El Mac Studio y el Studio Display son dos promesas cumplidas de Apple. Son productos que llevamos esperando años. Literalmente. Además, ambos entran en un segmento complicado, pero sumamente necesario.
Con el monitor, llevamos años esperando algo que no sea tan caro como el Pro Display XDR de 5.000 dólares o 5.500 euros. Pero que sea significativamente mejor que uno de 500 dólares/euros disponibles en prácticamente cualquier marca.
Con el Mac Studio sucede lo mismo. Necesitábamos algo mejor que un Mac mini, pero no todos estamos interesados en montar una torre Mac Pro, que en su versión más económica empieza en los 5.999 dólares o 6.500 euros.
La declaración de intenciones parece ser la siguiente: el Mac Studio es un equipo de trabajo modular, que es mucho más potente que un Mac mini, pero que no tiene el precio (o tamaño) desorbitado de un Mac Pro. Quienes trabajamos con equipos de Apple desde hace décadas llevábamos esperando algo así. Casi desde la vuelta de Steve Jobs a la compañía.
La modularidad, por otra parte, también es bienvenida y hasta necesaria. No todos queremos un ordenador que venga con una pantalla. No todos necesitábamos un iMac Pro o un iMac M1 (y subsecuentes modelos con M1 Pro, M1 Max o M1 Ultra que seguramente llegarán en el futuro). De hecho, podríamos decir que el Mac Studio es lo que el PowerMac G4 Cube intentó ser alguna vez, pero no lo consiguió.
Diseño y expansión
En cuanto al diseño, el Mac Studio es como tener dos Mac Mini y medio apilados uno sobre otro. El ancho y largo es el mismo, pero es mucho más alto. El color y materiales de la carcasa son también los mismos. Pero ahí acaban las similitudes.
Apple por primera vez ha puesto puertos en el frente del dispositivo, algo que llevábamos pidiendo durante años. Estoy seguro que a nivel estético no es lo ideal, pero estamos hablando de productos de trabajo. La funcionalidad debería seguir a la forma y no al revés.
El Mac Studio cuenta con cuatro puertos Thunderbolt 4 de hasta 40 Gb/s que también funcionan como DisplayPort o USB-C 4.0 de hasta 40 Gb/s. También tiene 2 puertos USB-A (hasta 5 Gb/s), un puerto HDMI, un puerto Ethernet de 10 Gbps y un jack de auriculares de 3,5mm.
En la parte delantera encontramos un lector de tarjetas SDXC, además de dos conectores USB-C. Las especificaciones de los mismos, no obstante, cambian dependiendo del procesador. Si es una versión M1 Max, son USB-C de hasta 10 Gb/s. En la versión M1 Ultra, en cambio, son Thunderbolt 4 de hasta 10 Gb/s.
La arquitectura térmica de la máquina también es bastante genial. La base perforada en toda su circunferencia y el área trasera permiten el paso del aire a través de la fuente de alimentación, haciendo que el procesador mantenga una temperatura lo suficientemente baja como para operar a máxima capacidad sin resentirse.
Apple ha sido muy inteligente adoptando una estrategia mobile first para sus SoCs. La aproximación consigue que los chips funcionen extremadamente bien portátiles y, ahora, con más holgura térmica y energética, superen nuevas barreras en equipos de escritorio.
Primero diseñaron chips para los iPhone, iPad y Apple Watch, donde la eficiencia energética es clave. Después, tomando esa aprendizaje, lanzaron los M1 para el MacBook Air y MacBook Pro de 13 pulgadas, los cuales ofrecen un buen nivel de potencia en un formato pequeño e incluso sin la necesidad de ventilador.
Más tarde llegaron los M1 Pro y M1 Max, que parten de la misma base que los M1 y logran desempeños nunca antes vistos en equipos portátiles sin sacrificar en ningún momento la parte térmica o el consumo energético. Y ahora damos la bienvenida al M1 Ultra en el Mac Studio, que básicamente son dos M1 Max fusionados. Una estrategia escalable sumamente interesante que, por cierto, no terminará aquí, pues suponemos que incorporarán estos procesadores en otros productos de escritorio en el futuro.
El Mac Studio con M1 Ultra es una absoluta bestia en desempeño
En lo que respecta al rendimiento, cero sorpresas. El Mac Studio con procesador M1 Ultra es una absoluta bestia. Apple ha unido dos M1 Max en un solo procesador y, teóricamente, duplica velocidad y prestaciones de la máquina.
Digo teóricamente porque en condiciones reales no necesariamente es así. Un procesador de 3 GHz no funciona el doble de rápido que uno de 1,5 GHz. Aunque se dupliquen los recursos, el desempeño no es exactamente el doble. Además, no pasas el 100% del tiempo usando la totalidad de recursos de hardware disponibles.
