Si hace un año me hubiesen dicho que el iPad Air, que parte de los 679 euros y no es la tablet más avanzada de Apple, tendría el procesador M1 que tantas alabanzas estaba recibiendo en los Mac, lo habría catalogado como improbable. Sin embargo, esa es la realidad que tenemos ahora mismo.
Por 679 euros puedes comprar una máquina con un procesador que bate al de ordenadores significativamente más caros. Y todo eso, además, sin el ruido de un ventilador y con una autonomía excelente. Un prodigio de la ingeniería que refleja claramente la superioridad técnica que Apple tiene en el campo del silicio. Si su tablet intermedia ofrece tales prestaciones, ¿qué deben tener en el pipeline preparado para el iPad Pro e incluso los próximos Mac?
Pero no nos desviemos. Especular sobre los próximos chips de Apple es algo que me encantaría hacer –he de admitir que es un tema que me fascina por cómo están cambiando el statu quo–, pero el foco en esta ocasión está en el presente. Y ese presente es el iPad Air con procesador M1.
¿Qué tiene de nuevo el citado iPad Air 2022? Principalmente, cuatro cosas:
- Lo más importante es el mencionado M1, cuyas capacidades técnicas están más que probadas.
- Lo segundo es la conectividad 5G, que llega a este modelo por primera vez.
- En tercer lugar, la cámara frontal ahora tiene 12 megapíxeles y cuenta con Center Stage o Encuadre centrado.
- Y, en último lugar, la tablet llega en nuevos colores.
El foco, por lo tanto, lo vamos a poner en esos cuatro puntos, pero también en cómo este iPad se comporta como herramienta de trabajo de la mano de iPadOS 15, que es una pieza siempre clave a la hora de evaluar las tablets de Apple.
La potencia del M1, en su versión más económica
Como comentaba líneas más arriba, me parece bastante sorprendente que por 679 euros te puedas llevar una máquina más potente que ordenadores con Windows que incluso duplican este precio. Y, de nuevo, todo ello en un formato carente de ventiladores, con una autonomía excelente y un chasis súperdelgado que permite llevarlo a cualquier parte con mucha comodidad.
Tener tal potencia a tu disposición es, sin duda, maravilloso. Y, de nuevo, desde un punto de vista técnico, es una proeza que Apple pueda dotar de tales capacidades a un equipo tan portátil como este.
Sin embargo, en los días que he usado el iPad Air 2022 como herramienta de trabajo principal –literalmente ha reemplazado al MacBook Pro con el que trabajo normalmente–, lo que más ha marcado la diferencia no ha sido la CPU o la GPU del M1. La clave, al menos en mi caso, ha sido algo que ha pasado desapercibido para muchos: la RAM.
Más de uno quizá se pregunte por qué digo esto si la teoría popular dice que la RAM en los dispositivos iOS es irrelevante. Y es cierto, pero a medias. La gestión de recursos de iOS es infinitamente más eficiente que la de, por ejemplo, Android. Por eso un iPhone con 4 GB de RAM o un chip menos potente entrega una experiencia más satisfactoria que muchos Android con 12 GB de RAM o chips más avanzados.
Eso, sin embargo, no quiere decir que la RAM sea completamente irrelevante en los productos de Apple. En un dispositivo como este, que tiene una clara faceta productiva, es algo que tiene bastante peso, de hecho.
El iPad Air M1, concretamente, tiene 8 GB de memoria RAM. El doble que el modelo previo. Y se nota. Mi día a día laboral consiste en aplicaciones como Slack, Trello, la suite de Google Workspace, Lightroom o Safari. Me paso el día cambiando entre ellas. Y el contar con esa RAM extra hace que las aplicaciones no se recarguen en ningún momento. Siempre están ahí, en el punto exacto en el que las dejé, esperando que las abra de nuevo.
Pero el lugar en el que más lo he notado probablemente sea Safari. En mi día a día paso horas navegando entre muchas pestañas. Y sí, cualquier iPad las recarga rápido gracias a su avanzado procesador, pero, en ocasiones, esa recarga de la página te mata. Y a mi me ha pasado, por ejemplo, cuando, por tener muchas pestañas o aplicaciones exigentes abiertas, el sistema decide recargar la pestaña en la que tengo el borrador de un artículo para poder liberar RAM.
Con el iPad Air, que tiene 8 GB de RAM, eso no ocurre. Y es clave para aquellos que quieran usar este equipo como una máquina de productividad y requieran, como en mi caso, estar cambiando entre múltiples aplicaciones o pestañas constantemente.
Pero la cosa no queda ahí. Los 8 GB de RAM también son clave en muchos otros ámbitos. Por ejemplo, para aquellas personas que usan el iPad como herramienta de ilustración. Tener 8 GB de RAM incrementa significativamente el número de capas que puedes crear en aplicaciones como ProCreate. Eso, sumado a la potencia del M1, también permite trabajar con archivos de más resolución.
En definitiva: el iPad Air no solo tiene un chip mucho más potente –que equipara a los MacBook–; ahora también tiene la RAM necesaria para desbloquear ese extra de productividad que los usuarios más exigentes necesitan en su día a día.
