La Casa del Dragón ya está que echa fuego. Literalmente. Mientras que el rey Viserys sigue decidido a que su sucesora sea su hija Rhaenyra, ni sus consejeros ni muchos de sus súbditos parecen estar por la labor de permitir que eso ocurra. Muchos ven como un mejor candidato al príncipe Aegon, cuyo segundo día del nombre se celebra en el tercer capítulo de la serie. La cacería que se realiza en su honor está marcada por la presencia en las inmediaciones de un ciervo blanco. Los participantes en el evento lo buscan con ahínco, pues se considera de buen augurio cazar uno de estos animales. Podría ser una señal de la prosperidad del supuesto reinado de Aegon. 

Básicamente, se considera de buen augurio porque es raro, y en eso no dista mucho de la vida real. Ahora bien, que ver un ciervo blanco sea extraño no quiere decir que sea imposible. Sí que existen y, de hecho, no todos son albinos.

No hay especies totalmente blancas, como podría pasar por ejemplo con el zorro ártico. Pero sí que pueden tener una composición genética que les confiere un pelaje totalmente blanco, pero sin el resto de cualidades de un animal albino. Es, por ejemplo, el caso de una manada que lleva décadas viviendo en un antiguo Depósito del Ejército en Nueva York. Desde luego, los personajes de La Casa del Dragón se volverían locos de contentos en un sitio así. 

La Casa del Dragón es la nueva serie del universo de Juego de Tronos

El ciervo blanco albino

El albinismo es una condición genética por la que algunos animales no pueden sintetizar melanina, que es el pigmento responsable del color oscuro.

Como resultado, tienen la piel y el pelo blancos e incluso los ojos rojos. Esto último se debe a que, al carecer de melanina que oscurezca el iris de los ojos, se refleja directamente el color de los vasos sanguíneos en su interior. Puede haber todo tipo de animales albinos. Sin embargo, se ve mejor en los mamíferos, ya que otras clases también pueden tener otros pigmentos, diferentes a la melanina, que evitan que sean totalmente blancos.

Volviendo a los mamíferos, hay algunos en los que los albinos son bastante frecuentes. Es, por ejemplo, el caso de los conejos. En cuanto a los ciervos, son algo más raros. Cabe decir que hay muchas especies y que no hay datos de todas. La que cuenta con más información al respecto es el ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus). Se calcula que 1 de cada 30.000 de estos animales nace albino, por lo que tienen blanco mucho más que la cola.

No son muy frecuentes y, por desgracia, tienen muy difícil sobrevivir, básicamente porque con ese color les resulta imposible camuflarse. Además, como el resto de albinos, suelen tener problemas de visión, por lo que tampoco pueden huir o evitar a sus depredadores adecuadamente. 

Macho de ciervo blanco en la India. D. Vasanth Kumar.

Más allá del albinismo y de ‘La Casa del Dragón’

Aunque hay un momento en que se toma un plano bastante cercano del ciervo blanco en La Casa del Dragón, no se aprecia del todo el color de sus ojos. En un principio no parece que sean rojos, por lo que podríamos pensar que no es albino. Caben otras posibilidades, desde luego.

No hay más que ver la manda de ciervos que vive en el Depósito del Ejército de Séneca, en Nueva York. También son ciervos de cola blanca, pero no son albinos. Simplemente, expresan una variante de genes recesivos que les confieren ese pelaje tan característico, sin afectar a otras partes del cuerpo que no sean el pelo. 

Que sean genes recesivos quiere decir que para que su resultado sea visible debe heredarse el gen afectado tanto del padre como de la madre. No vale con uno solo. Si estuviesen en libertad, esto llevaría a que hubiese una mayor diversidad. Sin embargo, al estar en un entorno cerrado, se potencia la endogamia y es mucho más fácil que estos genes se dispersen. 

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Por lo tanto, aunque los dragones no existen, en La Casa del Dragón sí que aparecen algunos animales reales. El ciervo blanco es un buen ejemplo de ello. Eso sí, si alguna vez te encuentras alguno, haz como Rhaenyra y déjalo en paz. 

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