Seguramente, ya lo sabes. Winnie the Pooh: Blood and Honey será el primer intento de convertir al ícono infantil en uno del cine de terror. Hacerlo además llevando la premisa a sus consecuencias más terroríficas y sangrientas. Según trascendió, la película de terror mostrará la versión más vil de los queridos personajes de A.A Milne. Lo que incluye incluso la muerte de Ígor, el asno adorable.
Se trata de un experimento audaz que recorre nuevos — y espeluznantes — espacios de uno de los libros para niños más queridos de la historia. En especial, cuando la película de terror tomará a los personajes para profundizar en narraciones alternativas. Desde un Pooh convertido en una criatura desalmada y sádica, hasta un Christopher Robin convertido en una figura siniestra. Winnie the Pooh: Blood and Honey parece dispuesto a profundizar en todos los códigos del cine de terror para construir una premisa poderosa y extravagante.
Pero por supuesto no se trata del primer intento ni el más elaborado de combinar personajes entrañables con historias tétricas. De hecho, hay toda una filmografía dedicada a subvertir el cuento infantil hasta convertirlo en la más terrible pesadilla. Te dejamos tres recomendaciones que te sorprenderán por su profundidad, buen hacer narrativo y en especial, capacidad para asustar. Y sí, todas basadas en los cuentos de infancia que quizás, no esperabas podían tener un reverso oscuro y definitivamente adulto. Toda una travesía desconcertante a través de una nueva visión sobre la fantasía que desconcierta por su solidez.
Blancanieves: un cuento de terror
Una siniestra y monstruosa mujer, una hijastra peligrosa, un asesinato sin resolver. Aunque no lo creas, te contamos la versión para el cine de terror del cuento de el cuento de Blancanieves de los Hermanos Grimm. La adaptación de Michael Cohn de la tradicional historia infantil es un festival de horrores. Desde la mirada inquietante sobre sus personajes — todos ambiguos y en medio de oscuras tentaciones — hasta su planteamiento retorcido de la historia. La noción sobre el mal que concibe Blancanieves: un cuento de terror resulta asfixiante y paradójica, en especial, cuando en sus mejores momentos, se cuestiona la bondad.
¿Qué nos empuja hacia las tinieblas de la violencia? ¿Qué nos hace perder los escrúpulos? La película de terror se hace preguntas elegantes y bien construidas sobre la naturaleza del comportamiento humano. Pero más allá de eso, abandona toda percepción sobre la moral, para dar rienda suelta a su premisa sobre lo inconfesable. ¿Qué se oculta bajo las máscara que mostramos a otro? Con Sigourney Weaver como Lady Claudia Hoffman — la encarnación de la bruja malvada del cuento original — la pregunta puede tener respuestas terroríficas.
Con su aire grotesco, inusual y un uso más que eficiente del discurso del extraño al acecho, la película de terror convierte al cuento de Blancanieves en un thriller brillante. También en una percepción poco común sobre lo siniestro desde sus matices más sutiles.
Gretel y Hansel
Gretel (Sophia Lillis) y Hansel (Samuel Leakey) tendrán que enfrentarse a la oscuridad y a la brujería en este relato contemplativo y visualmente impactante. Basado en el cuento de hadas del mismo nombre, el relato es una suntuosa versión sobre el enigma y el poder. Todo mezclado en la concepción del horror y lo misterioso a través de lo inexplicable.
Oz Perkins, que tiene experiencia en convertir el horror en una experiencia introspectiva, convierte a la historia original en algo nuevo. En especial, al utilizar la figura de la bruja, como un hilo conductor que avanza entre terrenos inquietantes sobre el poder y la fe. Como si eso no fuera suficiente, la película de terror lleva a un nuevo nivel, el substrato simbólico de la historia de la que procede. Para su segundo tramo, la película encuentra su ritmo y su identidad como película de terror en una apoteosis brillante de ideas sobre la oscuridad interior.
Pero Gretel y Hansel es mucho más que eso. También es una precisa colección de imágenes asombrosas, que se conectan con un aire crepuscular tétrico. A medida que la trama avanza, los personajes se hacen más profundos, lóbregos y peligrosos. Y no solo la conocida bruja de la casa en el bosque. En un giro argumental inesperado, Gretel y Hansel terminan por ser mucho más que víctimas. Pero también, mucho menos que héroes.
Las zapatillas rojas
Basada en el cuento del mismo nombre, esta película de terror coreana es un recorrido mordaz por la mitología original. Cuando una mujer recién divorciada encuentra un par de zapatos rojos en la estación del subterráneo, no imagina que ocurrirá. Tampoco, como se entrelazará su destino a un tipo de horror inesperado y en especial, cada vez más peligroso y latente. Con su aire de thriller urbano sucio y destartalado, Red Shoes medita sobre el horror en un sentido vertiginoso y abrumador.
En específico cuando decide utilizar todas las percepciones del cuento de hadas, para crear algo desconocido y peligroso. ¿Qué es real y que no lo es? El límite entre lo onírico, lo fantasmal y lo sobrenatural se desdibuja con rapidez y la película de terror avanza a terreno cada vez más desconcertante. Para su final, no sólo encontró una forma de homenajear el cuento del cual procede. A la vez, de crear un tipo de terror elevado que combina lo escalofriante con un cuidadoso discurso de la belleza que sorprende por su efectividad.
Los Zapatos Rojos además, lleva la conexión entre el miedo y lo invisible a niveles desconocidos. Poco a poco, la trama revela sus secretos y cuando finalmente, logra mostrar todo lo que se esconde bajo su símbolo del mal, sorprende. Con un final espeluznante y una mirada sobre los secretos a simple vista de curiosa eficacia, es una opción para los amantes del género del terror más críptico.