¿Qué es la belleza? Esta es una pregunta que nos hemos hecho los seres humanos durante toda nuestra existencia. ¿Es algo objetivo o subjetivo? ¿Depende de los cánones de cada época o hay factores concretos que nos hagan más atractivos y nos aporten ventajas como especie? Multitud de profesionales, desde psicólogos hasta filósofos, pasando por neurobiólogos e incluso físicos, han intentado responder a estas preguntas. Y lo cierto es que han resultado ser bastante difíciles de responder. Por lo general, todo apunta a la subjetividad. Sin embargo, ahora un equipo de científicos de la Universidad Cristiana de Texas señala que en realidad la belleza podría ser algo objetivo, y además relacionado con el sistema inmunitario.

Son las conclusiones de un estudio recién publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Science. En él, muestran los resultados de un experimento en el que participaron 492 personas, que tuvieron que evaluar la belleza de otras 159. 

Una vez analizados los datos extraídos de las encuestas, comprobaron que aquellos individuos que habían sido evaluados como más atractivos tenían un sistema inmunitario más saludable. Ahora bien, ¿significa eso que después de tanto tiempo de existencia del Homo sapiens tenemos por fin un baremo para medir nuestra belleza? No tan deprisa.

¿Es la belleza subjetiva u objetiva?

El debate sobre la belleza lleva muchísimos años sobre la palestra. Y aun así no hay conclusiones definitivas. El propio Charles Darwin, sostuvo siempre que, en su opinión, la belleza no era un indicativo de mejor salud ni buenos genes.

En el lado opuesto de estas creencias está el físico David Deutsch, quien habla de la belleza como una cualidad objetiva de algunos objetos e ideas. De hecho, en su charla “Por qué las flores son bellas”, las pone como ejemplo, pues su atractivo tiene el propósito de atraer a los insectos. En sus genes está escrita esa belleza que, según él, no puede verse como algo subjetivo, pues si vemos una flor por primera vez automáticamente pensaremos que es bella. No necesitamos haberlo aprendido. ¿Es esto extrapolable a los seres humanos?

Incluso si se consideran las bases neurobiológicas de la percepción de belleza, acaban interviniendo los cánones aprendidos

No es tan fácil. En un estudio publicado en 2021 por científicos del Cleveland Clinic Main Campus, realizan una revisión histórica de la definición de belleza en diferentes disciplinas y concluyen que es una idea ambigua y que no hay una explicación unánime. 

Otros dos científicos, esta vez del Hospital Universitario de Copenhague y la Universidad de Islas Baleares, intentaron buscar también en 2021 una explicación neurobiológica. Para ellos la belleza podría estar relacionada con el placer. Explican que experimentar placer es un requisito para que algo pueda catalogarse como bello. Sin embargo, “para calificar como hermoso un objeto debe provocar niveles especialmente altos de placer y ser emparejado con modelos aprendidos internos de lo que cuenta como hermoso”. Por lo tanto, estaríamos de nuevo ante los cánones de belleza aprendidos y las sensaciones subjetivas. ¿Tiene entonces algún sentido relacionar el atractivo de alguien con su salud o la calidad de su sistema inmunitario?

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Cuando tu sistema inmunitario te hace más guapo

En este estudio publicado recientemente, los científicos de la Universidad Cristiana de Texas encontraron varios datos curiosos. Por un lado, que los hombres tenían una mayor probabilidad de ser considerados atractivos si sus células natural killer eran consideradas de alto rendimiento. Estas células son reguladores innatos del sistema inmunitario, que se encargan de destruir directamente tanto los organismos patógenos como las células cancerosas. De ahí su nombre, pues natural killer significa asesino natural.

En cuanto a las mujeres, resultaron más atractivas a los participantes cuando experimentaron un crecimiento más lento de una bacteria en su plasma. Esto está relacionado con los niveles más elevados de minerales, glucosa y anticuerpos en sangre. Por lo tanto, en las mujeres la belleza se asociaría a una mejor inmunidad humoral (la de los anticuerpos) y en los hombres a una mejor inmunidad celular (la de las células).

En el estudio encontraron diferencias entre cómo se percibía la belleza de hombres y mujeres en relación a sus sistema inmunitario

En cuanto a la inflamación, que también se analizó para el estudio, no hubo diferencias entre los que tuvieron mejores puntuaciones de atractivo y los que se evaluaron más negativamente.

Ahora bien, ¿hasta dónde podemos fiarnos de todo esto? Lo cierto es que los resultados son bastante curiosos, pero tienen bastantes limitaciones. Una población experimental de 492 personas puede llegar a considerarse adecuada. Sin embargo, no es especialmente grande como para tomar sus conclusiones como algo bien afianzado. Sobre todo teniendo en cuenta que tampoco tenían muchas fotos para evaluar.

Por otro lado, los sesgos derivados de los cánones de belleza actuales son inevitables, y posiblemente estarían presentes en el estudio. Eso sin olvidar que todo se hizo mediante encuestas. Y también que, si bien los niveles de células inmunitarias y anticuerpos sí que se midieron en sangre, el estado de salud de las personas evaluadas fue autoinformado. Los resultados autoinformados a menudo dan lugar a resultados erróneos.

De hecho, para medir la percepción de cada una de los participantes de la belleza de los sujetos de estudio podrían haberse usado otras técnicas menos subjetivas, como el análisis de su actividad cerebral. No obstante, incluso en ese caso no podríamos dejar a un lado los cánones aprendidos, como bien recuerdan en el estudio de 2021 realizado en Copenhague y las Islas Baleares.

Para terminar, en este, como en otros estudios, debemos tener siempre muy presente que la correlación no implica causalidad. Estos científicos han encontrado una correlación, sí. Pero no conocen los motivos, por lo que no se puede descartar que sea una coincidencia.

Sí que tienen una teoría. Y es que la percepción de belleza en personas con un sistema inmunitario fuerte sirva para potenciar la supervivencia de la descendencia. Pero si lo que hoy en día nos parece bello en el siglo XV era una aberración, quizás tengamos motivos para coger con pinzas estos resultados. Lo que está claro es que la belleza no está solo en el exterior. Suena ya a cliché, pero es cierto. También está en el interior, y no solo en lo concerniente al sistema inmunitario.