Top Gun le dio fama mundial al F-14 Tomcat y convenció a toda una generación de querer convertirse en pilotos de combate. Sin embargo, fue otra película la que le dio su primer gran protagónico al caza de Grumman. Hablamos de The Final Countdown, que se estrenó en 1980; sí, seis años antes de que el clásico de Tony Scott con Tom Cruise, Val Kilmer y Kelly McGillis llegara a la pantalla grande.

Para muchos, The Final Countdown sigue siendo una producción desconocida, y tiene sus motivos. El más importante, seguramente, es que el largometraje no gozó de mucho éxito en su estreno y eso le impidió mantenerse vigente más allá de su lanzamiento original. Es cierto que con el correr de los años ha ganado una suerte de estatus de culto por sus espectaculares secuencias de vuelo y por el reconocimiento a la colaboración de la Armada de Estados Unidos durante el rodaje, pero lejos ha estado de lograr el impacto de Top Gun.

A eso hay que sumarle que el filme no presentaba un guion con una historia bélica convencional, sino que se inclinaba más por la ciencia ficción. Al fin y al cabo, la historia se centraba en un moderno portaaviones que viajaba en el tiempo tras toparse con una tormenta eléctrica que lo trasladaba al 6 diciembre de 1941, el día previo al ataque japonés a la flota naval estadounidense en Pearl Harbor.

El argumento no era necesariamente malo, pues salía de lo convencional. Además, The Final Countdown presentaba un reparto encabezado por Kirk Douglas —su hijo Peter fue el productor—, Martin Sheen (quien en 1979 había sido aclamado por su trabajo en Apocalypse Now), y Katharine Ross, quien para entonces ya había ganado dos veces el Globo de Oro. No obstante, la ejecución general de la idea no terminó siendo buena; aunque sí permitió ver por primera vez al F-14 Tomcat —y al resto del arsenal naval del USS Nimitz— en todo su esplendor.

El F-14 Tomcat tuvo su primer gran despliegue cinematográfico en The Final Countdown

F-14 Tomcat | The Final Countdown

Como mencionamos anteriormente, la premisa de The Final Countdown es un tanto peculiar. La película se centra en el portaviones USS Nimitz de la Armada de Estados Unidos, que viaja en el tiempo tras atravesar una tormenta y aparece en 1941, justo un día antes de que se produzca el ataque de Japón a la flota norteamericana en Pearl Harbor. Así, los protagonistas quedan en una encrucijada: intervenir para evitar la masacre o dejar que la historia siga su curso para tratar de interferir lo menos posible en ella.

Una de las escenas más memorables de la película dirigida por Don Taylor muestra a dos Mitsubishi A6M Zero, caza que sirvió a la Armada Imperial Japonesa entre 1940 y 1945, en un combate aéreo cerrado (dogfight) con dos F-14 Tomcat estadounidenses. La secuencia aérea es sencillamente espectacular, no solo por la disparidad generacional y técnica de las aeronaves involucradas, sino por la realización. Los planos son estupendos y dan vida a uno de los puntos más altos de esta producción. Es cierto que las tomas cercanas a los aviones japoneses no corresponden a maniobras en vuelo, pero el resto de la acción sí es real e impacta de gran forma, incluso al verla más de 40 años después de la filmación.

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Pero el combate aéreo probó rápidamente ser un desafío para todas las partes involucradas. No solo porque había un mundo de distancia entre las capacidades de los aviones utilizados, sino también por los requisitos que el director pretendía cumplir durante el rodaje de las secuencias.

Un punto interesante para mencionar es que los Mitsubishi A6M Zero que combatían contra los F-14 Tomcat eran, en realidad, dos North American T-6 Texan. Esta no fue la primera vez que se recurrió a esta técnica para representar a las aeronaves japonesas en cuestión, pues ya se había hecho en la película Tora! Tora! Tora! de 1970 y en la serie Baa Baa Black Sheep de la NBC que se emitió entre 1976 y 1978.

El principal inconveniente que debieron afrontar tanto los pilotos como el equipo de producción de la película fue la diferencia de velocidad entre los aviones. El director Don Taylor quería que los pilotos de los T-6 volaran con la carlinga abierta, lo que afectaba su velocidad final; en tanto que pretendía filmar a los F-14 Tomcat con las alas completamente retraídas porque consideraba que así se veían “más geniales”.

El problema era que las alas de geometría variable de los F-14 Tomcat se retraían automáticamente solo cuando los cazas volaban a muy altas velocidades; caso contrario, permanecían extendidas. Y si bien los pilotos podían mover las alas manualmente, retraerlas durante un vuelo a baja velocidad tenía sus riesgos.

“Los primeros días de rodaje nos caíamos del aire. Era un desastre”, dijo Alan ‘Shoes’ Mullen, uno de los pilotos del F-14 Tomcat en The Final Countdown, en una entrevista con el youtuber y expiloto de combate C.W. Lemoine.

