Apple y Disney son dos compañías que durante más de una década caminaron a la par gracias a la cercanía de Bob Iger con Steve Jobs. Curiosamente, años antes que Disney comprara Pixar y convirtiera a Jobs en miembro de su junta directiva, la casa de Mickey acusó a Apple de fomentar la piratería.

A comienzos del nuevo milenio, el carácter disruptivo de Apple le valió muchos enemigos de la industria. La llegada del iPod y su integración con iTunes no fue bien vista por ejecutivos de los grandes sellos, quienes ya libraban una batalla en tribunales para acabar con Napster.

Uno de ellos fue Disney, de quien su CEO, Michael Eisner, acusó a Apple de promover la piratería por medio de iTunes. Durante un alegato frente al Comité de Comercio del Senado de EE.UU. para aprobar una nueva ley antipiratería, Eisner profundizó sobre el riesgo potencial de usar un ordenador para distribuir música y películas de forma ilegal.

El CEO de Disney se apoyó en el famoso comercial de iTunes, Rip. Mix. Burn, que usaba la frase "Es tu música, quémala en una Mac". En los ojos de Eisner, esto era un ejemplo claro del comportamiento de un pirata que podría bajar un CD a su iMac y quemar miles de copias usando iTunes.

¿Por qué Disney acusó a Apple y otras tecnológicas de favorecer a la piratería?

Usuario de Napster en el año 2000

Para entender el contexto de esta acusación es importante considerar varios factores. En 1999 Napster irrumpió en la escena del P2P y cimbró el modelo de negocio de todas las disqueras. La famosa demanda de Metallica en marzo de 2000 abrió la discusión sobre el papel del software y hardware en la distribución de contenido ilegal

La vieja guardia veía a la tecnología como el enemigo y a los fabricantes de ordenadores como los causantes de la piratería rampante. En 2002, el Congreso de Estados Unidos consideró la implementación de la Ley de Normas y Certificación de Sistemas de Seguridad (SSSCA, por sus siglas en inglés).

Esta legislación obligaría a los fabricantes de dispositivos electrónicos y software a implementar tecnología de protección contra copias no autorizadas. En resumen, una especie de DRM que impediría a los usuarios hacer copias de CDs, DVDs y otro tipo de contenido digital.

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La SSSCA sería un complemento al DMCA, la polémica ley aprobada en 1998 que creó un marco legal para castigar a las personas que eludían las protecciones antipiratería. Los legisladores creyeron que era más fácil obligar a los fabricantes de hardware a cumplir la ley, que a los consumidores.

Curiosamente Fritz Hollings, uno de los dos senadores que propusieron la ley SSSCA, recibió donativos para su campaña de grandes conglomerados mediáticos como AOL Time Warner, CBS, News Corporation y The Walt Disney Company.

La iniciativa de ley fue producto de un gran cabildeo de Time Warner y Disney para controlar la copia y distribución de contenido. En febrero de 2002, Michael Esner compareció ante el Senado para explicar por qué iTunes era un peligro latente que convertiría al usuario común en un pirata potencial.

Afortunadamente la SSSCA nunca llegó a aplicarse. La férrea oposición de los fabricantes de hardware, sumado a la protesta generalizada fue suficiente para no seguir adelante. La ley se perdió en un momento en que el Senado de EE.UU. estaba ocupado en otros temas de interés, como los ataques del 11-S y la invasión a Afganistán.

'Es tu música, quémala con una Mac'

Previo al lanzamiento de la iTunes Store o incluso el iPod, Apple tenía una visión diferente del software para reproducir música en un ordenador. Durante la presentación de iTunes en la MacWorld de 2001, Steve Jobs mostró al mundo lo sencillo que era rippear un CD para almacenarlo en la Mac, crear listas de reproducción y quemar discos en una sola aplicación.

Apple apostaba por la comodidad y daba un golpe a fabricantes que cobraban hasta 100 dólares por la licencia de un software para quemar discos. Tampoco había razón para usar un software gratuito con limitantes si iTunes convertiría la música de tu CD a un archivo digital de buena calidad.

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El anuncio Rip. Mix. Burn mostraba a una persona normal dando instrucciones a un grupo de artistas famosos como Barry White, Iggy Pop o Smash Mouth. El concepto de dar el control al usuario sobre su música fue innovador y al mismo tiempo desafiante para los grandes consorcios.

Creemos que el 80% de las personas que roban cosas no quieren hacerlo, simplemente no hay alternativa legal. Así que dijimos: ‘Creemos una alternativa legal a esto’. Todos ganan. Las compañías de música ganan. Los artistas ganan. Apple gana. Y el usuario gana, porque recibe un mejor servicio y no tiene por qué ser ladrón.

Steve Jobs (2003)

Apple volvería a dar un golpe sobre la mesa con la apertura de la iTunes Store en abril de 2003. Pese a que las grandes disqueras se mantenían a la defensiva, el cambio fue inevitable. En su primera semana de operación, iTunes vendió un millón de canciones y se convirtió en la tienda de música número uno.

En contraste, Michael Esner perdió el apoyo de la junta directiva de Disney un año más tarde. Pese a que el CEO rescató a la compañía y la catapultó en los años noventa, Esner enfrentó fracasos de taquilla y una disputa con Pixar por cuestiones de distribución.

Michael Esner renunció a su cargo en marzo de 2005 y dejó la compañía en manos de Bob Iger, quien pronto cerraría un acuerdo con Steve Jobs para comprarle Pixar.

Cuatro años después que Disney acusara a Apple de fomentar la piratería, Steve Jobs se convirtió en el máximo accionista individual de la compañía y obtuvo un asiento en la junta directiva, algo que Esner jamás vio venir.