Cuando Andrey Tupolev (castellanizado como Andréi Nikoláyevich Túpolev) creó la compañía Tupolev PJSC en 1922, seguramente tenía en mente grandes logros en cuanto al diseño y puesta en marcha de aviones de toda clase. Pero tal vez se quedó corto y no auguró que casi 100 años más tarde su empresa seguiría en marcha con más de 300 modelos a sus espaldas y más de 18.000 aviones construidos. De ellos, 1.000 han sido vendidos en 20 países de todo el mundo. Y alguno de ellos, aviones supersónicos y mejores que el Concorde.

Sus primeros modelos recibían el nombre de ANT (ANdrey Tupolev) más una numeración. El ANT-1, por ejemplo, se lanzó en 1923. Un sencillo monoplano deportivo muy próximo a los aviones de los hermanos Wright, fabricado en madera. El ANT-2 de 1924 incluía metal por primera vez, el ANT-4 (1925) era un bombardero bimotor y el ANT-25 de 1933 cosechó algún que otro récord, como sobrevolar el Polo Norte hasta América. En 1941 llegaría la nomenclatura Tu (Tupolev) y un número con el Tu-2, un bombardero bimotor que hizo historia en la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, el Tu-4 de 1947 copiaba el bombardero B-29 estadounidense.

Pero más allá de los sucesivos modelos de avión supersónicos creados en las instalaciones de Tupolev PJSC, nos vamos a detener en uno de ellos en particular, más concretamente en el Tu-144, un avión comercial, es decir, de pasajeros, que tiene el título de ser el primer avión de pasajeros supersónico del mundo tras superar la velocidad de Mach 2, es decir, dos veces la velocidad del sonido.

Un vuelo contrarreloj

En 1958, Tupolev construía el Tu-22, el primer avión supersónico de tipo bombardero de la Unión Soviética. Y en 1960, su línea comercial lanzaba el Tu-124, el primer avión de pasajeros del mundo con dos turbojets. Sigamos. En 1963, Tupolev lanzaba al mercado su avión de pasajeros Tu-134. En paralelo, este gigante de la aviación soviética lanzaba el Tu-123 (1964), un avión supersónico de reconocimiento no tripulado, el primero en su clase. Y, finalmente, en 1968 se anunciaba el Tupolev Tu-144, el primer avión supersónico de pasajeros.

Aunque el primer vuelo fue el 31 de diciembre de 1968, las primeras pruebas de vuelo del supersónico Tu-144 superando la barrera del sonido fueron en junio y julio de 1969. El Concorde, si bien hizo su primer vuelo en marzo de ese mismo año, no probó su cualidad de supersónico hasta octubre de ese año. Por unos meses, el Tupolev Tu-144 soviético le había ganado la partida al Concorde europeo.

Con todo, ambos aviones tienen el título de ser los dos únicos aviones comerciales supersónicos, ya que la práctica totalidad de este tipo de aviones son de uso militar desde que el norteamericano Bell X-1 superara la velocidad del sonido alcanzando Mach 1 en octubre de 1947.

Un avión 100% Tupolev

Entre las muchas curiosidades del Tupolev supersónico destaca que el diseño corrió a cargo de Alexei Tupolev (castellanizado Alekséi Túpolev), hijo del fundador de la compañía. Ambos grandes diseñadores, en el caso de la segunda generación, el diseño más célebre de Alekséi fue el supersónico Tu-144. Por su parte, la tercera generación de la familia queda representada por Steffánov Túpolev, piloto de pruebas y diseñador de, entre otros, el Tu-330, el Tu-334 y el Tu-414. Pero volvamos al primer supersónico comercial.

Interior del Tupolev Tu-144. Fuente: Clemens Vasters (Flickr)

Si bien el desarrollo de este avión empezó en los años 60 y finalizó con los antes mencionados vuelos de 1969, no entró en servicio hasta 1975, y curiosamente, sus primeros vuelos fueron como nave de carga en vez de para su propósito inicial. Sus primeros vuelos con pasajeros se hicieron coincidir con el 60 aniversario de la Revolución de Octubre el 7 de noviembre de 1977. En concreto, un primer vuelo con pasajeros despegó de Moscú el primero de noviembre y aterrizó en Almati al cabo de dos horas. Para hacernos una idea, los aviones actuales hacen ese vuelo en más de 4 horas. La razón, alcanzaba una velocidad de 2.000 kilómetros por hora, habiendo alcanzado, con modificaciones, un máximo de 2.500 km/h.

El éxito del Tu-144, el avión supersónico ruso, fue breve pero intenso. Pronto realizó nuevas rutas. Junto a la de Moscú-Almati, voló también a Jabárovsk y se llegaron a planificar viajes a La Habana, aunque no se llegaron a poner en práctica. En su vertiente de nave de carga, la compañía rusa Aeroflot empleó el Tu-144 y sus variantes (el Tu-144S de 1971 y el Tu-144D de 1978) entre 1979 y finales de los 90.

Controles de un Tupolev Tu-144. Fuente: Clemens Vasters (Flickr)

En total, Tupolev llegó a construir 16 aviones Tu-144. Era un avión muy especializado, caro de producir y sus vuelos quedaron limitados a la Unión Soviética. Con todo, fue un hito en el diseño de aviones y en la industria aeronáutica rusa y mundial.

El legado de Tupolev, el avión supersónico ruso

Tupolev sigue en activo, casi 100 años después de su fundación. En la actualidad, cuenta con más de 12.000 empleados y tiene oficinas en varias ciudades rusas. Si quieres visitar sus instalaciones, Tupolev cuenta con su propio museo. Inaugurado por el propio fundador de la empresa en los años 70, en la actualidad se encuentra en el edificio principal de Tupolev en Moscú.

En el museo de Tupolev encontrarás más de 100 modelos de sus aviones más icónicos, algunos de ellos a gran escala y otros en forma de maqueta más reducida. Y entre las áreas de exhibición, una de ellas se centra en sus modelos de aviones supersónicos desde el Tu-104 hasta el Tu-154 sin olvidar el mítico Tu-144 del que hemos hablado en este artículo. Encontrarás más información en su página oficial.

Esta es una versión actualizada de un artículo publicado previamente en Hipertextual.