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Un cambio de estrategia para el rodaje

La diferencia de velocidad entre los falsos Mitsubishi A6M Zero y los F-14 Tomcat obligó a cambiar cómo se rodaba la película. Originalmente, las escenas aéreas se filmaban desde un helicóptero; pero el estático setup se convirtió rápidamente en una dificultad para lidiar con las distintas velocidades de las demás aeronaves. Según explicó Mullen, el T-6 podía volar a una velocidad máxima de unos 180 nudos, que era muy inferior a la del caza de Grumman, cuyos pilotos hacían malabares para mantenerlo en el aire volando a 200 nudos con las alas cerradas.

“Era como tratar de hacer caer tres bolas de billar en simultáneo sobre la mesa”, explicó el exaviador. La solución fue deshacerse del helicóptero y reemplazarlo con un viejo bombardero North American B-25 Mitchell modificado. La sección trasera se adaptó para acomodar las cámaras, lo que simplificó el rodaje y permitió tomas más cercanas a las demás aeronaves. “Así, el B-25 y los T-6 iban a la misma velocidad y volaban en formación, y los F-14 Tomcat la atravesábamos”, agregó Mullen.

De todos modos, el rodaje de una escena con aviones tan diferentes no estuvo exento de momentos de zozobra. El más notorio se dio cuando uno de los F-14 Tomcat maniobró para colocarse detrás de un T-6 que volaba más lento y más bajo. La perspectiva de la imagen da la sensación de que el caza de Grumman casi termina en el agua, cosa que afortunadamente no sucedió. El piloto Richard ‘Fox’ Farrell, protagonista de la misma, controló la aeronave unos 30 metros por encima del océano, en una imagen espectacular que, de hecho, aparece en el corte final de The Final Countdown.

La escena fue tan impactante que con el correr de los años alimentó historias un tanto contradictorias. Una de ellas dice que el efecto de sonido de los motores del avión durante la maniobra de recuperación fue, en realidad, el sampleo de un grito de la esposa de Farrell al ver “desplomarse” el F-14 Tomcat. De hecho, la anécdota se incluye en este clip donde los pilotos recuerdan la escena (en inglés).

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Sin embargo, el paso del tiempo ha llevado a disputar su veracidad. En la ya mencionada entrevista con C.W. Lemoine, Mullen indicó que, según le explicó uno de los ingenieros de sonido que participó del filme, lo que se agregó en postproducción para hacer la secuencia aún más impresionante fue, en verdad, el derivado de la grabación del rugido de un felino.

Más desafíos

El rodaje de las escenas aéreas de The Final Countdown se llevó a cabo en los Cayos de Florida, aprovechando la Estación Aeronaval Key West. Pero la grabación del combate aéreo cercano entre los F-14 Tomcat y los T-6 no solo probó ser compleja por las acrobacias en sí mismas, o por las ya citadas diferencias generacionales entre las aeronaves; sino también porque era imposible revisar en el momento la calidad de las tomas logradas en cada despliegue.

Wikimedia Commons (Dominio público)

“Esos eran los días en que se rodaba en película, no eran los días de las grabaciones digitales. Así que volábamos en Key West y volvíamos al hotel sin nada de material para ver. La película se enviaba a Nueva York, donde se revelaba, y se traía de vuelta. De modo que si volábamos el lunes recién podíamos verlo el jueves; mientras tanto, seguíamos volando el martes sin saber que obteníamos y el miércoles lo mismo. Cuando llegaba el jueves y recibíamos lo que habíamos grabado el lunes, solo se veía el cielo azul, algunas nubes y, ocasionalmente, algunos puntos que pasaban rápido por la pantalla. Era terrible”, explicó el piloto Alan ‘Shoes’ Mullen.

En retrospectiva, esto le da un valor todavía más destacado a la calidad final de las escenas aéreas del largometraje.

Pero no solo a las protagonizadas por el F-14 Tomcat, sino también por las demás aeronaves que participaron de la producción. De hecho, The Final Countdown incluye una secuencia de un despegue masivo de aviones desde el portaviones USS Nimitz que también es formidable. Pueden verla a continuación.

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El F-14 Tomcat supo maravillar antes del estrellato en Top Gun

Está claro que la popularidad de The Final Countdown no tiene punto de comparación con la de Top Gun. Pese a ello, el trabajo del director Don Taylor con las escenas aéreas es impecable. En algunos casos, incluso, realza más las maravillas del F-14 Tomcat que el trabajo de Tony Scott en el filme protagonizado por Tom Cruise.

“No fue una película terrible. No era genial, pero tampoco era terrible, y la Armada logró mucha buena publicidad. Al Comando de Reclutamiento le encantó porque recibieron a muchos que se inscribieron para ser pilotos del F-14, y el líneas generales la respuesta de la Armada fue favorable. […] Pero lo creo que sí hizo este largometraje fue sentar las bases para Top Gun, que fue el gran éxito para el reclutamiento de la Armada”, concluyó Mullen.