Un detallado reportaje de Rolling Stone publicado esta semana, revela que la campaña en redes sociales que rodeó al estreno de la Liga de la Justicia de Zack Snyder podría haber sido impulsada por cuentas falsas. Durante semanas, ejecutivos y cabezas visibles de la productora, fueron atacados en redes sociales por una campaña de rechazo masivo. Según menciona el texto, una detallada investigación de WarnerMedia profundiza en la táctica del uso de bots para implementar la campaña alrededor de la película.
En especial, una vez que la posibilidad de su estreno en HBO Max se hizo realidad. La información, además, sugiere que la campaña masiva contra ejecutivos y cabezas visibles de Warner no fue un fenómeno orgánico. Mucho menos una reacción basada en el descontento de los fanáticos. En realidad, fue una bien planteada estrategia del director para lograr un efecto público
Según la periodista Tatiana Siegel, todo comenzó en la primavera del 2020, cuando el director tuvo los primeros enfrentamientos directos con la productora. Ya para entonces, el corte del director de la Liga de la Justicia se había anunciado como parte del contenido de HBO Max. Y eso generó algunos conflictos inmediatos. El primero de ellos, fue debido a la petición de eliminar los nombres de Geoff Johns y Jon Berg de los créditos del film. Zack Snyder envió a su agente a telefonear casi diario para verificar si la petición se había cumplido.
Al final, la insistencia tanto del director como de su esposa Deborah Snyder, también productora del film, llegó a un punto álgido. Siempre según Rolling Stone, Zack Snyder terminó por confrontar a un ejecutivo sobre el tema en disputa. En medio de la discusión, el director amenazó que, de no ser borrados los nombres de los productores en la lista de créditos, “los destruiría en redes sociales”. Una frase que ahora parece cobrar un nuevo sentido luego de meses de acoso a ejecutivos de WarnerMedia.
Las redes sociales como campo de batalla
Los movimientos de usuarios a favor de Zack Snyder, han sido frecuentes desde el fallido estreno la Liga de la Justicia en el 2017. Con Joss Whedon acreditado como director, el trabajo de Snyder se mezcló con un estilo por completo distinto al suyo. El resultado fue una obra irregular, incompleta y confusa que decepcionó al público y escandalizó a la crítica. Ya para el año siguiente, el hashtag #ReleaseTheSnyderCut exigía mostrar la versión de Zack Snyder. Según reveló el propio cineasta en varias entrevistas, había horas de metraje grabado que no fue incluido en el montaje final. Lo que cambió por completo el resultado.
Al final, la campaña tuvo éxito y, en medio de la incertidumbre de la pandemia, el llamado Snyder Cut fue estrenada en la plataforma HBO Max. Se trató de una estrategia curiosa, que tocó dos puntos a la vez. Por un lado, complacer la insistente campaña en redes de los fanáticos. Y por el otro, apuntalar la reciente llegada de HBO Max. La película fue un éxito y convirtió a la Zack Snyder en una especie de héroe de la cultura pop. En especial, porque su versión de la fallida la Liga de la Justicia, era mucho más completa y sustancialmente coherente que la estrenada en cines.
Pero mientras Zack Snyder disfrutaba su éxito a nivel público, hubo una avalancha de ataques contra Warner Bros. y sus ejecutivos. Las redes sociales se llenaron de amenazas a ejecutivos — algunas tan graves como para ser consideradas peligrosas — y llamamientos a boicot. Grupos de miles de supuestos fanáticos en redes sociales acosaron, insultaron y señalaron a cabezas visibles de WarnerMedia.
Los ataques también incluyeron a Adam Wingard, director Godzilla vs. Kong, película que fue estrenada menos de dos semanas después del Snyder Cut. Los iracundos fanáticos consideraron que se trataba de una maniobra de Warner para robar la atención del film de superhéroes.
Se trató de un fenómeno masivo, tan directo y puntual, que un buen número de expertos se cuestionaron que fuera del todo espontáneo. Y, de hecho, el informe de Rolling Stone puntualiza que la compañía encargó dos informes distintos para estudiar lo ocurrido. El resultado fue verificar que al menos el 13% de las cuentas que participaron en el acoso mediático eran falsas. Las empresas Q5id y Graphika era mucho mayor que las habituales tendencias sobre movimientos en internet aglutinados bajo una causa.
Por si eso no fuera suficiente, la firma Alethea Group comprobó algunos puntos irregulares en el dominio forsnydercut.com. La web se adjudica el mérito del éxito del hashtag #ReleaseTheSnyderCut en mayo del 2018. Rolling Stone descubrió que es propiedad de una agencia de publicidad desaparecida. Una que, además, insiste en la posibilidad de vender tráfico “de forma barata y sencilla”.
El Snyder Cut en el centro de todos los problemas
El informe de Rolling Stone muestra, por otra parte, que la revista realizó sus propias investigaciones. Incluso utilizando las mismas compañías de ciberseguridad como Q5id. ¿El objetivo? Analizar de manera profunda el impacto de las campañas que beneficiaban a Zack Snyder y al llamado SnyderVerse. Al final, encontraron indicios que señalan que no “no hay duda” que hubo el uso intencionado de bots (cuentas falsas) involucrados.
De hecho, el artículo cita a la directora de información de Q5id Becky Wanta, que explica de forma detallada como actúa un grupo de cuentas falsas. En particular, en tendencias de semejante categoría. “Hay ciertos patrones que emiten los bots que vimos aquí. Llegan casi al mismo tiempo en grandes cantidades. Y muchas veces el origen de miles o incluso millones de mensajes se puede rastrear hasta una sola fuente o dos. A veces, se pueden rastrear hasta servidores inusuales en países remotos. Y su contenido será precisamente similar”, explicó Wanta a Rolling Stone.
De hecho, el uso de presión pública siguió luego del lanzamiento del Snyder Cut el 18 de marzo de 2021. Según información de The Wrap, el uso de bots podría haber influido en los resultados del Premio Oscar otorgado por el público este año. Pero, más peligroso aún, es el hecho que se trata de una campaña que incluye ataques selectivos. Según Vanity Fair y Vox, el comportamiento del fandom tóxico “tiene mucho más en común con campañas abusivas de derecha como Gamergate, que con la mayor parte de la cultura geek dominante”.
Para Becky Wanta, el peligro es evidente: “Puedes conducir el tribunal de la opinión pública”, dice Wanta para Rolling Stone. Una tendencia que podría ser una amenaza solapada para la seguridad web de cientos de figuras públicas en el mundo.