La cápsula Freedom Dragon, de SpaceX, ya está en la Estación Espacial Internacional (EEI). Así comienza la misión Crew-4 de la NASA, un proyecto que nada más comenzar ya ha batido dos récords. El primero, el viaje de su tipo más largo de la historia, con solo 16 horas de vuelo hasta llegar a su destino. El segundo es mucho más simbólico. Y es que una de las cuatro personas tripulantes de la misión, Jessica Watkins, es la primera mujer negra que trabajará en la EEI. Sí, en 2022.
Cabe destacar que no es la primera mujer negra que ha ido al espacio. Aunque tampoco nos pensemos que han ido muchas, ella es solo la quinta. Lo que la diferencia de las demás es que no realizará el peso de su misión durante un vuelo espacial, sino que trabajará durante una larga temporada en las instalaciones de la Estación Espacial Internacional. Concretamente durante los seis meses que durará su estancia.
Por suerte, parece que la NASA ya ha recapacitado sobre la falta de diversidad entre sus astronautas, de modo que ha anunciado que sus dos mayores misiones tripuladas del futuro cercano, la vuelta a la Luna y la llegada a Marte, incluirán por primera vez al menos una mujer y una persona negra.
De la primera mujer negra en el espacio a la primera que trabajará en la Estación Espacial Internacional
Cuando Katherine Johnson se unió al equipo de matemáticos e ingenieros que calcularon la trayectoria para llevar al ser humano a la Luna por primera vez, una mujer negra tenía muy complicado acceder a la ciencia. Mucho menos a un lugar tan puntero como la NASA. Ella fue contratada inicialmente en el equipo de calculadoras, un grupo de mujeres que realizaban los cálculos que hoy en día llevan a cabo los ordenadores. Se necesitaban muchas personas para realizar todas esas operaciones, por lo que lo más barato era contratar a mujeres negras.
Pero Katherine necesitó mucho tesón para que la tomaran en serio y le dejasen acceder a donde solo accedían los hombres. Y menos mal. En ese momento muchos pensaron que su hazaña sería la mayor que podría llevar a cabo una mujer negra en la carrera espacial. Pero no fue así. Aunque los pasos para avanzar han ido mucho más despacio que los de otras mujeres. Y abismalmente más lentos que los de las personas blancas.
La primera mujer negra que viajó al espacio fue Mae Jemison. Lo hizo en 1992, 31 años después de que Yuri Gagarin se convirtiera en el primer ser humano en el espacio. Jemison viajó en la nave Endeavour durante la misión STS47. Fueron ocho días durante los que esta ingeniera y médica realizó algunos experimentos para evaluar el estado de salud de la tripulación en condiciones de microgravedad.
Tras ella llegó el turno de Stephanie Wilson, quien a día de hoy es la mujer negra que ha estado en el espacio durante más tiempo. Un total de 42 días si se suman todas sus misiones, en las que sí que ha estado en la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, al contrario de lo que hará Watkins, no sirvió dentro de las instalaciones durante una larga temporada, sino que, como buena ingeniera, se dedicó a intervenir en algunas maniobras de reparación y ensamblaje de los módulos de la estación. Su carrera tiene aún una gran proyección; pues, de hecho, formará parte del programa Artemisa, que volverá a llevar humanos a la Luna.
Similar al trabajo de Wilson fue el de Joan Higginbotham, cuya única misión en 2006 duró un total de 12 días. Y para terminar, la última mujer negra en el espacio antes de Watkins fue Sian Proctor, quien también hizo historia recientemente al convertirse en la primera mujer negra en pilotar una nave espacial en la primera misión privada de vuelo espacial tripulado.
El trabajo de Jessica Watkins
Jessica Watkins es geóloga y lleva ya muchos años trabajando para la NASA. De hecho, ha formado parte del equipo del rover Curiosity, que lleva trabajando sobre la superficie de Marte desde 2012.
En esta nueva misión en la Estación Espacial Internacional trabajará junto a Kjell Lindgren y Robert Hines, también de la NASA, y Samantha Cristoforetti, de la Agencia Espacial Europea. Juntos realizarán más de 200 experimentos científicos y técnicos. Según cuentan desde la NASA, estos incluirán estudios sobre el envejecimiento de los sistemas inmunológicos, alternativas concretas de material orgánico y análisis de los efectos cardiorrespiratorios durante y después de la exposición de larga duración a la microgravedad.
En definitiva, la primera mujer negra que trabajará en la Estación Espacial Internacional lo hará por todo lo alto. Lo triste es que haya llegado tan tarde; pero, ya que no se puede viajar en el tiempo para enmendar los errores del pasado, esperemos que al menos esto deje de ser una excepción y, por fin, pase a convertirse en la norma dentro de la carrera espacial.