La primera fase del Programa Artemis irá libre de tripulación. Bueno, al menos libre de tripulación humana, pues sí que llevará a unos tripulantes muy curiosos: tres maniquíes. Bautizados como Moonikin Campos, Helga y Zohar, tendrán una misión mucho más importante de lo que parece: medir la radiación que tendrán que soportar sus compañeros de carne y hueso.

No olvidemos que será la primera vez en más de 50 años que el ser humano llega tan lejos de la Tierra. Los niveles de radiaciones cósmicas serán muy diferentes a los se soportan en la Estación Espacial Internacional. Por eso, es importante ir preparado. De hecho, los maniquíes no solo llevarán medidores de radiación. Uno de ellos, Moonikin Campos, también pondrá a prueba el traje espacial.

Todo esto podría haberse hecho sin maniquíes, es cierto. Sin embargo, si SpaceX puede llevar un dinosaurio de peluche a la Estación Espacial Internacional o lanzar al espacio un Tesla con un maniquí a bordo, que la NASA y el resto de socios de Artemis envíen su nave con tres maniquíes en ella ya debería verse de lo más normal.

El peligro de la radiación

Si bien en esta ocasión la nave no llegará hasta la superficie de la Luna, sí que se quedará orbitando a su alrededor, justo donde en un futuro se acoplará al orbitador Gateway para facilitar el posterior descenso de los astronautas.

Esto permitirá tener una idea aproximada de la radiación que tendrán que soportar ellos. Y es que la Luna está muy expuesta tanto a los rayos cósmicos como a las erupciones solares. Esto supone unas dosis elevadas de radiación que podrían penetrar en los tejidos y dañar el ADN de los astronautas. Afortunadamente, ninguno de los que viajaron a la Luna entre 1969 y 1972 murió por causas que parecieran tener relación con este fenómeno. No obstante, en el programa Artemis se ha dado mucha importancia a evitar que esto ocurra. Al fin y al cabo, su objetivo es llegar a establecer bases en la Luna y esas estancias largas sí que podrían suponer un problema. Por eso es tan importante el papel de estos tres maniquíes.

Los tres maniquíes que abrirán paso a los astronautas

El comandante de esta primera fase de Artemis será Moonikin Campos. Sí, estamos de acuerdo en que un maniquí no puede comandar nada, pero será el que vaya en el asiento del comandante y, además, ataviado con el traje espacial. La primera parte de su nombre procede de un lógico juego de palabras entre los términos en inglés “Luna” (moon) y “Maniquí” (mannekin). En cuanto al apellido, se le ha adjudicado en honor a Arturo Campos, un ingeniero de la NASA que trabajó en el desarrollo de los sistemas eléctricos del programa Apolo y tuvo un papel esencial en la solución de una emergencia que podría haber dado al traste con el Apolo 13.

Sus dos compañeros no tienen un cargo tan elevado, pero sí un papel muy importante. Y es que Helga y Zohar serán los encargados de llevar el mayor peso de medidores de radiación. Mientras que el comandante llevará solo dos sensores de radiación internos, junto a otros sensores ubicados en el asiento para medir la vibración, sus dos compañeros llevarán 6.000 detectores de radiación pasiva y 34 detectores de radiación activa.

Según cuentan desde Space.com, ambos forman parte del Experimento de Radiación Matroshka AstroRad (MARE), una asociación internacional de investigación entre el Centro Aeroespacial Alemán, la Agencia Espacial de Israel y la NASA. Y, si bien no llevarán el traje espacial de Moonikin Campos, Zohar sí que portará una indumentaria muy importante. Concretamente, un chaleco diseñado para abandonar los refugios de la nave en los eventos intensos de radiación. Helga no llevará nada, de modo que el objetivo es comparar la radiación que llega hasta cada uno de ellos. 

Por lo tanto, no es solo un juego para simular que la primera fase de Artemis lleva una tripulación. Estos tres maniquíes tienen una misión y saben cómo cumplirla. Bueno, al menos los científicos que los han diseñado están al tanto.