No voy a profundizar en el significado del M1 Ultra para el futuro de la computación —mi colega Félix Palazuelos lo explica cien veces mejor que yo—. Pero sí debo decir que impresiona bastante tener esta capacidad procesamiento en un producto tan pequeño.
El equipo cedido por Apple para las pruebas tiene una CPU de 20 núcleos, 64 núcleos gráficos, motor neuronal de 32 núcleos y 128 GB de memoria RAM unificada (disponible tanto para CPU como para la GPU).
El usar procesadores Apple Silicon hace que el Mac Studio sea sumamente potente pero, a la vez, extremadamente silencioso. Pero, para esas situaciones en las que se exiga el máximo a la máquina, Apple ha diseñado un sistema térmico bastante ingenioso. Las rendijas para la circulación del aire están en la base del equipo, en 360 grados, y también en la parte trasera. El resultado es que, si los ventiladores están encendidos, apenas se llegan a escuchar.
En cuanto a pruebas de desempeño, he exportado el mismo vídeo en el Mac Studio de prueba, con procesador M1 Ultra y 128 GB de RAM utilizando Premiere Pro y, a su vez, en un MacBook Pro de 14 pulgadas con procesador M1 Max y 32 GB de RAM. Esto son los tiempos de render en ambos equipos:
- Mac Studio M1 Ultra: seis minutos y dos segundos
- MacBook Pro 14" M1 Max: siete minutos y 54 segundos
La diferencia es apreciable, aunque el tiempo no es ni mucho menos la mitad que en el M1 Max. No obstante, estoy bastante convencido de que la velocidad de exportación, en este caso, está limitada por el software y no por el hardware. Cuando Apple lanzó los equipos con M1 Pro y M1 Max, Premiere Pro experimentó un incremento significativo en su desempeño tras una actualización enfocada en optimizar la aplicación a los nuevos procesadores. No me sorprendería que hagan lo propio con el M1 Ultra en las próximas semanas.
Eso sí, mientras el MacBook Pro tuvo que encender sus ventiladores a la mayor velocidad posible, el Mac Studio no se inmutó durante todo el render del vídeo.
Haciendo pruebas de desempeño utilizando PugetBenchmark para Premiere Pro, los resultados me confirman lo expuesto previamente. El MacBook Pro de 14" con M1 Max obtiene un resultado de 1170 puntos, mientras que el Mac Studio con M1 Ultra da un resultado de 1354 puntos.
Mientras el MacBook Pro tuvo que encender sus ventiladores a la mayor velocidad, el Mac Studio no se inmutó.
En algunas cifras el desempeño aumenta significativamente —calificación de GPU de 53,4 M1 Max) versus 81,4 (M1 Ultra) o efectos de 69,2 (M1 Max) versus 124,6 (M1 Ultra)–. Pero la puntuación del proceso de exportación en la prueba de desempeño de Puget tampoco se diferencia mucho entre un equipo y otro: 93,2 (M1 Max) versus 121,2 (M1 Ultra). Tocará volver a hacer pruebas con un Mac Studio en un par de meses una vez Adobe optimice sus aplicaciones.
En cualquier caso, es sorprendente tener un equipo tan potente, tan silencioso y al mismo tiempo tan pequeño, especialmente si lo comparamos con PCs en formato torre o el Mac Pro, que visto lo visto, tiene un rendimiento incluso menor.
Para ayudarnos a entender las capacidades del Mac Studio y del procesador M1 Ultra, Apple ha incluido un proyecto en Final Cut Pro, donde se reproducen 18 vídeos en formato 8K al mismo tiempo en la ventana de edición de la aplicación. Todo esto ocurre sin retrasos y sin renders previos. Es descomunal. También vale como una vista previa de lo que otras apps van a lograr en el futuro, una vez se optimicen al nuevo procesador.
Más allá de la exportación de los vídeos, el flujo de trabajo en el Mac Studio es genial. Sí, mi unidad de prueba tiene 128 GB de RAM unificado, por lo que puedo tener abiertas decenas de aplicaciones y todo funciona perfectamente bien. Pero es una experiencia similar a la que también tengo con mi MacBook Pro 14" con M1 Max y 32 GB de RAM. Esto refleja claramente el salto cualitativo inmenso que han dado los Mac desde que utilizan procesadores Apple Silicon.
