Elon Musk ha vuelto a retrasar la llegada de los humanos a Marte, concretamente hasta 2029. Pero está claro que más tarde o más temprano habrá personas caminando sobre el planeta rojo, por lo que no está de más ir estudiando algunos datos sobre él. Por ejemplo, ¿cuál es la velocidad del sonido allí? Esta pregunta sería un misterio si no fuese porque el rover Perseverance se envió hasta allí cargado con micrófonos y láseres. Gracias a estos instrumentos, se ha podido calcular una cifra que acaba de presentarse en la 53ª Conferencia de ciencia lunar y planetaria del Laboratorio Nacional de Los Álamos.
Antes de conocer el número exacto es importante tener en cuenta varias cosas. Por un lado, que en Marte no hay una sola velocidad del sonido. En la Tierra tampoco, de hecho. Este parámetro depende principalmente de la temperatura y la densidad del medio, por lo que se ha calculado a una temperatura concreta en el cráter Jezero, donde Perseverance amartizó en febrero de 2021.
Además, Marte tiene algunas peculiaridades únicas en su atmósfera, que afectan a la velocidad del sonido a diferentes frecuencias. El resultado es que, según han podido ver estos científicos, los sonidos agudos llegarían hasta nosotros antes que los graves. Vamos, que si realmente pudiésemos hablar en el planeta rojo se nos escucharía antes a mediodía que recién levantados por la mañana. Pero, chistes a parte, veamos cómo han llegado a toda esta información.
Los afortunados instrumentos de Perseverance
Perseverance se envió a Marte dotado con láseres que se usan para romper las rocas a su alrededor en busca de muestras de la superficie marciana. Además, al contrario que otros vehículos marcianos, contiene micrófonos. Cabe preguntarse para qué queremos micrófonos en el planeta rojo, pero lo cierto es que hay una explicación. Su objetivo era registrar las fluctuaciones de presión acústica del instrumento de espectroscopía de ruptura inducido por láser del rover a medida que este tomara las muestras de roca. Y así lo ha estado haciendo. Sin embargo, la combinación de esos dos instrumentos ha permitido algo con lo que no se contó al principio: calcular la velocidad del sonido en Marte.
Lo que estos científicos hicieron fue lanzar ráfagas de 30 disparos de láser durante un periodo de 10 segundos. Se disparó en diferentes direcciones, incluyendo 5-10 ráfagas que se dirigieron a objetivos a pocos milímetros de distancia. Cuando el láser golpeó las rocas se produjo plasma, dando lugar a ondas de choque que generaron sonidos de alta frecuencia detectables por los micrófonos. Una vez recogidos estos sonidos, bastaba con dividir la distancia recorrida entre el retraso para tener su velocidad.
Concluyeron que la velocidad del sonido en Marte a las condiciones en las que se midió es de 240 metros por segundo. Pero, ojo, no nos podemos olvidar de recalcar que fue a unas condiciones muy concretas.
¿Qué influye sobre la velocidad del sonido?
Se suele decir que la velocidad del sonido en la Tierra es de 343 m/s. Pero este no es un dato del todo exacto. Al menos no es un dato generalizado.
Esa es la velocidad del sonido en nuestra atmósfera, a 20ºC. Sin embargo, en el agua a 25ºC es de 1.593 m/s. El agua y el aire tienen densidades diferentes, y además estamos variando la temperatura.
En el caso de Marte, las condiciones son todavía más variables, pues su propia atmósfera experimenta variaciones de temperatura muy bruscas si medimos a nivel del suelo o 2 metros por encima. Esto genera un pequeño inconveniente, ya que el micrófono, que no se puede bajar, está a 2,1 metros. Y las rocas en las que se generó el sonido están a ras del suelo. Por eso, el sonido medido fue un promedio de las alturas intermedias.
Y finalmente está el efecto del dióxido de carbono. Se sabe que en Marte este gas, al estar a baja presión, tiene unos efectos acústicos curiosos cuando las ondas sonoras viajan a través de él. Por encima de 240 hertzios de frecuencia, los sonidos viajan 10 metros por segundo más deprisa. Es decir, los sonidos agudos llegarían hasta nosotros más rápido que los graves. Si los humanos somos tan simples que nos volvemos locos cambiando la voz con un poquito de helio, serían increíbles todas las chorradas que podríamos intentar si fuésemos capaces de hablar en Marte. Pero bueno, el reto de hablar allí ahora mismo es un problema menor. Primero preocupémonos de encontrar la forma de llegar.