Hace unos 1.500 años tuvo lugar el brusco declive cultural de un importante grupo indígena norteamericano: los Hopewell. Durante mucho tiempo se ha teorizado cuáles pudieron ser las causas, sin conclusiones demasiado claras. Por ejemplo, se ha apuntado a las guerras. Y también al cambio climático. Ahora, sin embargo, un estudio recién publicado en Scientific Reports por científicos de la Universidad de Cincinnati apunta a una lluvia de meteoritos como posible motivo de aquel suceso.

Según las pesquisas de estos investigadores, los Hopewell sobrevivieron al incidente. Quizás hubo bajas, no se sabe. Pero en general la mayoría sobrevivieron. Sin embargo, supuso un impacto sobre sus conexiones sociales que pudo llevar al declive de su cultura. Lógicamente, esta es solo una hipótesis. Lo que sí parece prácticamente claro es que aquel evento cósmico se produjo, dejándoles tan marcados que durante más de mil años otros grupos indígenas cantaron canciones y contaron historias sobre aquella escena terrorífica.

Pero no han llegado a esta conclusión solo por el folclore. El propio terreno sobre el que vivieron los Hopewell les ha dado el resto de las pistas. 

La caída de los Hopewell

Los Hopewell vivieron en el norte del continente americano entre los siglos II d.C. y V d.C. Los registros arqueológicos apuntan a que durante su época de mayor auge se extendieron desde el oeste de Nueva York hasta Missouri y desde Wisconsin hasta Mississippi, incluyendo las orillas del lago Ontario. 

Sin embargo, a partir del siglo IV d.C se produjo un rápido declive cultural que acabó dando lugar a su diseminación y desaparición. 

Las historias posteriores de otras tribus describen el cometa como una serpiente con cuernos o una pantera que cayó del cielo

Aunque el choque con otros grupos que pudo conducir a guerras o el deterioro del lugar en el que vivían por cambios derivados del clima suelen ser las causas más estudiadas, estos científicos tenían otra teoría, basada en muchos de los restos arqueológicos hallados en la zona.

Por ejemplo, que cerca de la población de Hopewell de Ohio se construyó un monumento con forma de cometa. También observaron que hacia el último siglo de su historia los Hopewell empezaron a fabricar joyas con rocas ricas en iridio y platino, elementos muy habituales en los meteoritos. De hecho, muchos miembros de la tribu eran enterrados con estas joyas.

Y, por si fuera poco, el folclore de estos grupos indígenas de la región ha conservado casi hasta la actualidad historias que claramente describen un meteorito visto desde los ojos de quienes aún no conocen algunos de los secretos del universo. Por ejemplo, los Myaamia hablan de Lenipinšia, una serpiente con cuernos que cruzó el cielo y dejó caer rocas sobre la tierra antes de salir disparada hacia el río.

También los Shawnee y los Haudenosaunee tienen su propia historia, esta vez protagonizada por una pantera que cayó del cielo, derribando los bosques. Los Ottawa, en cambio, hablan de que un día el Sol se cayó del cielo. Y los Wyandot tienen historias sobre una noche en la que una nube negra rodó por el cielo hasta ser destruida por un dardo brillante. 

Todo esto llevó a pensar a los autores de este estudio que quizás fue un cometa o una lluvia de meteoritos la que hizo decaer a los Hopewell. Se pusieron manos a la obra en 11 yacimientos distribuidos por todo lo que un día fue territorio de esta tribu. Y, efectivamente, lo que encontraron parecía cuadrar con su teoría.

Arte Hopwell/ Daderot, en Wikimedia Commons

La lluvia de meteoritos que pudo acabar con una cultura

En un yacimiento cercano a Ohio estos científicos encontraron una amplia capa de carbón que sugiere que aquellos sedimentos estuvieron sometidos a un periodo intenso de calor.

Recolectaron muestras de aquellos sedimentos y los sometieron a un análisis de microscopía electrónica de barrido y espectrometría de dispersión de energía. Estas son técnicas que se usan para analizar la composición de una muestra. Ellos querían buscar dos elementos concretos. Por un lado pensaron en el platino, que es típico de eventos cósmicos como los asteroides o las ráfagas producidas por los estallidos de los cometas. No obstante, también se genera en fenómenos geológicos terrestres, como los volcanes. Por eso, junto al platino tuvieron en cuenta el iridio, mucho más específico de lo que buscaban. Y, efectivamente, encontraron grandes cantidades de ambos elementos. Al igual que en las joyas de los enterramientos Hopewell.

El platino puede tener procedencia cósmica, pero también se forma en los volcanes, por lo que tuvieron en cuenta el iridio

La datación por radiocarbono muestra que estos materiales se depositaron en el terreno aproximadamente entre el 252 d.C y el 383 d.C. Los registros de la época cuentan con testimonios de varios avistamientos de cometas por aquel entonces. Sumado a las canciones e historias de otros grupos indígenas, parece claro que un cometa debió surcar el cielo por aquel entonces. Y, en base a este último hallazgo, también parece que al cruzar la atmósfera generó una lluvia de meteoritos que sorprendió a los Hopewell, destrozando bosques, cultivos y monumentos.

De hecho, según los sedimentos analizados, los incendios pudieron afectar a una extensión de unos 23.828 kilómetros cuadrados. No se sabe si hubo víctimas mortales. Sin embargo, según explican en el estudio, el evento “pudo haber creado una confusión masiva que resultaría en una agitación de su esfera de interacción social”. Y, con ello, en el misterioso declive cultural de este pueblo. Es solo una teoría, pero una teoría con mucho sentido. 

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