Hoy en día posiblemente no exista caza furtivo más letal que el F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. La aeronave desarrollada por Lockheed Martin demostró rápidamente ser implacable y tecnológicamente más avanzado que cualquier otro exponente de su misma generación. Sin embargo, su desarrollo también ha estado marcado por las polémicas en torno a sus elevados costes.
Al punto tal que dejó de fabricarse hace ya poco más de una década, en 2011, pese a haber entrado en servicio recién en 2005. No obstante, el F-22 Raptor se ha ganado el reconocimiento como uno de los aviones de combate más espectaculares jamás creados.
Uno de los puntos más interesantes de este caza furtivo es que sus características técnicas más avanzadas siguen siendo un misterio. Esto se debe a que muchas de las tecnologías utilizadas para su desarrollo son clasificadas, lo que le otorga un cierto grado de misterio a sus cualidades como aeronave de combate.
F-22 Raptor, un caza de uso exclusivo para Estados Unidos
La rama de la industria aeronáutica que se dedica a los desarrollos militares moviliza miles de millones de dólares a nivel global, con empresas que exportan sus proyectos a distintos países. Sin embargo, esto no aplica para el F-22 Raptor. ¿Por qué? Porque la ley federal de Estados Unidos prohíbe venderlo a otros gobiernos.
Así lo establece la Ley de Apropiaciones del Departamento de Defensa, que se encuentra en vigencia desde 1998. La decisión se tomó para proteger la confidencialidad de las tecnologías utilizadas en el diseño y los sistemas de la aeronave. "Ninguno de los fondos disponibles en esta Ley podrá ser utilizado para aprobar o licenciar la venta del caza táctico avanzado F-22 a cualquier gobierno extranjero", indica la legislación.
Esto ha sido motivo de disputa política en numerosas oportunidades. En 2009, por ejemplo, un panel del Senado estadounidense solicitó a la Fuerza Aérea de Estados Unidos que comenzara a desarrollar una variante del F-22 Raptor que, con las modificaciones pertinentes para proteger los elementos secretos de la versión original, fuera factible de exportarse a otros mercados. Sin embargo, la iniciativa no llegó a buen puerto.
Las idas y vueltas en torno a este tema derivaron en la creación del F-35, también de Lockheed Martin, un caza polivalente con capacidades furtivas y disponible para comercializarse a otros operadores.
Secretismo extremo
No todas las características del F-22 Raptor son secretas o confidenciales. De hecho, una rápida búsqueda en la web nos permite encontrarnos con tablas de especificaciones y armamento bastante completas. Si hasta la propia Lockheed Martin tiene la información publicada en su sitio web; e incluso conocemos sobre su altísima maniobrabilidad gracias al empuje vectorial.
De todas formas, está claro que solo sabemos los que nos quieren mostrar. Al día de hoy continúa siendo un secreto cuál es su sección radar equivalente exacta, y lo mismo sucede con muchos de sus sistemas. Al punto tal que todos los mods que existen de la aeronave en juegos y plataformas de simulación como DCS, presentan capacidades tentativas según la información disponible públicamente, pero carecen de detalles finos sobre su rendimiento y cualidades reales en combate.
Incluso se dice que los pilotos del F-22 Raptor tienen prohibido mostrar todo el potencial del caza furtivo durante sus presentaciones en shows aéreos o en misiones de entrenamiento. La idea sería cuidar al máximo cualquier posible filtración de información sensible del que hoy es el máximo exponente entre los cazas de quinta generación. Y no esperes que la postura cambie pronto, puesto que, según Lockheed Martin, la Fuerza Aérea de Estados Unidos planea operarlo hasta bien entrada la próxima década.