mucho terreno entre los más jóvenes, ayudaría a solucionar estos problemas en la población más susceptible a ellos.
Además, aunque a veces nos empeñemos a considerar a los más jóvenes como personas débiles y vulnerables, son precisamente ellos los que han tenido la valentía de poner sobre la mesa un problema muy serio. “Seguramente a los adultos nos parecerá impensable subir una foto con pijama y ojeras, pero recordemos que la gente joven es la que ha sido más valiente para hablar de temas como la ansiedad con naturalidad”. Por todo eso, BeReal, aun con sus problemas, podría ser un paso adelante en la lucha contra esos estereotipos que han potenciado otras redes sociales. “Veremos si con el tiempo BeReal es un espejo a la realidad u otra guerra de egos a ver quién da más”. Tendremos que esperar para saberlo.