El Apple Car es uno de los proyectos más enigmáticos de los últimos años. No se sabe prácticamente nada sobre él y, sin embargo, cada información relacionada a su aparente desarrollo genera un tremendo interés entre el público. Algo ratificado por una reciente encuesta realizada por Strategic Vision en Estados Unidos, donde Apple se ubicó entre las marcas de mayor consideración entre los potenciales compradores de un nuevo vehículo. Un dato nada menor, puesto que su coche todavía no existe.
Apple apareció por primera vez como una de las 45 marcas incluidas en el sondeo, del que participaron 200.000 compradores de coches nuevos. Al ser consultados sobre si considerarían adquirir un automóvil fabricado por los de Cupertino, el 26% respondió que "definitivamente lo haría". De esta forma, los californianos quedaron terceros en la consideración, solamente detrás de Toyota (38%) y Honda (32%), y por delante de Tesla y automotrices históricas como Audi, Porsche y BMW.
Pero eso no fue todo. A la hora de preguntarles a los encuestados su impresión sobre la calidad de las marcas, Apple arrasó. La mejor respuesta en este apartado era "me encanta", y los dirigidos por Tim Cook acapararon el 24% de esa selección. Le siguieron Toyota y Honda con el 15% y 13%, respectivamente. Nada mal para el Apple Car, que parece estar sacándole provecho al hecho de que Apple es una de las tecnológicas más valiosas de la actualidad.
El Apple Car aún no existe, pero ya hace mucho ruido
Hoy es inaudito decir que el Apple Car será un gran producto o un superventas solo porque el iPhone tiene gran llegada en el mercado. Sin embargo, esta encuesta pone de manifiesto que existe mucha confianza sobre los planes de los de la manzana para ingresar a la industria automotriz. Más allá de que hoy se conozca poco o nada sobre ellos.
El enfoque de Apple en la calidad de sus diseños y la construcción de sus productos es, sin dudas, un punto que genera mucho atractivo. Ni que hablar de las posibles innovaciones técnicas que podría traer al mercado, especialmente si se cumplen los rumores que hablan de un coche eléctrico y autónomo, sin volantes ni pedales.
Otro dato notorio obtenido por Strategic Vision es que más del 50% de los actuales dueños de un Tesla "definitivamente considerarían" comprar un Apple Car. Habrá que ver si el interés se sostiene en el tiempo, dependiendo de si finalmente Apple confirma estar trabajando en su propio vehículo, considerando el secretismo que rodea al proyecto desde sus inicios.
También será interesante analizar cómo ven las automotrices ya establecidas en el mercado el posible arribo de un coche desarrollado por los de Cupertino. "En última instancia, lo que Apple presente en términos de estilo, tren motriz, producto y otras características clave finalmente determinará el nivel de interés generado entre los potenciales compradores. Sin embargo, su reconocimiento de marca y su reputación proporcionan una plataforma formidable para la que los fabricantes de automóviles deberían prepararse", dijo Alexander Edwards, presidente de la firma encuestadora.
Un proyecto que no está libre de problemas
Se especula con que Apple podría comenzar la producción del Apple Car en 2024, con miras a introducirlo en el mercado en 2025. Sin embargo, la compañía ha enfrentado varios problemas durante el último año, principalmente por la continua partida de ingenieros y ejecutivos vinculados al proyecto. La más notoria ha sido la de Doug Field, quien abandonó el liderazgo del equipo para sumarse a Ford. No obstante, la firma californiana ha renovado su plantilla con nombres fuertes, como el de Luigi Taraborrelli, quien recientemente se sumó desde Laborghini.
Pese a ello, aún no queda del todo claro cuál será el destino final del Apple Car. En julio pasado, The Information expuso que los principales ejecutivos de la compañía ya no estarían demasiado entusiasmados con la iniciativa. Entre ellos, el propio Tim Cook, CEO de Apple, y Craig Federighi, vicepresidente Senior de Software. Desencanto que se relacionaría con los cambios permanentes de nombres propios, y la falta de una figura de liderazgo.