Spider-Man: No Way Home ya está disponible en HBO Max. La película, que cierra la trilogía de Tom Holland en el Universo Cinematográfico de Marvel es un éxito rotundo indiscutible. Y no solo por llevar a Spidey a un nuevo nivel de su dimensión heroica. Con todas sus fallas de guion y de ritmo, es un homenaje a gran escala a la idea del cine de superhéroes. También, una percepción pulcra sobre el vínculo emocional que el héroe mantiene con generaciones de fanáticos.
El, por ahora, más exitoso film de la cuarta fase de Marvel es toda una lección sobre cómo narrar una historia que logre involucrar a la audiencia a niveles nuevos. El estudioha sufrido algunos traspiés de importancia en sus más recientes películas. En específico, en la forma en que el público reacciona a la necesaria evolución de la franquicia hacia lugares nuevos. Pero Spider-Man: No Way Home recupera la idea de los superhéroes como figuras entrañables de una experiencia total. Con su aire desordenado, en ocasiones inocente, pero siempre emocionante, el film de Watts es un particular ejercicio emocional. Uno que logró que el Spider-Man de Tom Holland se hiciera un personaje maduro, mucho más profundo y menos ingenuo.
Como parte de la historia de Peter Parker, el film de Watts es un recorrido en la historia de un personaje amable, querido y humilde. En el trayecto de las grandes historias de Marvel, es una reflexión sobre el poder de un superhéroe que se sostiene sobre lo cotidiano y la responsabilidad moral. Entre ambas cosas, la historia es una demostración de un candidez que el cine espectáculo parece haber perdido en ocasiones. Y quizás, ese es su mayor mérito.
¿Qué aportó al cine de superhéroes Spider-Man: No Way Home? Te dejamos las tres razones por las cuales el film es una demostración de todo lo que el género puede ser.
Spider-Man: No Way Home: un homenaje para un héroe de varias generaciones
Uno de los puntos más fuertes de Spider-Man: No Way Home es reconocer la cualidad de fenómeno generacional de Peter Parker. El héroe es mucho más que un añadido en la siempre creciente mitología de Marvel. Es un símbolo de algo mayor, que además se vincula directamente con la condición del film de argumento compartido.
Peter Parker, encarnado por Tobey Maguire, pertenece al imaginario colectivo que vio nacer al cine de superhéroes. Por otro lado, la versión de Andrew Garfield es una reinvención fresca, contemporánea y emparentada con un público que pudo reconocerse en el actor. Y por supuesto, Tom Holland, muestra a la versión en formación de un héroe, que en mayor o en menor medida, depende de su desarrollo emocional. Como parte de una misma cosa, las tres dimensiones de Spider-Man que representa cada uno de los intérpretes, es un rango funcional y profundo de una experiencia total.
Mezclar a los todos los rostros del héroe, fue algo más que un truco infalible para cautivar a la audiencia. También, fue una celebración sensible a casi cuatro generaciones de fanáticos, que encontraron en pantalla su infancia y adolescencia. Mucho más profundo, fue un recorrido a cómo el cine de superhéroes, siempre menospreciado, puede ser capaz de enviar un mensaje concreto. El poder de los símbolos en una versión más amplia y completa, que abarca por qué lo superheróico todavía es capaz de emocionar y conmover. Incluso, luego de más de una década de auge del género.
Las tres lecciones que deSpider-Man: No Way HomeContar una historia emocional
Por semanas, los videos de las reacciones de los fanáticos en las salas de cine al disfrutar Spider-Man: No Way Home sorprendieron y conmovieron. Se trató de un fenómeno espontáneo, emocional e incontrolable que se extendió a lo largo y ancho del mundo. De la misma forma que la ya famosa escena de la gran batalla de Endgame, la película de Watts dio en el blanco al crear un impacto perdurable. La aparición de varias versiones de Peter Parker en pantalla, emocionó hasta las lágrimas a la mayor parte del público. Pero también, demostró que a pesar de sus flagrantes fallas de guion, el film era un mecanismo de nostalgia que supo superar sus momentos bajos.
También dejó claro una lección para el cine de superhéroes. La relación del público con sus personajes favoritos se vincula a la emoción. A la capacidad que puedan tener para reflejar la experiencia total de lo heroico como fantasía colectiva. A pesar de los giros inverosímiles, de los traspiés en la manera de narrar la historia, lo esencial de cómo mostrar la conexión emocional entre fanático y narración, es fundamental. El film se sostiene en su capacidad para evocar las grandes experiencias compartidas. El hecho de cómo Spider-Man ha influido, en mayor o menor medida, en la experiencia acerca del mundo de los superhéroes en una audiencia considerable.
Desde el cómic a las películas, Spider -Man ha sido el vecino amistoso de Nueva York. Un héroe capaz de caminar por la calle, señalar direcciones, de ser sostenido en hombros por los ciudadanos de su ciudad. Un muchacho cualquiera que agita la mano para saludar a los transeúntes. Spider-Man: No Way Home no solo celebra esa versión de la historia. La lleva a un nuevo nivel.
Un final que deja claro que el héroe vuelve a sus orígenes
Una de las críticas más frecuentes sobre el Peter Parker de Tom Holland es su dependencia total a un mentor. Primero, la enorme figura del Tony Stark de Robert Downey Jr. Después, en menor medida, en el Happy Hogan de Jon Favreau. Por último, en la vigilancia malhumorada del Stephen Strange de Benedict Cumberbatch. De una u otra forma, el Peter Parker más joven de la partida siempre dependió de un personaje mayor. Uno que le adiestró, facilitó su crecimiento e incluso, le proporcionó herramientas tecnológicas que ninguna versión había tenido.
Spider-Man: No Way Home reconoce ese trayecto simple y lo deja atrás con uno de los finales más emocionantes de la subfranquicia. El Peter Parker de Tom Holland, finalmente a solas, convertido en un joven responsable de su poder y de sus actos, deja su historia atrás. Esta reinvención del camino del héroe, lleva a Holland a una nueva dimensión como héroe. Le permite crecer, hacerse más poderoso y en especial, más humano.
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En una época en que el mundo del género de superhéroes parece superpoblado y desdibujado, Peter Parker de vuelta a los orígenes en su traje tradicional, es un homenaje. No solo a los seguidores del personaje de todas las épocas. También, a la generación que creció con su figura y que ahora, pudo disfrutar de un paso más allá en su crecimiento moral. Todo un obsequio entrañable para los fanáticos de Spider-Man, sino para todos los amantes del mundo de los superhéroes de cualquier edad.