Tras dos años desde su planteamiento y después de negociaciones entre la Comisión Europea, la Unión Europa y los 27 estados miembros, la UE está a punto de aprobar una de las leyes del paquete legislativo que se dio a conocer en diciembre de 2020: la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés). Esta nueva normativa incluirá una serie de medidas que permitirán poner fin a las prácticas comerciales desleales de aquellas grandes tecnológicas. Pero, ¿a quién afecta?, ¿qué beneficios trae para las pequeñas empresas y consumidores?

La Ley de Mercados Digitales, en concreto, se aplicará a todas aquellas compañías tecnológicas que operen en el mercado europeo y que cuenten con una capitalización bursátil de 75.000 mil millones de euros. Estas también deben prestar "un servicio básico de plataforma", tales como redes sociales, sitios web o navegadores web, y deben contar con un tráfico de al menos 45.000 millones de usuarios activos al mes. En cualquier caso, si una compañías cumple los requisitos mencionados, deberá informar a la Comisión Europea en un periodo máximo de 3 meses.

La Unión Europa define a este tipo de empresas como "guardianas de acceso" o gatekeeper por varios motivos. Entre ellos, por su posición económica tan relevante en los países miembros de la UE. También por su "sólida posición intermediaria" a la hora de poder ofrecer información de usuarios a otras compañías, y por su estabilidad en el mercado. Algunas de estas "guardianas de acceso" son: Google, Meta (Facebook), Amazon, Microsoft o Apple. También podrían cumplir estos requisitos plataformas online como Booking,com o Aliexpress, la popular tienda de Alibaba.

Las prohibiciones y obligaciones que trae la nueva ley de Mercados digitales

Ley de Mercados Digitales

El objetivo de la Ley de Mercados Digitales es terminar con el abuso de poder de las grandes tecnológicas y permitir que aquellas pequeñas empresas decididas a ofrecer servicios y plataformas digitales también puedan hacerse un hueco en el mercado. Para ello, se incluirán una serie de obligaciones y prohibiciones que también pretenden evitar que las llamadas "guardianas de acceso" limiten el desarrollo de otras compañías con condiciones injustas. Estas son algunas de las que podrían llegar tras la publicación de la ley.

  • Las grandes compañías deberán permitir a terceros interactuar con sus propios servicios.
  • Las pequeñas empresas podrán acceder a aquellos datos que compañías como Google, Meta, o Amazon, entre otras, recopilan cuando estas utilizan sus plataformas.
  • Las grandes tecnológicas también deberán permitir a las pequeñas empresas ofrecer sus productos a clientes fuera de otras plataformas. Podrán hacerlo, además, ofreciendo diferentes precios y condiciones.
  • Las big tech no podrán recopilar datos que no sean públicos de aquellas pequeñas empresas que utilizan las plataformas digitales para utilizarlos en otros servicios o competir contra ellas.
  • Tampoco podrán priorizar sus productos o servicios respecto a aquellos similares que ofrezcan las pequeñas empresas que utilizan su plataforma.
  • La Ley de Mercados Digitales también prohibe que las grandes compañías impidan a los consumidores ponerse en contacto con las empresas fuera de sus plataformas.

Por otro lado, la Ley de Mercados digitales también aportará importantes beneficios a los consumidores. Por ejemplo, las grandes compañías no podrán impedir que los usuarios desinstalen una app o programa que llega instalado de forma predeterminada en el sistema.

¿Qué pasa si Amazon, Google, Meta u otra grande compañía incumple la nueva ley?

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Foto por Christian Lue en Unsplash

En caso de que la Comisión Europea sospeche que alguna compañía está incumpliendo la nueva Ley de Mercados Digitales, podrá realizar una investigación y solicitar a la empresa infractora información adicional —incluido el acceso a su base de datos—.

La CE, además, tendrá la competencia de imponer diferentes sanciones si concluye que una compañía ha incumplido las normativas. Entre ellas, una multa de hasta el 10% del volumen de facturación total mundial en el periodo de un año, o bien una multa coercitiva del 5% del volumen de facturación medio diario. También podrían imponerse medidas correctoras adicionales que se aplicarán de manera proporcionada a la infracción que la compañía podría haber cometido.

La ley todavía está pendiente de aprobación por el Parlamento Europeo y los Estados Miembros, y algunos de los puntos más importantes podrían sufrir modificaciones. En cualquier caso, se espera que entre vigor en los próximos meses y lo hará con carácter aplicable en toda la Unión Europea. Esta, además, se revisará cada tres años.

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