Alma (Mireia Oriol) perdió la memoria, identidad y a sus amigos el mismo día. Un accidente trágico se lo arrebató todo en una oleada violenta. También entró en conexión con algo que es incapaz de nombrar, ver o comprender del todo. Pero que le acecha y la envuelve en sombras cada vez más sofocantes.
También deberá vencer para alcanzar un punto más profundo y urgente en su vida. Un recorrido denso que se hará más siniestro a medida que comprenda lo esencial. Los recuerdos que olvidó también son el reflejo de la mujer que fue y que ahora, es un espectro en su mente. Una premisa terrorífica que enlaza la percepción sobre la identidad y el miedo con estratos más retorcidos.
La serie Alma, la nueva producción de terror española en Netflix, analiza el misterio desde la periferia. Nunca muestra del todo lo que su argumento oculta. Al hacerlo, crea la sensación de que lo que narra está en medio de una oscuridad aludida. El truco permite que lo que parece ser una premisa obvia —un personaje trágico en busca de su identidad— se reinvente en algo más. Aún mejor, que la versión sobre el terror que muestra adquiera personalidad y una construcción elaborada sobre sus símbolos.
Alma
Alma, la nueva producción de terror sobrenatural de factura española en Netflix, es una premisa ingeniosa que enlaza la memoria y la oscuridad interior. También, un preciso y bien ejecutado ejercicio de narración que logra englobar varios ámbitos distintos de lo terrorífico. Desde fantasmas a monstruos, el argumento es una exploración sobre lo intangible y lo que acecha entre las sombras. Todo, desde cierto aire de misterio que brilla por su inteligente puesta en escena.
El debut como parte del mundo del streaming del conocido guionista Sergio G. Sánchez es pulcro e inteligente, y es notoria la influencia de sus trabajos más conocidos. Hay mucho de El Orfanato y El secreto de Marrowbone en esta puesta en escena sigilosa, que cuida con pulso firme cada arista de sus enigmas. No hay nada casual en este despliegue de metáforas sobre la existencia y el duelo, convertidos en una borrosa concepción sobre la oscuridad.
No es sencillo dialogar con lo espeluznante y lo que puede contar, en una época sobrecargada de variaciones del género. Y tal vez, uno de los méritos de Alma, sea añadir una concepción sobre lo perturbador, basada en una lenta exploración de lo humano. En la serie, lo sobrenatural no procede solo de la idea de lo que no puede explicarse.
También, es un reflejo de los fenómenos de la memoria y de la conexión invisible que puede establecer entre sus personajes. Se trata de un riesgo en el ámbito del guion, que la producción atraviesa con soltura y permite a la serie, evadir lugares comunes.
La casa de los misterios en Alma
Buena parte de los argumentos, que incluyen fragmentos de memoria perdidos, suelen caer en un inevitable desorden al narrar su premisa. En especial, si se transforman en el elemento conductor de una historia misteriosa al fondo. En medio de la combinación de piezas, fallan por exceso. Al contrario, Alma logra crear una idea profunda sobre la pérdida, el dolor, pero también, lo sobrenatural como inherente a lo humano.
De hecho, su truco argumental más convincente es analizar a su protagonista como un individuo en medio de un bosque de sombras. ¿Sin la memoria, quiénes somos? Alma no lo sabe y lo que es mucho más inquietante, no comprende del todo el mundo que le rodea. Con sus padres y amigos sobrevivientes convertidos en desconocidos, el personaje avanza a ciegas. Lo hace, con las manos extendidas en medio de un paisaje roto y devastado por el miedo.
Más allá, el uso de la magia, las referencias a la cultura celta, la reconstrucción de un camino de enigmas hacia el centro de una promesa. ¿Quién es Alma en realidad? O mejor dicho ¿Qué esconde la tragedia mayor de su vida? Sin explicaciones inmediatas y un paraje cada vez más singular, la serie logra evitar caer en espacios recurrentes. Uno de sus mayores logros, es que la percepción del bien y del mal, sea solo una cortina de fondo hacia la especulación malsana. Si olvidamos quienes somos, ¿podemos crear una nueva identidad a partir de la ausencia?
Los bosques tenebrosos que rodean a Alma de Netflix
Si algo sorprende de la serie, es su capacidad para enhebrar una narración en apariencia desordenada, que se enlaza con cuestiones más profundas. Alma, sabe que algo en su interior está herido. Que en su memoria, el vacío significa algo. Pero ¿qué puede ser? La serie no se apresura a narrar los espacios indescifrables. Tampoco, a dialogar con la idea del terror desde lo evidente. En lugar de eso, va con pasos medidos en medio de tragedias de simbología poderosa. ¿Por qué Alma no puede recordar el accidente que sufrió? ¿Qué habita en los terrores nocturnos que padece? La estructura del guion juega con los espacios de la ficción hasta originar espectrales sombras escondidas en medio de lugares dolorosos.
¿Se trata de un trauma? ¿O algo que habita al fondo de un horror que apenas comienza a mostrarse? Nada es obvio en medio de la cronología de los terrores que se confunden entre sí. Mucho más, cuando los enigmas alrededor de Alma se multiplican hasta ocasionar una conexión azarosa entre varios puntos distintos. ¿Es posible que el accidente que sufrió haya convertido a Alma en un receptor de un mensaje siniestro? ¿O qué todo lo que la rodea sea algo a mitad de camino entre la realidad y una ensoñación tétrica?
Alma, el terror de alta factura con sello español
La serie Alma tiene una capacidad precisa para narrar el terror al sostener sus principales puntos en una mitología cada vez más rica. Es evidente que la historia necesita sostener sus puntos oscuros sobre lo que se anuncia y lo hace. Pero en mientras en argumentos similares el misterio debe ser explicado para que la trama avance a buen ritmo, Alma toma la decisión contraria. Lo que rodea al personaje —desconocido y oscuro— se transforma en un enlace con lo fatídico. Con la sensación que la realidad se desdobla, se hace ambigua, que el mismo tiempo se rompe en dos para mostrar sus secretos, la premisa se arriesga con audacia.
Aunque la apuesta, que es muy audaz, pierde el pulso en más de una ocasión, es evidente que Alma tiene la ambición para enfrentar sus baches. La relación entre los horrores, las relaciones caníbales y voraces, el amor convertido en condena. En la serie, todo tiene un lugar y también, un propósito. Sin duda, le lleva un esfuerzo considerable llegar a ambas cosas. Pero cuando lo hace, el resultado resulta poderoso y eficaz.
Con nueve episodios bien planeados y mejor ejecutados, Alma es un despliegue de buenas ideas que alcanza a desarrollar, incluso en sus momentos menos inspirados. Al final, la serie encuentra la forma de elaborar una mirada total sobre el terror que se resume a una idea perturbadora ¿Quiénes somos en la oscuridad de nuestra mente? Alma no intenta dar la respuesta. Pero sí, mover las piezas, para permitir al espectador hacerlo.