La conectividad 5G llega al iPad Air, aunque no marque la diferencia
La conectividad 5G es una especie de buzzword en el sector de la tecnología. Más aún en el mundo de las telecomunicaciones. Y sí, es un estándar que abre nuevas e interesantes puertas. Pero también hemos de ser honestos: tener 5G no va a cambiar tu vida ni la forma en la que usas el iPad Air. No, al menos, por el momento.
Esta afirmación se sustenta en tres factores:
- Las redes 5G siguen en proceso de maduración. Y sí, en casi todas las grandes ciudades españolas ahora es posible conectarse a estas redes gracias a las evoluciones que han implementado los operadores en sus infraestructuras. Sin embargo, el incremento en Mbps o la mejora de la latencia que supuestamente deberíamos ver no siempre está ahí. Y cuando ocurre, la diferencia no siempre es significativa. Esto se debe, sobre todo, a la forma en la que los operadores están evolucionando sus redes –priorizando tecnologías que maximizan la cobertura a aquellas que incrementan la velocidad–.
- Otro factor clave es que las redes 4G, al menos en España, son de buenísima calidad. Según Ookla, empresa tras el popular medidor Speedtest, la velocidad media de estas conexiones inalámbricas es de 36 Mbps. Una cifra que, en mi experiencia personal, se dispara significativamente si vives en una gran ciudad, donde resulta fácil superar holgadamente los 50 Mbps en el interior de un edificio. En cualquier caso, incluso con 36 Mbps, puedes hacer streaming de vídeo en 4K desde las principales plataformas o incluso conectarte a un escritorio remoto para trabajar. Es decir: el 4G entrega una velocidad más que suficiente para la gran mayoría de situaciones.
- Relacionado con lo anterior: los casos de uso que supuestamente permitirán exprimir las virtudes del 5G todavía son bastante reducidos. Y sí, estamos empezando a coquetear con cosas como el juego en la nube que ven en el 5G su principal aliado. Pero son servicios que, por el momento, tienen un alcance limitado.
Dicho todo esto: que el iPad Air con M1 incorpore 5G es una excelente decisión. Aunque en la actualidad no marque la diferencia en cómo se usa el iPad, contar con esta conectividad te asegura que, en el futuro, cuando las redes o los casos de uso hayan evolucionado lo suficiente, este iPad sea capaz de dar la talla. Y esto, por cierto, es particularmente importante en un producto como el iPad, que se renueva con menos frecuencia que el teléfono móvil –tienen ciclos de vida más elevados–.
Center Stage es una mejora súperbienvenida
Quien haya hecho videollamadas con un iPad mientras este reposa sobre un teclado, sabrá que la perspectiva con la que la cámara frontal te capta es extraña debido a su ubicación (en el lateral izquierdo). Razón por la que muchas personas han pedido a Apple que ubique una segunda cámara en la parte superior.
Sin embargo, Center Stage resuelve esto de una forma bastante inteligente usando inteligencia artificial y aprovechando la nueva cámara frontal de más resolución. Básicamente, lo que hace es encuadrarte siempre en el centro –a ti, o a un grupo de personas, en caso de estar varias frente a la cámara–. Y he de admitir que funciona bastante bien.
Center Stage, por cierto, no solo funciona con FaceTime, también con otras apps como Google Meet o Zoom, lo cual es importantísimo porque la mayoría de personas, recordemos, no usan FaceTime para reuniones laborales.
Un formato conocido
El iPad Air, más allá de lo mencionado, no ha cambiado en exceso. Pero eso no es algo negativo, ni mucho menos, pues la fórmula que Apple concibió con el iPad Pro de 2018 –que hereda este dispositivo– era brillante en su momento y sigue siéndolo en 2022. No exagero si digo que esta, junto a los iPad Pro de los que hereda su personalidad, es una de las mejores piezas de hardware que Apple ha hecho en los últimos años.
Este iPad Air, por otra parte, incorpora una pantalla de 10,9 pulgadas que bate en calidad a muchos ordenadores con Windows de precio superior; tiene un chasis atractivo a la par que ligero y delgado; mantiene ese puerto USB-C para conectar cualquier accesorio que necesitemos; está protegido mediante el lector de huellas situado en el botón de encendido; y, como en el modelo anterior, podemos conectarle accesorios magnéticamente como el Apple Pencil o el Magic Keyboard.
Sobre el Apple Pencil de segunda generación, poco se puede decir más allá de que es un excelente stylus que abre un mundo de posibilidades a cualquier persona creativa que quiera usar el iPad como herramienta de trabajo. Tiene una altísima precisión, detecta la inclinación y la presión, se adhiere fácilmente al lateral del iPad para estar siempre listo… No se puede criticar nada de él.
Por cierto: ahora que macOS permite convertir el iPad en pantalla secundaria, puedes usar el iPad como una especie de Wacom para el Mac. Y funciona bastante bien, he de admitir. Y todo sin cables, lo cual es fantástico.
