Stronghold Digital Mining, una compañía estadounidense dedicada al minado de Bitcoin y otras criptomonedas, está realizando una estrategia para saldar una deuda pendiente aparentemente causada por la reciente caída de los mencionados activos. Según informa el portal Tomshardware, la empresa está vendiendo parte de sus equipos de minado —unas 26.200 plataformas— para pagar un adeudo de 67,4 millones de dólares. Supone, por tanto, la pérdida de una gran parte de sus equipos, pero no el cese de su actividad.
La compañía dedicada a minar criptomonedas ha perdido, en concreto, la producción equivalente a 2,5 Ethereum por segundo, pero mantiene un pequeño porcentaje de sus equipos; unas 16.000 plataformas, que tienen capacidad de minar 1,4 EH/s y que cuentan con un consumo de hasta 55W. Esperan, además, poder incrementar la producción con la compra de nuevo hardware cuando la situación mejore y, por ende, cuando el precio de las criptomonedas aumente.
Si bien puede parecer una mala noticia para Stronghold Digital Mining (SDIG, por sus siglas en inglés), la venta de gran parte de sus equipos es una interesante estrategia para hacer frente a la deuda millonaria, pues el hardware para el minado de criptomonedas tiene más valor que lo que los propios equipos pueden producir en criptomonedas.
SDIG, además, cuenta con plantas propias capaces de generar 165 MW de energía, una capacidad que actualmente no están utilizando teniendo en cuenta la venta de los más de 26.000 equipos de minado. El consumo actual por parte de la compañía es, en concreto, menor de 65W, por lo que, además de los sistemas de minado, también pueden vender la potencia restante una vez las criptomonedas vuelvan a estar en auge.
La caída de las criptomonedas también tiene sus ventajas
El fruto de las criptomonedas, sin embargo, sigue siendo incierto ante la continua caída de activos Ethereum y Bitcoin que están provocando, además, que el precio de las tarjetas gráficas disminuyan cada vez más.
Mientras tanto, la disminución del consumo de energía de las plantas de SDIG son una prueba más de que el desplome de las criptomonedas beneficia, en parte, a todo el mundo, pues la compañía genera energía mediante la quema de residuos de carbón, un subproducto procedente las operaciones mineras y que, además, no es renovable.
De hecho, y según datos de Digiconomist, la caída de las criptomonedas ha hecho que muchos usuarios apaguen sus centros de minado ante el bajo precio de los activos y el alto coste de la energía. Esto se traduce en una reducción de unas 110.000 toneladas métricas de CO2 al día, que equivaldría a todo el uso de energía total de países como Austria. Se espera, eso sí, que el uso de la energía aumente una vez las criptomonedas vuelvan a subir.