Bruce Willis es uno de los actores más importantes del cine de acción. Su trabajo en distintas sagas de películas explosivas le permitió posicionarse como un ícono dentro de ese género y ser, también, parte de la cultura pop contemporánea. De uno u otra forma, cualquier espectador sabe sobre él y, lo más probable, vio alguna de sus películas. El anuncio de su retirada, debido a ser diagnosticado con afasia, es el fin de una carrera plagada de producciones exitosas.
Desde 1980, Bruce Willis está haciendo cine. Ese año hizo su primera película, titulada El primer pecado mortal. Fue un papel menor, un papel que quizá pasó desapercibido para muchos de sus seguidores, pues solo interpreta a un hombre cenando. Sin embargo, ese fue el comienzo de una carrera que se extendió hasta el año pasado, 2021. Entre esos años, decenas de películas y personas que se volvieron de culto, en varios casos.
Puede que cuando se piense en el actor la referencia inmediata sea su trabajo en la saga Duro de Matar (Die Hard). En ella interpretó a John McLane, un detective que se ve entrampado en distintas situaciones que resuelve a pura fuerza, pólvora y proyectiles. La primera entrega de esta franquicia se estrenó en 1988. El film representó el lanzamiento de su carrera artística a escalones que no había alcanzado antes. Nacía la leyenda.
Bruce Willis, un ícono de los 80’s y 90’s
La primera entrega de Duro de matar recaudó en Estados Unidos 83 millones de dólares mientras que, a escala global, la cifra ascendió hasta los 140 millones de dólares. Una recaudación más que decente, teniendo en cuenta que el actor no tenía la reputación con la que encaró otros proyectos. Poco a poco su frase memorable, luego de vencer al villano del film, se fue haciendo parte de la cultura popular: "Yippee ki yay, motherfucker". Dos años después del estreno de este film, llegó la segunda parte de esa historia. Era un momento donde el cine de acción también tenía Arma Mortal como una de las franquicias que poco a poco comenzaba a establecerse.
Luego de esa producción, el actor realizó distintas producciones en las que su rol varió y otras en las que volvía a las armas. El último boy scout (Tony Scott, 1991) le permitió seguir en esa línea ascendente. Luego se produjo su siguiente papel clave, con Pulp Fiction, la película dirigida por Quentin Tarantino en 1994. En este film, repleto de otros actores notables, Bruce Willis interpretó a Butch Coolidge.
Ya no solo formaba parte de una franquicia exitosa sino que comenzaba a ser considerada en producciones de autor. Eso explica su paso por otras películas clave dentro de su filmografía: Four Rooms (Quentin Tarantino, Robert Rodríguez, Allison Anders, Alexandre Rockwell, 1995), Doce monos (Terry Gilliam, 1995), El quinto elemento (Luc Besson, 1997) y Sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999), entre otras.
El descenso, en una trayectoria destacada
Como ocurrió luego del éxito de Duro de matar, el actor alternó producciones comerciales con otras mucho más cuidadas en cuanto a historia y producción. También se adentró en narrativas opuestas a mucho de lo que venía haciendo, como en Mi encuentro conmigo (Jon Turteltaub, 2000). En esta película representó a un empresario lleno de traumas e inseguridades y que, a través de una versión más joven de sí mismo, logra cambiar su futuro. Puede que no pocas personas lo recuerden por las que, quizá, son sus papeles más comerciales y populares: Armagedón (1998) y Lágrimas del sol (Antoine Fuqua, 2003). Sin embargo, luego de esas producciones hizo La ciudad del pecado (Robert Rodriguez, Frank Miller, Quentin Tarantino, 2005), una de las mejores películas inspiradas en cómics.
Luego de esa saga de películas, el actor comenzó a participar en proyectos que no tuvieron tanto impacto, aunque esto no signifique que sus actuaciones no dieran la talla. Puede que esto se sostuviera hasta Los mercenarios (2010), ese invento en el que Sylvester Stallone reunió a varias de las figuras de acción más importantes de los 90’s en una sola película. Para ese entonces, su posición dentro del imaginario colectivo del cine era respetada dentro del género de la acción.
La fotografía con la que su hija, Rumer Willis, compartió el comunicado es todo un homenaje a la figura del actor. Bruce Willis fue una personalidad seductora dentro de la industria del cine. Parte de esa reputación, entre otras razones, lo llevó a personalidades como Demi Moore. Con ella sostuvo uno de los matrimonios más famosos del sector. Luego de un divorcio, esa relación mutó hasta volverse grandes amigos. Moore, un ícono de los 90’s al igual que Willis, también firmó el comunicado compartido por su hija.