Juego de Tronos, Euphoria, El Juego del Calamar... estas son algunas de las series más exitosas de los últimos tiempos; y si bien todas cuentan con tramas y enfoques drásticamente diferentes entre sí, hay algo que todas tienen en común: su número de episodios por temporada.

Anteriormente, y hasta poco después de finales de la primera década de los 2000, lo común era que las temporadas de las series estuviesen compuestas por un total de 22 a 24 episodios. No obstante, ahora las series no suelen superar los 10 episodios por temporada; una reducción drástica pero que a su vez resulta curiosa. ¿Por qué han decidido las productoras reducir la duración de las temporadas? La respuesta es bastante sencilla.

Como comentábamos, lo normal hasta finales de los 2000 era que las series estuviesen conformadas por un promedio de 22 a 24 episodios por temporada. Dichas temporadas, además, se dividían a la mitad. El motivo de esta división no era otro más que el de cubrir el curso televisivo desde septiembre/octubre, hasta mayo; tal como comenta Vulture en su reporte. Asimismo, cada episodio mantenía una duración media en torno a los 42 minutos de reproducción.

"Los programadores necesitaban el mayor número posible de episodios para asegurarse de tener suficiente contenido para llenar la temporada de nueve meses que se desarrolló entre septiembre y mayo."

Vulture

Televisoras por cable vs. cadenas abiertas

estrenos de HBO
HBO

Hoy en día es más común encontrar series que no superen los 10 episodios por temporada. Aunque este fenómeno se ha visto influenciado por varios motivos, uno de los más importantes tiene que ver con la calidad de las producciones. A medida que el nivel de calidad de las series ha ido aumentando, el número de episodios ha ido disminuyendo; y es que ahora no hay motivos para alargar innecesariamente lo que una serie tiene que contar.

Mientras que a mediados de los años 50 era normal que las series contaran con hasta 30 episodios por año; las televisoras decidieron cambiar el enfoque hasta los 24 episodios a mediados de los 70 para atraer a un público más joven; mientras que además la televisión crecía en público y calidad. Asimismo, a finales de los 90, las compañías de cable comenzaron a participar en la carrera de las producciones guionizadas. Estos canales por cable, tales como HBO, TNT, FX y AMC, comenzaron a competir contra las grandes operadoras de radiodifusión televisiva.

De esta forma, las televisoras por cable apostaron por estrenar un formato más limitado que el acostumbrado por las operadoras de difusión generalizada. Las primeras descubrieron que así era más fácil competir contra las grandes compañías que dominaban el mercado abierto; y decidieron no competir usando las mismas técnicas que favorecían a estas empresas debido a su naturaleza abierta y general. Después de todo, ellas tenían otro enfoque en mente.

La duración de las series estaba sometida a situar su programación en un entorno competitivo en el que pudiera prosperar. Buscaríamos la ventana, sin importar la duración, en la que a través de nuestra narración pudiéramos destacar.

Charlie Collier, presidente y gerente general de AMC y SundanceTV para Vulture

No solo esto. La disminución a los 13 capítulos usados por las televisoras por cable quedaba sincronizado con el número de semanas en un trimestre; de esta forma, planificar el número de capítulos para el año era más sencillo, y las productoras podían centrarse en organizar las campañas de marketing alrededor de los mismos de una manera más adecuada.

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Más producciones en menos tiempo

Catálogo de Netflix
Catálogo de Netflix

Asimismo, las producciones más cortas dieron paso a tener una parilla de opciones mucho más amplia. Por supuesto, en este tipo de series el presupuesto necesario era mucho menor en comparación a los 24 episodios anuales -al menos a finales de los 90-; de esta manera, las productoras podían desarrollar nuevas historias para atrapar a un número más amplio de espectadores.

Según explica Vulture, para las televisoras por cable no se trataba de una estrategia para ahorrar dinero; todo lo contrario. Se trataba de una estrategia para invertirlo en varias producciones en lugar de una sola. De esta forma podían aumentar su nivel de suscriptores; y es que a diferencia de los canales abiertos, las televisoras por cable no generaban dinero mediante la transmisión de anuncios.

No obtienen tantos beneficios cuando un programa es un gran éxito de audiencia. Para ellos, todos esos programas son generadores de pérdidas a largo plazo para tratar de impulsar el número de suscripciones... más campañas de marketing para mostrar: 'Vaya, hay un montón de cosas en Starz'. Significa que tienen el doble de posibilidades de atraer a alguien para que se suscriba a su cadena.

Chris Albrecht, CEO de Starz para Vulture.

La miniserie como formato para contar mejores historias

Juego de Tronos, HBO

Producciones como Juego de Tronos, Breaking Bad y The Mandalorian se han convertido en algunas de las más ambiciosas en la historia de la televisión. No obstante, incluso con su reducido número de episodios, las dificultades para desarrollar estas series fueron bastante altas. No solo estamos hablando de presupuesto, efectos especiales y material humano, sino de la capacidad del equipo para terminar todo a tiempo.

Además, los directores de muchas producciones han hablado de su deseo para que el desarrollo de estas series sea mucho más cohesivo. Vince Gilligan, cocreador de Better Call Saul, comentó en su momento sus deseos de que la serie de AMC tuviese la impresión de haber sido "hecha a mano".

Siempre es un equilibrio entre negocio y creatividad, pero si vamos a invertir en los mejores creadores, un buen punto de partida es preguntarles qué pueden prever y ofrecer.

Charlie Collier, presidente y gerente general de AMC y SundanceTV para Vulture

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Asimismo, desarrollar una historia que mantenga el interés de su público es más complicado cuando hablamos de muchos capítulos. Estas producciones más reducidas no solo logran generar expectación en los espectadores; sino que, además, permiten concentrar la atención mediática alrededor del producto durante un tiempo más cercano a su estreno.

Esto se traduce a series más centradas en su trama principal que en introducir relleno para llenar horas de pantalla. Además, los usuarios de hoy en día valoran el tiempo de una mejor manera, y así como buscan series que se adapten a su tiempo y disponibilidad -y no al contrario-, también buscan historias en las que valga la pena invertir tiempo.

Por otra parte, el talento humano dentro de estas producciones importa. Mientras más corta es una serie, es más fácil captar estrellas de Hollywood que quieran participar en ellas. Después de todo, comprometerse a grabar 22 episodios no es lo mismo que grabar 8 o 10; lo que le permite al talento seguir en búsqueda de oportunidades sin atarse de forma indefinida a un solo proyecto.

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