En cuanto a Geekbench 5, hemos hecho pruebas comparando el desempeño del Mac Studio con M1 Ultra versus un MacBook Pro de 14" con un procesador M1 Max. Los resultados son prácticamente lo que te esperas:
Respecto a la prueba de gráficas entre ambos equipos, también utilizando Geekbench 5, los resultados están alineados con lo que te esperas de un equipo que tiene dos chips M1 Max unidos, ofreciendo prácticamente el doble de desempeño, sin apenas subir la temperatura general del equipo:
¿Y cómo se enfrenta el Mac Studio con M1 Ultra versus otros procesadores de alto desempeño para profesionales? Si los números anteriores no te dicen mucho, esto da mucho más contexto:
Para mi esta gráfica es clave para entender la importancia del Mac Studio en el mundo de la computación y de equipos de trabajo profesionales. El M1 Ultra es prácticamente tan potente como el AMD Ryzen Threadripper 3990x. Tan solo ese procesador tiene un precio de entre 3.990 € a 4.800 € (la diferencia tan grande de precio es porque es un componente difícil de conseguir). Es decir, cuesta lo mismo que comprar un Mac Studio M1 Ultra, que empieza en 4.000 €.
Studio Display es el monitor que necesitamos
Mención aparte merece el Studio Display de Apple. Que complementa el lanzamiento del Mac Studio, pero no necesariamente uno está atado al otro. De hecho, no puedo pensar, de momento, en mejor monitor para el rango en el que me encuentro como creador de contenidos. Ya sea en Hipertextual o en YouTube.
Tiene un precio significativamente menor al Pro XDR Display —5.500 euros o 5.000 dólares— pero no deja de estar enfocado al mercado profesional. Es bastante superior a prácticamente cualquier monitor que está entre los 500 y 1.500 dólares/euros. 27 pulgadas, 5K de resolución, una cámara frontal para videoconferencias de calidad, un sistema de seis altavoces de alta fidelidad con cancelación de fuerza en los woofers y un procesador A13 (el que tenía el iPhone 11) para controlar algunos aspectos del dispositivo.
El Studio Display también se ubica en un punto medio en cuanto a precio. No es caro, si tenemos en cuenta las características técnicas y sus posibilidades a la hora de crear contenidos. Es lo suficientemente discreto sobre el escritorio, ocupando poco espacio y relativamente delgado.
Es de 27 pulgadas, pero con una resolución 5K. Cosa que me permite tener bastantes cosas al mismo tiempo en pantalla. Además tiene un brillo de 600 nits, que no es habitual en monitores de este rango de precios. Y por si eso era poco, soporta el 100% del espacio de color P3.
El Studio Display también incorpora un sensor de luz ambiental para ajustar de forma automática la temperatura de color de la pantalla. Esto último, aunque en situaciones de edición de foto y vídeo no es óptimo, en ciertos tipos de trabajo viene bastante bien. Sobre todo cuando se trata de escribir durante largos periodos de tiempo. Es una tecnología que la llevan algunos equipos de Apple desde hace algún tiempo pero que ahora llega de forma nativa al monitor.
Como suele ocurrir con estos equipos de imagen de alta gama, no puedes evitar quedar sorprendido con lo que estás viendo, con la gama de colores y la calidad general de la pantalla. Hacer edición de vídeo y fotos en el Studio Display es simplemente genial. En mi caso particular, dolió mucho volver a un monitor también de gama alta, pero de menor calidad con el que trabajo habitualmente.
Dolió mucho volver al monitor de alta gama, pero de menor calidad, con el que trabajo habitualmente.
El Studio Display ha causado tanto impacto en mi trabajo, que prefiero desconectar los monitores externos que ya tenía, y básicamente utilizar unicamente la pantalla de mi MacBook Pro 14", que tiene su particular pantalla XDR Liquid Retina que también es de muy alta calidad.
De hecho, si dejamos a un lado de momento al Mac Studio, el Studio Display es, sin duda, el mejor accesorio profesional de aquellas personas que tengan un MacBook Pro M1 Pro o M1 Max. Punto.
La unidad de prueba enviada por Apple viene con vidrio nanotexturizado que dispersa y reduce mucho más los reflejos. Tras días utilizando el monitor con este extra, no quiero volver atrás. Es un extra de 250 euros o 300 dólares más que diría que vale la pena, sobre todo si estás trabajando en espacios con ventanas grandes donde entra mucha luz.
El Studio Display, por cierto, soporta varios modos de referencia:
- P3 a 600 nits
- BT.709-BT.1886 (HDTV)
- BT.601 SMPTE-C (NTSC)
- BT.601 EBU (PAL)
- P3-DCI y P3-D65 de cine digital
- P3-D50 para diseño e impresión
- P3-D65
- SRGB.
Donde también quedé muy gratamente sorprendido es con los altavoces del monitor. Apple ha hecho un gran trabajo balanceando el sonido de los seis altavoces. Además, los ha dotado de estéreo amplio y ofrecer compatibilidad con audio espacial por medio de Dolby Atmos.
