Las dos empresas productoras de neón más importantes de Ucrania han paralizado su actividad y esto podría complicar aún más la reinante escasez de chips. Debido a la escalada en el conflicto bélico con Rusia, Ingas y Cryoin han decidido suspender sus operaciones por tiempo indeterminado. Según publica Reuters, ambas compañías son proveedoras de alrededor de la mitad del gas que se utiliza en el mundo para la fabricación de semiconductores.
El neón es clave para la producción de chips, ya que se usa en el proceso de manufactura en los equipamientos con láseres. Se estima que durante 2021 el consumo mundial de este gas en la industria de los semiconductores estuvo alrededor de las 540 toneladas métricas; de dicha cantidad, entre el 45 y el 54% proviene de las firmas ucranianas mencionadas con anterioridad.
Con el paso de las semanas, y ante el recrudecimiento de la guerra en Ucrania, la producción del neón acusó el golpe. Cryoin cerró sus puertas el pasado 24 de febrero, el día que se desató la invasión de las fuerzas armadas de Rusia bajo las órdenes de Vladimir Putin. Dicha compañía se encuentra en Odessa y, hasta antes del inicio del conflicto, producía entre 10 mil y 15 mil metros cúbicos de neón por mes.
Por su parte, Ingas se ubica en Mariúpol y cuenta con una capacidad productiva mensual de entre 15 mil y 20 mil metros cúbicos del gas. Y tres cuartas partes de lo que produce se destina a la industria de los semiconductores, explicó un funcionario de la compañía. Las principales receptoras de sus envíos son firmas de Taiwán, China, Corea del Sur, Alemania y Estados Unidos, aseguró.
La guerra de Ucrania pone en riesgo la provisión de neón para semiconductores
El problema con la provisión de neón para la fabricación de semiconductores podría presentarse con mayor firmeza en los próximos meses. Todo depende de cuánto dure el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, aunque existen múltiples factores más allá de la finalización del conflicto.
Según mencionaron desde Cryoin, la firma puede soportar hasta tres meses con sus instalaciones cerradas; sin embargo, si los ataques provocan daños en su infraestructura o equipamientos, la demanda de tiempo y dinero para reactivar las operaciones sería aún mayor. Incluso la compañía indicó que nadie podía garantizarle el acceso a toda la materia prima que se necesita para producir el gas. Y si el conflicto persiste, no podría cumplir con órdenes estimadas en 13 mil metros cúbicos para el corriente mes de marzo.
Ni bien se desató la guerra entre Rusia y Ucrania, hicimos mención a la posibilidad de que la misma lleve más presión a una ya castigada línea de suministros para el sector tecnológico. Tengamos en cuenta que, más allá de proveer la mitad del neón que necesita la industria mundial de semiconductores, lo que exportan las empresas ucranianas representa el 90% del gas que utilizan los fabricantes de chips estadounidenses.
Según analistas, los efectos reales de la interrupción de la producción de neón en la escasez de chips podrían verse a partir de abril. Si los fabricantes terminan sus reservas y, para entonces, no han asegurado la provisión del gas desde otras partes del mundo, las restricciones en la cadena de suministros sería inevitable.
China podría posicionarse como una alternativa a Ucrania en el mercado productor de neón . Sin embargo, los precios que se manejan en el gigante asiático están muy por encima de los de Europa. De hecho, se estima que entre octubre de 2021 y febrero de 2022 se habría cuadruplicado el precio en yuanes del metro cúbico de neón.
Miradas disímiles sobre el impacto en la escasez de chips
Ni bien se desató la guerra entre Rusia y Ucrania, las principales fabricantes de semiconductores de Asia estimaron que no verían sus operaciones afectadas. Sin embargo, la mirada podría cambiar a medida que se recrudece el enfrentamiento armado en Europa del Este. "Los fabricantes de chips no sienten ningún impacto directo, pero las empresas que les suministran materiales para la fabricación de semiconductores compran neón y paladio a Ucrania y Rusia. La disponibilidad de esos materiales ya es escasa, por lo que cualquier presión adicional sobre los suministros podría hacer subir los precios", había mencionado, por entonces, un analista japonés.
Lo cierto es que, confirmada la interrupción en la producción del neón ucraniano, el panorama no parece alentador. Además, hoy no sería viable que otras compañías prueben suerte desde cero en dicho sector, con la única motivación de reemplazar a Ucrania. Esto se debe a que necesitarían entre 9 meses y dos años para aumentar la producción del gas; por ende, resultaría imposible escalar el negocio en el corto plazo.