Debo decir que la noticia de que la saga FIFA dejará de existir como tal a partir de 2023 me ha llegado de un modo especial. No sé qué le deparará el futuro a EA Sports FC, pero creo no equivocarme al decir que seguro no logrará el profundo impacto generacional que sí ha tenido la franquicia que comenzó a fines de 1993 con FIFA International Soccer.
Como muchos otros apasionados por el fútbol que crecieron en los años 90, la saga FIFA ha sido una parte fundamental de mi niñez. Debo reconocer que no los he jugado a todos, pero los títulos me han acompañado regularmente por más de dos décadas. Y el paso de los años no ha mermado mi interés por ellos, pese a que considero que ya no tienen esa cuota de magia que los supo hacer tan significativos.
No obstante, un partido de FIFA es un entretenimiento que nunca pierde vigencia. No importa que sea en alguna de las versiones más recientes en una PlayStation, o reviviendo algún clásico a través de un emulador. Cuando el juego inicia y aparece el logo de Electronic Arts, es imposible no pensar en la voz de Andrew Anthony y su legendario "EA Sports. It's in the game". Eso deja bien en claro qué tan especial ha sido la experiencia para quienes hemos recorrido buena parte de nuestra vida junto a las distintas ediciones de FIFA.
Esto no significa que EA Sports FC esté condenada a ser una propuesta inferior. Por el contrario, los desarrolladores aseguran que mantendrán la gran mayoría de las licencias; y también es probable que exploren nuevos caminos en lo que respecta a modos de juego. Sin embargo, para muchos de nosotros FIFA no son solo "cuatro letras en una caja", como dijo Andrew Wilson, el CEO de EA.
FIFA no son solo 'cuatro letras en una caja'
Esto no tiene que ver con el sentimiento o la opinión que uno, como aficionado del fútbol, pueda tener sobre la FIFA como institución. Estamos hablando de FIFA como algo que para muchos de nosotros fue la puerta de acceso a una experiencia que jamás pensamos que tendríamos. Y eso no es poco decir, teniendo en cuenta que, en mi caso en particular, el acceso a los videojuegos no era sencillo en un pueblito perdido en el interior de Argentina, donde en su mayoría proveníamos de familias trabajadoras en las que el dinero no alcanzaba para darnos el lujo de tener consolas u ordenadores en nuestras casas.
Es más, mi primera experiencia con la saga FIFA fue en la escuela. Sí, en la escuela. Nuestro maestro de informática tenía una copia de Road to World Cup '98 (o FIFA 98 para muchos) y nos dejaba jugar en los minutos finales de la clase, a escondidas de la directora. Hasta el día de hoy retumba en mi mente el "Woo-hoo" de Blur y su Song 2.
FIFA fue, y es, mucho más que una marca. Y repito lo que dije anteriormente: creo que los juegos de los últimos 5 o 7 años han sido despojados de la magia que supieron tener sus predecesores. Es cierto que la franquicia ganó muchísimo en técnica, estética y jugabilidad, pero paulatinamente se diluyó su esencia.
Reitero, los títulos son técnicamente excelentes y súper entretenidos, pero han perdido una frescura que ni FUT ni Volta han logrado recuperar. Pese a ello, muchos seguimos volviendo porque son parte de la saga FIFA y nos despiertan una sensibilidad especial, un sentimiento de fidelidad, si se quiere.
No estoy seguro de qué tanto de eso se pueda trasladar a EA Sports FC. Al final del día, es algo mucho más profundo que un simple: "¡Sigue con nosotros, aún tenemos las licencias!".
Una saga que nos marcó a fuego
Lo que pongo de manifiesto en estas líneas seguro tendrá más sentido para quienes entraron al mundo FIFA en sus primeros años, que para quienes se han sumado en sus ediciones más recientes. Y no digo esto en plan "todo tiempo pasado fue mejor", ni nada por el estilo. La tecnología ha cambiado, la disponibilidad y el consumo de contenido también, al igual que las formas de jugar. Parte de esa magia que, considero, tenían los FIFA de antaño venía también atada a la falta de muchos recursos técnicos que hoy sí tenemos disponibles.
Y el paso de los años ha llevado a que la búsqueda del realismo le gane a la emoción de jugar por el simple motivo de hacerlo. ¿Qué importaba si el tamaño del balón era desproporcionado en comparación con el cuerpo del futbolista? ¿A quién le molestaba que las redes no se movieran al marcar un gol? Eso hoy ya no existe, y tiene distintas lecturas. Por un lado, significa que técnicamente hemos evolucionado a pasos agigantados y eso es muy bueno. Por el otro, que nos hemos vuelto tremendamente exigentes en la búsqueda del perfeccionismo, y no sé si es tan positivo. O no estoy del todo seguro, al menos.
Creo que esa pulcritud al milímetro, tratando de que un juego sea hasta más realista que la vida misma, fue apagando aquel sentimiento que nos acompañó desde pequeños. Sentimiento que muchos mantuvimos con vida en los últimos años por el apego a esas cuatro letras en la caja: FIFA.
En adelante, nada impide que Electronic Arts haga de EA Sports FC el mejor o más realista juego de fútbol de la historia. De allí a que movilice pasiones como su predecesor, es otra historia. Por lo pronto, gracias FIFA por marcar a fuego a una generación de amantes del deporte. Ojalá FIFA 23 sea una despedida a la altura de las circunstancias.