¿Cómo sería acercarse a un agujero negro? Bueno, teniendo en cuenta que ni siquiera la luz puede escapar de ellos, mejor no verse en la situación de comprobarlo. Sin embargo, existe una ilusión óptica que emula en cierto modo cómo sería la sensación. Y eso no es lo más interesante. En realidad, lo más curioso es que no todo el mundo puede percibirlo. De hecho, según un estudio recién publicado en Frontiers in Human Neuroscience, solo el 80% de las personas son capaces de ver cómo el agujero negro se hace cada vez más grande.
Pero esto no se ha comprobado solo mediante las declaraciones de los participantes. Los autores del estudio, procedentes de la Universidad de Oslo, comprobaron que las pupilas de estas personas se dilataban a medida que percibían cómo el agujero negro de la ilusión óptica les engullía.
Además, no todos percibieron el mismo nivel de expansión y eso es algo que también podía verse observando sus pupilas. Ahora bien, lo que no está claro es por qué los resultados fueron tan diferentes entre los participantes del estudio. Eso es algo que debería estudiarse en un futuro. ¿Pero qué es lo que han observado hasta el momento?
La ilusión óptica que se convierte en agujero negro
Esta ilusión óptica consiste en un fondo blanco, cubierto de puntos negros, con agujero negro nebuloso en el centro. Al fijar la vista se puede ver cómo ese centro borroso se va haciendo más y más grande, apoderándose de todo el espacio. Al menos eso es lo que ocurre en la mayoría de casos.
Los autores de este estudio que se acaba de publicar quisieron ver cómo le afectaba esta ilusión óptica a distintas personas, por lo que reunieron a 50 participantes con visión normal, a los que se pidió que evaluaran lo que veían.
Tenían que sentarse a 68 centímetros de la pantalla y mirar hacia la misma durante 8 segundos, intentando no cerrar los ojos. Mientras tanto, se tomaron medidas de sus movimientos oculares, así como de las constricciones y dilataciones inconscientes de las pupilas.
El procedimiento se hizo tanto con la ilusión óptica original como con otra en la que se iba variando el color del fondo del agujero negro. Concretamente, se probó con azul, cian, verde, magenta, rojo, blanco o amarillo. También se probó a cambiar el propio color del agujero negro para cada uno de esos colores. Lo primero que llamó la atención de los científicos es que al introducir algunos colores las pupilas se encogían como si los ojos se estuviesen adaptando a una luz brillante. Pero incluso esto variaba mucho entre personas.
Resultados muy diferentes
Solo el 80% de los participantes experimentaron algún crecimiento del agujero negro. Dentro de ese grupo, además, hubo algunos que detectaron la ilusión óptica, pero como una expansión mucho menor que el resto.
Por otro lado, los efectos de la ilusión óptica fueron muy variables dependiendo del color del fondo o del agujero negro que ya no era negro. Por ejemplo, se expandió más con un fondo magenta en relación con el azul y el rojo. En cambio, para los agujeros blancos, la constricción máxima ocurrió en un fondo cian, en comparación con el azul y el amarillo.
El efecto del magenta sorprendió mucho a los investigadores. Y es que, según relatan en el estudio, es difícil relacionarlo con la ecología de la luz porque “el color no es parte del espectro visible". Si bien podrían encontrar algunas explicaciones a los diferentes efectos de la ilusión óptica a medida que se cambian los colores, el hecho de que solo lo vea un 80% es bastante curioso. Se sabe que todo ocurre porque el agujero negro engaña al cerebro para que las pupilas se dilaten y dejen entrar más luz. ¿Hay cerebros más difíciles de engañar? Eso daría para una larga discusión, pero seguro que los motivos son mucho más complejos que eso. Ya se verá. Ahora bien, ya qué sabemos en qué consiste esta ilusión óptica, ¿en qué porcentaje estás tú?