Mezclar en un disco reggaetones minimalistas, baladas con letras extremadamente sexuales y flamenco de todos los colores es algo que podría considerarse único de Rosalía. Motomami solo hay una, sí. Pero si hay algo en lo que la cantante catalana no ha sido tan innovadora ha sido en lo de decorar su dientes con joyas. Tras la publicación de su último disco hemos visto las cuentas brillantes con las que se ha dibujado una mariposa justo en medio de sus paletas. Quizás ese decorado concreto sí sea único, pero el uso de piedras preciosas (o imitaciones) para ornamentar la dentadura es algo antiquísimo. Es más, en algunas civilizaciones, como la de los mayas, tenía incluso un fin más allá de la estética. Podrían haber servido para mantener la boca libre de infecciones.
Es la conclusión de un estudio recién publicado en Journal of Archaeological Science: Reports, de la mano de científicos de México y Estados Unidos. En él, se analizan dientes enjoyados procedentes de yacimientos mayas ubicados en Belice, Honduras y Guatemala. En todos ellos se observa que las piedras fueron colocadas con gran destreza. Posiblemente estas ciudades contaban con personas que ejercían como dentistas experimentados. De hecho, no hay más que ver que las joyas siguen en los dientes prácticamente intactas, a pesar de todos los años que han pasado. Pero, además, el cemento que se usó para pegarlas cuenta con propiedades medicinales muy interesantes.
La receta para su obtención varía ligeramente de unos países a otros, según lo que tuviesen a su disposición. Pero en general en todo caso las piedras se pegaron a los dientes con resinas de origen vegetal, con un gran poder antimicrobiano.
Dientes enjoyados y sanos
El primer dato que llamó la atención de los autores de este nuevo estudio es que las personas a las que se les colocaron joyas en los dientes provenían de distintas clases sociales. Al contrario de lo que cabría esperar, no todos eran de clase alta.
Si el único fin fuese la ostentación sería algo peculiar. Pero en realidad parece que era más bien una especie de tratamiento odontológico. Estas joyas se colocaban en los dientes de una forma más o menos extendida para protegerlos de las infecciones.
Entre los ingredientes del cemento había una sustancia conocida por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas
Y es que entre las 150 moléculas detectadas al analizar el cemento de fijación de las piedras destacan varias que llevan a pensar en este objetivo. Por ejemplo, hay una gran cantidad de alquitrán de pino, conocido por su posible poder antibacteriano. También sclareolide, un compuesto que tiene propiedades tanto antibacterianas como antifúngicas. Además, había aceites de plantas de la familia de la menta, a las que se asocia con un efecto antiinflamatorio. Una combinación de todo esto podría ser muy eficaz para prevenir infecciones en los dientes. Al menos teóricamente hablando.
Pero en realidad estos científicos no habrían llegado a una conclusión así si no fuese por los antecedentes expuestos por otros estudios sobre la cultura maya.
Dentistas mayas experimentados
En este mismo estudio sus autores comprobaron que las perforaciones de los dientes para colocar las joyas se realizaron sin afectar a los nervios o a los vasos sanguíneos. Al menos no en la mayoría de casos. Las gemas quedaron perfectamente fijadas a las piezas dentales sin causar lesiones, por lo que las colocó alguien con mucha experiencia.
Pero no es la primera vez que se encuentra en restos arqueológicos mayas un trabajo odontológico tan minucioso. También se ha visto que limaban los dientes y que, al menos aparentemente, los extraían cuando había caries. Por lo tanto, pensar que la colocación de joyas era solo estética, al más puro estilo de Rosalía, es quedarse corto.
Podría decirse que sus dentistas mataban dos pájaros de un tiro. Adornaban los dientes y de paso los protegían. ¿Creíais que actualmente éramos muy modernos por poner aparatos dentales relativamente estéticos? Sujétame el saká (bebida típica maya).