Uno de los puntos más peculiares de La serpiente de Essex, nuevo título de Apple TV+, es que se toma un buen tiempo antes de revelar sus secretos. La decisión del guion — basado en el libro del mismo nombre de Sarah Perry — permite a la historia avanzar a un singular ritmo. Y el trayecto contar un misterio, una historia de amor y la noción sobre que algo más complicado que se oculta a la periferia. Todo envuelto en la idea (o al menos, en la connotación), que lo ocurre en Adlwinter (Essex — Inglaterra) es más complicado de lo que parece.
Podría parecer una premisa trillada a no ser por el buen trabajo de la directora Clio Barnard, que logra construir un ritmo oscuro y fascinante. También llevar los momentos más peculiares de la historia — está llena de ellos — en una conexión con lo extraño, la superstición y el miedo. Algo ocurre en el pequeño pueblo que sirve como contexto de la trama. Y eso es indudable. Pero no se trata de algo que pueda definirse de inmediato o narrarse desde la percepción de un descubrimiento casual. El material original se toma las cosas con calma y lo mismo hace la serie.
De hecho, buena parte de sus primeros capítulos son un recorrido por un enigma peligroso que se extiende como una enfermedad invisible. Desde el mar peligroso que sacude barcas y crea la ilusión de un peligro al acecho, hasta un terremoto. El pequeño pueblo centro del argumento atraviesa un fenómeno inexplicable que alienta el terror supersticioso. Pero al otro extremo es evidente que algo — de cualquier naturaleza — pasa y amenaza a buena parte de la población. La serpiente de Essex es una impecable combinación entre tensión y un suspense refinado que de pronto, se convierte en algo más.
Y llega el amor en medio de la tormenta
Con una adolescente desaparecida y el mar convertido en un peligro inquietante, La serpiente de Essex llega a su punto más singular. Las puertas de las casas comienzan a llenarse de ofrendas con cierto regusto pagano. Y es entonces que el Pastor local Will Ransome (Tom Hiddleston) intenta intervenir. Este hombre práctico y demasiado atareado en cosas mundanas para consolar temores, debe luchar contra la creciente ola de miedo. Durante sus primeras apariciones, Ransome tiene un cierto regusto amargo. Después de todo, es el centro de la idea de la religión y la ciencia (o al menos, la lógica) enfrentados entre sí. De hecho, en buena parte del argumento, el sacerdote deberá lidiar con un precario equilibrio. Y eso incluye, también, sus deberes para la iglesia y con su propia moralidad.
La serie tiene el mismo tono gótico — asfixiante y recatado — de su versión literaria. Pero su adaptación añade un sentido de la urgencia que se agradece y le da un nuevo ritmo, dinámico y vital. Todo un logro en mitad de paisajes espectrales, cielos grises y el mar como un enemigo que se contempla en largas tomas silenciosas. La serpiente de Essex tiene el buen tino de transformar las largas descripciones de Perry en escenas emblemáticas y visualmente atractivas. Pero también, de utilizar la atmósfera para envolver lo que quizás es el centro del argumento. Una rarísima historia de amor.
Para cuando la situación en el pueblo se hace cada vez más complicada, la aparición Cora Seaborne (Claire Danes) es un elemento de inesperada presión. La actriz –con un impecable y sorprendente acento inglés– es una sobreviviente. Y una que busca un motivo para enfrentar su pasado violento y su necesidad de reivindicar el dolor que sufrió por años. Esta proto científica aficionada apasionada por la obra de Darwin y con un conocimiento más que considerable sobre paleontología, llegará a Adlwinter con una misión. O mejor dicho, inspirada por la idea de encontrar la respuesta al misterio que da nombre a La serpiente de Essex.
Y como resulta inevitable en cualquier drama gótico que se precie, el extraño enigma se enlaza de inmediato con un vínculo Ransome y Cora. Intelectual, emocional y después romántico, ambos personajes gravitan uno alrededor del otro para mirar el misterio. Eso a pesar que Ransome tiene una esposa enferma que cuidar (Clémence Poésy) y por supuesto, una vida en el pueblo que sostener. Pero el argumento es hábil en mostrar el dilema del personaje, la forma en que la tentación y la complicidad intelectual conspiran para un romance adulto. Y finalmente logran crear la noción que era inevitable, este amor prohibido, extraño y conmovedor.
La serpiente de Essex un misterio doloroso
Uno de los puntos más interesantes de La serpiente de Essex es la manera en cómo el guion y la directora aprovechan el entorno para crear un clima singular. La serpiente de Essex basa su efectividad en hacer creíble la amenaza. También el romance inevitable y sin duda, lo que se esconde en la idea del miedo que invade a un pueblo entero. Para cuando la serie muestra sus secretos, la historia se sostiene con holgura en sus puntos altos. Eso, a pesar de los bajos, incómodos y en ocasiones, el aire recargado y barroco de una historia con mucho que mostrar.
La serpiente de Essex es una peculiar pieza de época que también, medita de temas actuales. Una salvedad que le permite no sólo convertirse en una producción inteligente. También, en quizás el proyecto más intrigante de Apple TV+ de este año. Un logro considerable en medio de los grandes triunfos recientes de la plataforma.