No ha tardado mucho en salir a la luz. Y realmente no se esperaba que se diese a conocer el nombre de la persona que filtró los ahora llamados Papeles de Uber. Documentos que comprenden la actividad de la tecnológica entre 2013 y 2017 y que hablan de relaciones con políticos, fomento de la violencia para ganar presencia en los mercados y bloqueo a las investigaciones. Con todo, esta persona ha dado la cara. Mark MacGann, el que fuese jefe de políticas de la compañía en Europa, Medio Oriente y África (EMEA) se ha presentado como la fuente principal de la filtración.

No solo ha asumido su papel como filtrador de 124.000 documentos (o 18,69 GB de datos) que forman parte de los Papeles de Uber y entre los que se encuentran correos del propio Travis Kalanick con una larga secuencia de frases lapidarias. Entre ellas, la que pasará a la historia: "A veces hay problemas porque somos jodidamente ilegales".

¿Por qué da la cara el directivo asumiendo la autoría de los Papeles de Uber? “Yo era el que hablaba con los gobiernos; Yo fui el que impulsó esto con los medios; Yo era el que le decía a la gente que deberían cambiar las reglas porque los conductores se iban a beneficiar y la gente iba a tener muchas oportunidades económicas”, apunta en una entrevista a The Guardian –medio que ha liderado la investigación internacional–. Operando en Uber entre 2014 y 2016, MacGann era la cara visible en el proceso de expansión mundial.

Ahora, el motivo por el que hizo la filtración de los Papeles de Uber y ahora da la cara y apunta al arrepentimiento. Según el directivo, Uber trabajó durante años en una política de beneficios y réditos para su mayor fuerza de trabajo: los conductores. "Cuando resultó que ese no era el caso, en realidad le habíamos vendido una mentira a la gente, ¿cómo puedes tener una conciencia tranquila si no te pones de pie y reconoces tu contribución a cómo se trata a las personas hoy en día?", explica. Culpa a la compañía de “romper todas las reglas y usar su dinero y su poder, para impactar, para destruir”.

Los Papeles de Uber tampoco son una sorpresa en el historial de la compañía. Desde hace algunos años, y más recientemente tras los estragos de la pandemia, la tecnológica se ha enfrentado a las protestas internacionales de sus conductores. En algunas regiones se ha establecido una suerte de sueldo mínimo. En todas sus geografías se han visto en la tesitura de aumentar precios para poder cumplir el aumento de los costes de explotación –precio de la gasolina e inflación–. En California, la cuna de Uber, rozaron el cierre cuando todo apuntaba a que el Estado Norteamericano les obligaría a contratar a sus conductores con una suerte de Ley Rider. El historial de la precariedad de muchos conductores es una vieja historia en Uber.

Tratado por un trastorno de estrés postraumático (TEPT), germen de los Papeles de Uber

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Cuando Mark MacGann abandonó Uber en 2016, todo parecía apuntar a que la relación laboral terminaba de la mejor de las formas. Poco después entró en litigios con la compañía por un supuesto impago de una bonificación de 585.00 euros. Con el tiempo, Mark MacGann fue diagnosticado de TEPT como consecuencia a los años trabajando para la tecnológica. Era la cara visible de las políticas públicas de Uber y también el foco de todos aquellos que no estaban de acuerdo con la actividad de la tecnológica.

Tras el diagnóstico y tratamiento, Mark MacGann se puso en contacto con uno de los abogados que estaba demandado a Uber en nombre del colectivo del taxi. Tras ello, The Guardian fue el siguiente en la lista y germen de los Papeles de Uber. Y a los mismos que les entregó los 124.000 documentos. Entre los que se incluyen las conversaciones con el propio Travis Kalanick o el propio Emmanuel Macron –punto caliente del listado de los Papales de Uber–.

Sobre este punto, Uber ha vuelto a emitir un comunicado. “Entendemos que Mark se arrepiente personalmente de sus años de lealtad inquebrantable a nuestro liderazgo anterior, pero hoy no está en condiciones de hablar con credibilidad sobre Uber", apuntan desde la compañía. Una declaración muy en línea con la que la propia tecnológica emitía en el momento de la publicación de los Papeles de Uber: no darían excusas sobre su pasado, pero pedían que se les juzgase por sus valores actuales. O lo que es lo mismo: una declaración de cambio que se hizo efectiva en 2017 cuando Travis Kalanick fue invitado a salir de su propia empresa precisamente por todas estas políticas, además de un largo listado de casos de acoso sexual en las oficinas de la compañía.

Con todo, el comunicado también niega algunos de los puntos que la filtración de Mark MacGann en los Papeles de Uber manifiestan. "El Sr. Kalanick nunca sugirió que Uber debería aprovechar la violencia a expensas de la seguridad del conductor”, apuntan. Tampoco, y según las declaraciones de la empresa, autorizó ningún programa que pudiera obstruir la justicia de ningún país –a excepción del programa Greyball dirigido a evitar que funcionarios públicos pudiesen vigilar la actividad de Uber–. Además, añaden, “es digno de mención que Mark se sintió obligado a 'hacer sonar el silbato' solo después de que se liquidó su cheque”.

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