No esperes que estos altavoces reemplacen monitores profesionales que muchos usamos durante la edición de vídeo. Pero para consumir contenido, para hacer pruebas de sonido o incluso para escuchar música, son sorprendentemente buenos.
El Studio Display también tiene tres micrófonos con, según palabras de Apple, "calidad de estudio" y alta relación señal/ruido. La compañía no da detalles de a qué se refieren con tal declaración. pero no necesariamente están diseñados para reemplazar a uno profesional cardioide, por ejemplo.
Aunque sí puedo decir que son lo suficientemente buenos para grabar secciones de audio para un contenido que necesites publicar a redes sociales. Por ejemplo, voz en off para un reel o un TikTok. O para entrar a participar en un podcast y ofrecer —como invitado— una calidad de audio muy superior a lo que dan unos auriculares. Y sin duda, en videoconferencias, los demás participantes te escucharán perfectamente bien. La tecnología beamforming intenta enfocar tu voz y eliminar el ruido ambiente con buenos resultados.
El Studio Display no es solo una pantalla: tiene un set de altavoces excelente, micrófonos de calidad, Center Stage. Va mucho más allá de simplemente mostrar contenidos.
El Studio Display incorpora una cámara frontal de 12 megapixeles gran angular con tecnología Center Stage. En épocas pospandémicas que vivimos saltando de una videoconferencia a otra, viene bien, porque te mantiene en el centro del encuadre y te "sigue" a medida que te mueves a un lado u otro. Esto se controla por el procesador A13 Bionic. Funciona con un montón de aplicaciones, pero no con todas. En Zoom, Webex o FaceTime sí, pero en Hipertextual, que usamos Google Meet, esta función está deshabilitada. Aunque eso es problema del desarrollador de la app, y no del monitor.
La resolución en vídeo de la cámara es de 1080p puede ser una decepción para muchos. Eso sí, el processor A13 Bionic también se encarga del procesamiento de imagen, que es bastante buena, con sus inevitables limitaciones por el tamaño del sensor. Pero para lo que fue diseñada, es decir, sobre todo videoconferencias, es más que suficiente. No lo usaría para hacer streams en Twitch, eso sí.
Hablando del A13 Bionic, también controla otro aspecto del monitor, y es el escuchar si invocas a Siri ("Oye Siri", "Hey Siri").
El Studio Display viene con tres puertos USB-C y un puerto Thunderbolt para conectarlo al equipo, que tiene potencia de salida de 96 W. Viene bien para que, si conectas un portátil que lo soporte, no hace falta conectar también el cargador.
Gracias Apple por ¡al fin! escuchar a los usuarios profesionales
Con el Mac Studio y el Studio Display, Apple finalmente nos da a muchos profesionales lo que queríamos y no lo que ellos creían que necesitábamos. Atrás queda la época de los Mac Pro circulares, los MacBook Pro con teclados incómodos y tiras OLED o la extraña alergia a la utilización de más de uno o dos puertos.
El Mac Studio entra en un rango medio donde probablemente se ubican la mayoría de los profesionales: equipos sumamente capaces que, sin necesidad de pagar más de 10.000 dólares/euros, nos dan todo lo que necesitamos en términos de potencia y posibilidades. Sin tener que hacer compromisos, por tamaño o tener que usar una pantalla incorporada que no necesariamente necesitamos.
Lo mismo con el Studio Display: un monitor de primera línea, que aunque no es barato, está muy lejos de los más de 5.000 dólares o euros a los que teníamos que ir si queríamos un monitor profesional de Apple.
El tiempo ha probado que esta es la estrategia adecuada cuando se trata de productos profesionales. Detrás del producto, además, está un nivel de innovación descomunal —y a veces un poco difícil de entender por muchos— que ha dado como resultado los procesadores M1 Pro, M1 Max y M1 Ultra que no dejan de sorprendernos a diario.
¿Qué Mac Studio y qué Studio Display comprar?
¿Qué versión de Mac Studio comprar? Mi recomendación es adquirir la versión con procesador M1 Ultra y al menos 32 GB de RAM. Tomando en cuenta que aquí en Hipertextual tenemos Mac Minis funcionando desde 2011, tendrás un equipo funcionando en muy buenas condiciones durante al menos cuatro a cinco años.
En cuanto al Studio Display, pensaría seriamente en adquirirlo con la opción del vidrio nanotexturizado que tiene un extra, pero hace una diferencia tremenda en ciertas condiciones de luz. El soporte con inclinación ajustable es suficiente. El adaptador de montaje VESA también es buena opción junto a un brazo ajustable como este.