Uno de los capítulos más trágicos de la historia de Xbox es el lanzamiento de la Xbox One. Tras conocerse que la consola integraría un DRM que exigía estar conectado a internet, las críticas de los usuarios no se hicieron esperar. Microsoft ignoró las señales y vio con desdén a sus consumidores, una decisión que les costaría cientos de millones de dólares y un liderazgo ganado en la generación del Xbox 360.
Pese a que Phil Spencer llegó a enderezar el barco y Xbox se ha recuperado por completo, el fantasma del DRM sigue presente. La reciente interrupción en los servicios de la Xbox Network mostraron que Microsoft no ha resuelto uno de sus principales problemas.
Miles de usuarios que prendieron su consola para jugar este fin de semana se encontraron con un múltiples mensajes de error. La caída en la red de Xbox afectó las compras de contenido y la posibilidad de jugar cualquier título, incluyendo aquellos que ya habías comprado e instalado previamente.
Aunque el fallo quedó resuelto, generó un debate sobre los riesgos que plantea un futuro "siempre conectado" donde no somos dueños de nada si un servidor no es capaz de confirmarlo.
¿Cómo afecta el DRM de Xbox a tus juegos?
El problema del DRM en las consolas de Xbox tiene múltiples aristas, como lo menciona el respetable Modern Vintage Gamer. Por un lado, las compras digitales requieren una autenticación para verificar que eres dueño del contenido. Los juegos que adquieres en la tienda de Microsoft se enlazan a tu cuenta de usuario y requieren que inicies sesión en la consola para poder ejecutarlos.
También está la retrocompatibilidad, que solicita que te conectes a internet para descargar la versión más actual de juegos de Xbox One y Xbox 360. En caso de estar desconectado, estos pueden instalarse desde el disco pero no se reproducirán hasta que no te conectes para hacer una verificación. Los únicos juegos en formato físico que pueden saltarse el paso y disfrutarse sin conexión a internet son los nativos para Xbox Series X, la única consola con bandeja para reproducirlos.
Los juegos no son los únicos que requieren validación. La consola necesita conectarse a la Xbox Network cuando se configura por primera vez, un requisito indispensable. En opciones tan básicas como cambiar el idioma también deberás conectarte, ya que esta característica está ligada a una región.
De acuerdo con la página de soporte, la consola solo puede usar las siguientes opciones cuando está desconectada (o hay un fallo en la Xbox Network).
Cuando Xbox esté sin conexión, podrás:
- Ver la televisión
- Iniciar sesión en tu perfil (pero solo si antes has iniciado sesión estando conectado)
- Cambiar la configuración de la consola (excepto la configuración del perfil y el control parental; los controles de contenido seguirán en su sitio mientras estás sin conexión)
- Jugar a juegos (suponiendo que hayas configurado esta consola como tu Xbox principal o que tengas un disco de juego)
- Guardar clips de juegos y capturas de pantalla
- Obtener logros (sin embargo, el espacio para almacenar logros y capturas de pantalla de juego sin conexión es limitado, por lo que deberás conectarte de vez en cuando para sincronizarlos)
Página de Soporte de Xbox. https://support.xbox.com/es-MX/help/hardware-network/connect-network/using-xbox-one-offline
Los peligros de un futuro conectado
A medida que los servicios se vuelven más comunes y las descargas digitales desplazan al formato físico, es necesario revisar los retos que esto acarrea. La validación de contenido es necesaria en suscripciones como Xbox Game Pass o PlayStation Plus, pero debería ser distinta en los juegos que compras e instalas en tu dispositivo.
Microsoft no solo requiere una verificación constante del contenido adquirido, sino también de los discos o sus consolas. En caso que la Xbox Network dejara de funcionar mañana, los juegos que compraste o las consolas que no se han activado quedarían inservibles. Esto sería una calca de la muerte de Games for Windows Live, el servicio que afectó las ventas de Grand Theft Auto IV en Steam.
Microsoft no solo necesita actualizar su política de DRM, sino también ser más transparente con sus consumidores. Tras la polémica desatada por la Xbox One, la tecnológica dio marcha atrás a la conexión permanente y aseguró que podríamos jugar cualquier título. La política del 2013 estaba centrada en los juegos en disco e intentaba resolver la venta de contenido usado.
Aunque es posible ejecutar cualquier juego de generación actual en una consola Xbox Series X, el formato físico va de salida. La Xbox Series S, una consola completamente digital, ha resultado ser el caballo de Troya para que Microsoft superara a la PS5 y Nintendo Switch en ventas.
Los tiempos cambian y las reglas deberían adaptarse. Microsoft trabajó mucho en crear una imagen de compañía que escucha a sus consumidores, pero en el fondo ha fortalecido políticas de DRM similares a las que le hicieron perder una generación de consolas.
Al momento de redacción, Microsoft no ha emitido ningún comunicado de prensa sobre el fallo en sus servicios o se ha disculpado con sus consumidores. La cuenta de Soporte Xbox en Twitter confirmó que el problema sigue latente algunos usuarios.