Algunos influencers de Instagram y TokTok están empezando a tomar azul de metileno, supuestamente como potenciador de la memoria. Es bastante común entre aquellos con cuentas de fitness, o que promocionan un estilo de vida saludable. Sin embargo, unirse a esta moda sin el consejo de un médico está bastante lejos de ser sano. Y mucho menos de funcionar como ellos dicen.
Sí, es cierto que el azul de metileno aporta muchos beneficios de cara a dolencias concretas. También es verdad que se han estudiado sus efectos como potenciador de la memoria, pero no a cualquier dosis. Los influencers de fitness que lo usan suelen subir a Instagram fotos de su lengua azul, incidiendo en que solo hay que poner sobre ella una pequeñísima cantidad de esta sustancia. ¿Pero qué entendemos como una pequeña cantidad?
En medicina las dosis no se miden como mucho o poco. Es necesario tener muy claro cuánto se debe tomar cada día. Y, sobre todo, con qué objetivo. Una persona sana no necesita tomar fármacos para potenciar su memoria. Para lograrlo basta con ejercitarla y con mantener hábitos como una buena alimentación o ejercicio físico frecuente. Eso aporta muchos más beneficios cognitivos que un fármaco que solo debería tomarse recetado por un médico. Porque sí, es cierto que su color es genial para las fotos en Instagram, pero sus efectos secundarios son bastante menos agradables si no se consume con cabeza. Teniendo en cuenta que se trata de influencers que suelen comer bien y practicar ejercicio, ya están haciendo las cosas correctamente, no necesitan colorear su lengua como un pitufo.
¿Qué es el azul de metileno?
El azul de metileno no es algo nuevo que hayan descubierto los influencers en Instagram. De hecho, ya se usaba en el siglo XIX como colorante en la industria textil. Sin embargo, con el tiempo se fueron descubriendo nuevas aplicaciones.
Los primeros en hallar otro de sus usos fueron los microbiólogos Robert Koch y Paul Ehrlich. Observaron que esta sustancia se podía usar para teñir preparaciones antes de mirarlas al microscopio. Pero no solo coloreaba los microbios, también inhibía el crecimiento de algunos de ellos. Por lo tanto, se pensó que podría servir para tratar algunas infecciones. Eso llevó a utilizarlo como tratamiento contra la malaria, con resultados bastante buenos, dadas las opciones de las que disponían en ese momento.
A día de hoy, de hecho, se sigue usando para tratar infecciones por diferentes microorganismos. Desde casos graves de sepsis hasta los hongos de las uñas.
Pero han sido los estudios posteriores sobre el papel antioxidante del azul de metileno los que más ventajas le han asociado. A día de hoy es el fármaco más usado para el tratamiento de la metahemoglobinemia, una afección generada por la oxidación del hierro y la consecuente dificultad de los glóbulos rojos para captar y transportar el oxígeno.
Por otro lado, también se considera que tiene un gran efecto protector sobre las neuronas. Aquí ya sí podríamos comenzar a hablar de esos beneficios cognitivos de los que hablan los influencers. Pero no de la forma en que ellos lo muestran en sus fotos de Instagram.
No hagas caso a tus ‘influencers’ de cabecera
Las mitocondrias son orgánulos conocidos popularmente como el motor de las células, por su papel en la obtención de energía. Se ha comprobado que, a dosis bajas, el azul de metileno ayuda al correcto funcionamiento de estos motores celulares. Esto es beneficioso para todas las células, pero especialmente para las neuronas, ya que tienen una gran dependencia de la producción sostenida de energía aeróbica en estos orgánulos.
Esta intervención en el correcto funcionamiento de las neuronas es ventajosa a muchos niveles. Por un lado, se está estudiando su papel neuroprotector en enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer. Y, por otro, como bien dicen los influencers, puede actuar como potenciador cognitivo, mejorando la memoria.
Esto es algo que comenzó a estudiarse a finales de los años 70 del siglo pasado. No obstante, en aquellos inicios la investigación se llevaba a cabo con roedores, no en humanos. Desde entonces se han llevado a cabo numerosos estudios, la mayoría en animales, muy pocos en humanos, en los que se ha puesto mucho empeño en discernir cuáles son las dosis más adecuadas. El efecto antioxidante del azul de metileno solo se logra a dosis bajas. De hecho, si estas se elevan se obtiene el efecto contrario. Es algo que se ve claramente en un estudio realizado con ratones en 2005. Y es que a dosis altas no solo no se logró mejorar la memoria, sino que uno de los animales murió.
De cualquier modo, el azul de metileno a día de hoy se considera un fármaco seguro, con muchas aplicaciones. Pero solo es seguro si se usa bajo las recomendaciones de un médico. No solo porque se pueda tomar en una dosis incorrecta, también porque es muy importante tener en cuenta el historial de quien lo toma. Por ejemplo, se ha visto que puede causar problemas a pacientes diabéticos y que potencia las subidas de tensión en hipertensos. Incluso puede alterar las mediciones de los pulsioxímetros, por lo que alguien que deba medirse la saturación de oxígeno por algún motivo debería tenerlo en cuenta.
En definitiva, sí, el azul de metileno es muy beneficioso y podría ser la clave para ayudar a pacientes con problemas de memoria. Pero ponerse unas gotas en la lengua no sirve para nada más que para subir una foto molona a Instagram. Si lo que queremos es cuidar nuestro cerebro debemos empezar por no hacer caso a todo lo que nos digan los influencers.