Las personas con tendencia a que se les encrespe el pelo pueden sentirse frustradas cuando un peinado les dura apenas unas pocas horas. Como mucho. Sin embargo, siempre les quedará el consuelo de no tener el síndrome del cabello impeinable. Porque sí, por raro que parezca, este es un síndrome real, del que solo se conocen unos 100 casos en el mundo.
La parte buena del síndrome del cabello impeinable es que no es grave. No conlleva síntomas más allá de lo que su propio nombre indica a la perfección. Además, suele desaparecer antes de la adolescencia, justo cuando podrían empezar los complejos. Algo bueno también es que 'solo' afecta al pelo de la cabeza. La parte mala es que los niños que lo padecen y los adultos encargados de ayudarles a peinarse suelen tenerlo bastante complicado.
En cuanto a su origen, si bien no se conoce con exactitud, parece ser que es genético, posiblemente con herencia autosómica recesiva. Con este tipo de herencia, los dos progenitores deben tener la enfermedad para que esta se manifieste en la descendencia. Esto explicaría por qué muchos niños desarrollan el síndrome del cabello impeinable cuando no se conocen casos en las generaciones inmediatamente anteriores. ¿Pero qué más sabemos sobre él?
Así es el síndrome del cabello impeinable
En realidad, el nombre original de este síndrome es Pili trianguli et canaliculi. Hay que reconocer que suena bastante cómico y resulta muy difícil de recordar. Por eso, se le bautizó con un nuevo nombre que da lo que promete. Un pelo que no se puede peinar.
El síndrome del cabello impeinable fue reportado y descrito por primera vez en los años 70 y a día de hoy se conocen solo unos 100 casos. Si se analiza el pelo de estas personas al microscopio óptico, parece un cabello normal. No obstante, si se utiliza un microscopio electrónico, ya sí que se puede ver un tallo muy característico, con diámetro triangular.
El resultado es que el pelo se ve seco y, en vez de crecer hacia abajo, lo hace hacia afuera. Además, resulta curioso que el color suele ser muy parecido en todos los pacientes, que normalmente tienen el cabello marrón muy claro o rubio. Eso sí, al contrario de lo que podría caber esperar, el pelo no es quebradizo y tampoco se cae.
Además, no se afecta toda la melena. Generalmente, las personas con síndrome del cabello impeinable tienen afectado al menos el 50% de los pelos de su cabeza, pero puede haber algunos normales.
No existen tratamientos, aunque algunos estudios señalan cierta mejoría con el uso de champús con biotina. De cualquier modo, lo habitual es que la enfermedad remita espontáneamente antes de la pubertad, por lo que no serían necesarios tratamientos de por vida.
También puede ir acompañando a otras enfermedades
Normalmente, el síndrome del cabello impeinable suele cursar solo, con lo cual no hay más síntomas. No obstante, en algunos casos sí que puede acompañar a otras enfermedades, como la displasia ectodérmica, o la displasia epifisiaria-falángica en forma de ángel.
Ambas son enfermedades raras de origen genético, de las que se han descrito algunos casos con el cabello impeinable entre sus síntomas. Pero esto no es lo más habitual.
En resumen, el síndrome del cabello impeinable es una afección bastante inocua, que no debe preocupar a los padres de los niños que pueden empezar a manifestarla desde los 3 meses. Puesto que remite en la adolescencia, no se suele ver en adultos. Se ha llegado a hablar de que pueda haber cierto infradiagnóstico y que algunos personajes fallecidos, como Albert Einstein, y vivos, como Boris Johnson, tengan el síndrome. Pero, precisamente por el tema de la edad, no parece muy probable. Al fin y al cabo, también hay personas que heredan un pelo excesivamente alborotado, y eso no hay enfermedad que lo explique.