Todos hemos oído hablar de las mechas californianas. Se trata de un tipo de tinte con el que se imita la coloración que adquiere el pelo cuando pasa mucho tiempo bajo el Sol. Como en el caso de los surfistas californianos. Aunque no hace falta irse a cabalgar olas en Malibú para experimentar este efecto en nuestro cabello. La aclaración del pelo por el Sol es muy habitual, pero puede llevarnos a hacernos otra pregunta. ¿Por qué se aclara el pelo si la piel se oscurece en las mismas circunstancias?
La respuesta está en la melanina en ambos casos. Este es el pigmento que le da coloración a nuestra piel de forma natural, independientemente del Sol. Pero, además, cuando nos exponemos al astro rey, nuestras células fabrican una mayor cantidad como mecanismo de protección. Eso ocurre en la piel, pero no en el pelo, básicamente porque en él las células están muertas.
Ya no pueden fabricar más melanina para sustituir la que se va gastando, por lo que la poca que queda se degrada y vemos cómo el pelo se aclara, como en las mechas californianas. Ahora bien, ya con esto claro, ¿cuál es realmente la función de la melanina?
Melanina para proteger la piel del Sol
La melanina es un pigmento que se fabrica en el interior de un tipo de células conocidas como melanocitos. Todas las personas, independientemente del color natural de su piel, tienen aproximadamente la misma cantidad de melanocitos. No obstante, sí que existe una variación en las proporciones de los dos tipos de melanina que existen.
La eumelanina es marrón parduzca, por lo que se relaciona con las pieles más oscuras. La feomelanina, en cambio, es amarilla-rojiza, por lo que es la que se encuentra en personas con pieles más claras. Y ocurre lo mismo en el pelo. Las personas morenas tienen más eumelanina, mientras que las rubias y pelirrojas contienen una mayor proporción de feomelanina.
Por lo tanto, la función aparente de la melanina es dar color a nuestra piel y nuestro pelo. Pero es mucho más que eso, ya que también nos protege de las radiaciones ultravioleta del Sol. Si estas llegan hasta el interior de nuestras células, pueden dañar el ADN y causar problemas que van desde el envejecimiento acelerado de la piel hasta el cáncer. Por eso, la melanina se encarga de absorber la radiación, como si pusiésemos una pared negra delante de algo que queremos proteger. Esa melanina puede ir reponiéndose, aunque llega un momento en que no da abasto, de ahí que sea aconsejable añadir una pared más, en forma de crema de protección solar.
Si no añadimos esa doble barrera, podemos quemarnos; pero, aun así, más tarde se acaba reponiendo la melanina. En cambio, con el pelo la situación es muy diferente. No hay más que ver las mechas californianas de las surfistas de Malibú.
¿Qué ocurre en el pelo cuando se forman las mechas californianas?
En el pelo también hay melanocitos con diferentes proporciones de eumalanina y feomelanina. Pero hay un problema y es que todas las células del pelo son células muertas. La parte buena es que, al estar muertas, no puede dañarse su ADN. No hay un cáncer de pelo. La mala es que tienen la melanina que tienen. No pueden fabricar más.
Si se exponen el sol, este terminará degradando la melanina y no habrá opción de reponerla. Por eso, poco a poco se va perdiendo coloración. Ahora bien, hasta que esa melanina se degrada, cabe destacar que también ejerce cierta protección. No para las células muertas del pelo, pero sí para la piel que hay debajo. De hecho, se ha visto que las personas con pelo fino o alopecia tienen más probabilidad de desarrollar lesiones cutáneas causada por el Sol.
Pero volvamos al tema de la aclaración del pelo. Es cierto que puede parecer bonito. De hecho, las mechas californianas han tenido un gran auge en algunas épocas y aún lo siguen teniendo. Sin embargo, el Sol también puede hacer el pelo más quebradizo y seco, por lo que no es tan ventajoso como pueda parecer.
Es por esto que existen productos que también protegen el cabello del Sol, para evitar esa parte mala de la exposición. Porque si solo se aclarara ahorraríamos mucho en peluquería, qué pena que no sea tan fácil.