Continúa el misterio del trozo de basura espacial que se estrellará contra la Luna. Primero se pensó que se trataba de la segunda fase de un Falcon 9 de SpaceX. Después, los mismos científicos que hicieron esa predicción la corrigieron, asegurando que en realidad la trayectoria cuadraba mucho más con la de un cohete chino que se envió al espacio en 2014. Sin embargo, el país asiático ahora asegura que el cohete al que se refieren reingresó en su día en nuestra atmósfera y fue totalmente incinerado, por lo que no puede permanecer vagando por el espacio.
Con estas declaraciones, emitidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores chino y emitidas por medios de comunicación como Science Alert, el misterio vuelve al punto de partida.
Solo sabemos que el impacto, si todo sigue según lo previsto, se producirá el próximo 4 de marzo a las 12:25 UTC. Es decir, a las 13:25, hora peninsular española, y 6:25 en Ciudad de México. Y también que ni la Luna ni nuestro planeta correrán ningún peligro. Es un alivio, desde luego.
La teoría del cohete chino contra la Luna
Bill Gray es un astrofísico especializado en el rastreo de objetos cercanos a la Tierra, más conocidos como NEOs. Fue él quien detectó por primera vez un objeto, al que llamó WE0913A, que parecía ir derecho hacia la Luna.
El hallazgo se produjo el 14 de marzo de 2015, un mes después de que SpaceX lanzara al espacio el satélite de observación Deep Space Climate Observatory (DSCOVR). El impulso se lo dio un Falcon 9 de dos etapas, como viene siendo muy habitual en sus misiones. El problema fue que una incidencia con el combustible de la segunda etapa impidió su reingreso a la atmósfera. Esto es lo que viene siendo habitual. Vuelven a nuestro planeta y al cruzar la atmósfera arden, cayendo como pequeños fragmentos, generalmente inocuos. En este caso no pudo ser, por lo que quedó vagando por el espacio, convertido en basura espacial.
Una vez descubierto que WE0913A no era un asteroide ni un cometa, Gray y sus compañeros pensaron que podría tratarse precisamente de ese fragmento del Falcon 9 de Space X. Así lo hicieron saber al mundo al anunciar que impactaría contra la Luna.
No obstante, a medida que se acercaba la fecha de impacto comenzaron a surgir las dudas. Y es que, según comprobó otro científico del equipo, Jon Giorgini, la trayectoria no cuadraba. Decidieron analizar otras opciones hasta comprobar que sí que cuadraba a la perfección con el rumbo del cohete que en 2014 impulsó el amplificador Chang'e 5-T1, de la Academia Nacional del Espacio China.
Modificaron el anuncio, manteniendo el llamamiento a la calma. El cohete chino (o lo que fuera) como mucho formaría un nuevo cráter sobre nuestro satélite.
Y eso es lo único que no ha cambiado. No hay nada que temer y en realidad tampoco parece demasiado importante de dónde sale WE0913A. Pero ahora que se ha convertido en un misterio, lo que está por venir es aún más interesante. Sabemos que no es el Falcon 9 de SpaceX. China jura que no es cosa suya. ¿Hay que seguir buscando? Eso parece. De momento, lo único que parece seguro es que solo queda algo más de una semana para el impacto.