Tampoco puedo decir nada negativo del Magic Keyboard, que permite usar el iPad con un trackpad con una naturalidad pasmosa. Las teclas están retroiluminadas, tiene un puerto USB-C adicional, el trackpad es súperpreciso y la forma en la que el accesorio se adhiere al iPad es muy práctica a la par que vistosa. De hecho, la combinación de iPad Air con Magic Keyboard en blanco me parece especialmente bonita.
Lo único que criticaría del Magic Keyboard es su precio. Entiendo que se trata de un accesorio de calidad, pero esos 339 euros encarecen bastante el conjunto. Pasamos de comprar una máquina excelente por 679 euros a una que supera los 1.000. Y si quieres convertir el iPad Air M1 en una herramienta de productividad, es probable que quieras tener este accesorio.
¿iPad Air o MacBook Air?
El cálculo que he expuesto en el párrafo anterior me lleva a un punto que considero clave a la hora de evaluar este iPad Air. Si estás pensando en comprar un equipo nuevo, ¿es mejor invertir el dinero en un iPad Air con el Magic Keyboard o en un MacBook Air con ese mismo procesador?
La respuesta a esa pregunta, en mi opinión, no se basa únicamente en el precio, sino en las prioridades que tengas. Un ilustrador, por ejemplo, probablemente se decante antes por el iPad que por el MacBook. Y lo mismo le podría ocurrir a un estudiante que quiere tener la flexibilidad de tomar apuntes a mano a la par que escribir con un teclado.
Sin embargo, también existen muchos casos en los que el iPad, simplemente, no es la mejor máquina. Un editor de vídeo, por ejemplo, puede hacer mucho más en un MacBook Air que en un iPad. Y no es una cuestión de hardware, sino de software.
iPadOS ha evolucionado muchísimo en los últimos años. Y, como dije previamente, es más que válido para muchos entornos profesionales. Yo mismo, sin ir más lejos, he reemplazado mi MacBook Pro por este iPad Air para ver hasta dónde era capaz de llegar. Y la experiencia ha sido generalmente satisfactoria.
Pero, en ocasiones, te encuentras con muros. Photoshop para iPad, por ejemplo, aún está lejos de su versión para macOS. Premiere Rush no tiene nada que ver con Premiere Pro. Y si quieres conectar el iPad a un monitor cuando llegas a la oficina, olvídate de que la interfaz se adapte a las proporciones del monitor. Son restricciones que en el MacBook Air con M1 no tienes. Y, cuando te las encuentras, molestan.
Entiendo que cultivar la plataforma del iPad es una carrera a largo plazo. Y ver aplicaciones con esas capacidades en un iPad no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Pero no deja de ser frustrante que este tablet tenga el mismo hardware que el MacBook Air con M1, un form-factor más versátil y sea su software el que actúe como limitante.
Muchos argumentan que la solución a esto es que el iPad ejecute macOS, pero no tengo claro que ese sea el camino más acertado. La interfaz de iPadOS está pensada para lo táctil; la de macOS no. Portar macOS al iPad, por lo tanto, perjudicaría a la experiencia de uso.
El camino creo que podría ir más por aplicaciones universales que adapten su interfaz al dispositivo en el que se ejecutan. Es decir: que el código base sea el mismo para iPad, iPhone y Mac pero que la UI varíe a los diferentes métodos de interacción (táctil o puntero). Y es un camino que la compañía ya empezó a explorar con tecnologías como Catalyst.
En cualquier caso, en la actualidad, si dudas entre comprar un iPad Air o un MacBook Air, hazte la siguiente pregunta: ¿prefieres flexibilidad en el factor forma o en el software? Porque creo que se resume en eso. Con el MacBook Air no vas a tener limitaciones en lo que a aplicaciones o sistema se refiere. Y con el iPad tienes toda la flexibilidad que aporta su constitución modular. Por el momento, no puedes tener the best of both worlds, como decía Hannah Montana.
¿Merece la pena comprar el iPad Air?
Si buscas un iPad con el que hacer algo más que ver películas, el iPad Air con procesador M1 es, sin lugar a dudas, el que debes comprar. De hecho, si yo mismo tuviera que comprarme un iPad para mi uso personal, no dudo en que sería este.
iPad Air (Wi-Fi, 64 GB)
Pantalla Liquid Retina de 10,9 pulgadas con tecnología True Tone, gama cromática amplia (P3) y película antirreflectante. Chip M1 de Apple con Neural Engine y cámara Gran angular de 12 Mpx, Ultra gran angular frontal de 12 Mpx con Encuadre Centrado. 64 GB de capacidad.
Seleccionando este modelo en lugar del iPad Pro de 11 pulgadas renuncias a algunos detalles –como la conexión Thunderbolt, las redes mmWave o Face ID–, pero ninguno de ellos creo que sea lo suficientemente importante como para justificar los 200 euros extra que implica el modelo superior. El único sacrificio que destacaría es la tecnología ProMotion, que personalmente adoro pero que muchas personas ni siquiera llegan a apreciar.