Los recientes episodios de calima en España nos demostraron que el polvo del desierto es mucho más que eso. No solo lo ensucia todo, también puede causar problemas de salud a personas vulnerables, especialmente cuando arrastra algunas sustancias tóxicas con él. Pero, además, puede potenciar el calentamiento global. Esto último es una suposición que debe estudiarse en mayor profundidad, de ahí que la NASA haya mandado a la Estación Espacial Internacional un instrumento, llamado EMIT, que se encargará de analizarlo.

Bautizado así por las siglas en inglés de “Fuente de Polvo Mineral de la Superficie de la Tierra”, EMIT es un instrumento que consta de un espectrómetro de imágenes avanzado, capaz de analizar el color de las partículas de polvo que flotan en la atmósfera. Esto es muy importante, ya que las más oscuras son las que preocupan por su capacidad para absorber el calor y potenciar el calentamiento global. Actualmente, se considera que el polvo es mayormente amarillo, por una mezcla equitativa de polvo claro y oscuro. No obstante, se empieza a sospechar que este último podría abundar más de lo que parece.

Y la Estación Espacial Internacional es un lugar perfecto para estudiarlo, ya que en su órbita pasa alrededor de algunas de las zonas más áridas de la Tierra. Es de allí de donde procede la mayoría del polvo atmosférico, por lo que puede estudiarse desde el origen. Eso sí, aún habrá que esperar un poco para conocer sus resultados, pues no se espera que empiece a trabajar hasta finales del mes de julio.

¿Por qué es tan importante estudiar el polvo desde la Estación Espacial Internacional?

Las partículas de polvo son de muchos tipos, aunque parece ser que predominan las de color rojo oscuro, con presencia de hierro en su composición, o unas más claras que contienen arcilla. 

Estas últimas reflejarían la luz solar, por lo que serían muy beneficiosas por su ayuda para enfriar el planeta. Sin embargo, las oscuras absorben esas mismas radiaciones, propiciando el efecto contrario. A día de hoy no se sabe con exactitud cuáles son las partículas que predominan. Por eso, la NASA ha enviado a EMIT a la Estación Espacial Internacional. Su objetivo es tomar registros y analizar la composición del polvo en todo el mundo.

Así, se podría extraer información sobre su papel en el calentamiento global. Pero también en otras muchas cuestiones. Por ejemplo, según explican desde The Verge, el polvo atmosférico influye en cuestiones como la formación de nubes, la calidad del aire o la disponibilidad del agua. Incluso puede acelerar el deshielo si se posa sobre zonas heladas. Y no es algo imposible. El polvo puede viajar muchísimos kilómetros, desde el norte de África hacia las selvas amazónicas. Todo ello con multitud de paradas, causando estragos como los que vivimos con la calima.

Es necesario estar ojo avizor para saber hasta dónde puede llegar. Y ahora, ese ojo trabajará desde lo más alto, tomando registros en la Estación Espacial Internacional. El instrumento de la NASA se ha dirigido allí a bordo de una nave espacial Dragon, de SpaceX.

Una vez allí, comenzará a tomar las medidas a finales de julio, con el fin de lanzar los datos que serán analizados por los científicos de la NASA. Así, podremos saber hasta qué punto ese polvo, aparentemente inocente, está trabajando para acelerar las consecuencias del calentamiento global.

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